Mendoza. Ojeda habilitó la apertura de El Azufre sin estudio de impacto ambiental: la voz de referentes y especialistas malargüinos

La Municipalidad de Malargüe, tras el visto bueno de su jefe comunal, Juan Manuel Ojeda consumó la entrega de vastos territorios cordilleranos a un grupo inversor privado que pretende desarrollar un excluyente emprendimiento turístico, otorgando la habilitación municipal sin mediar declaración de impacto ambiental.

Las 12.000 hectáreas que ocupa el proyecto EL Azufre fueron otorgadas por el gobernador Rodolfo Suárez en diciembre pasado al grupo empresario liderado por Daniel Nofal, Alejandro Spinello y José Ignacio Beccar Varela. Planteado como un “éxito” por Ojeda, los empresarios del centro de esquí no han perdido tiempo y ya han comenzado a realizar ajustes para abrir sus puertas en el mes de junio.

Para conocer más sobre el tema en boca de referentes y especialistas, La Izquierda Diario entrevistó a Diana Blajevitch, arquitecta y voz autorizada en ordenamiento territorial. “A principios de 2022 se daba a conocer en los medios la asignación de tierras de potreros de cordillera a manos privadas para el desarrollo de un centro de sky. Como todo caso de extractivismo, que siempre se esconde detrás del mismo discurso del desarrollo, de la gran inversión, de la posibilidad de miles de puestos de trabajo; y a éste se le suma el discurso de la autosustentabilidad. Pero si se analiza uno por uno, podemos considerar que cuando se habla de desarrollo, se evidencia la incapacidad del Estado en llevar a cabo proyecto de desarrollo turísticos” asegura Diana.

Paralelamente, la arquitecta señala que tras la aparente puesta en funcionamiento de un centro turístico se encuentra un fenomenal negocio inmobiliario: “Cuando se habla de la gran inversión, es necesario preguntarse cómo piensa el privado recuperar ese capital invertido. Difícilmente se pueda suponer que la inversión se recuperará con el alquiler de un medio de elevación, o con el pago de una entrada al centro de sky. El capital invertido en este caso se recuperará sólo con la venta de inmuebles, o sea con el desarrollo de un mercado inmobiliario en nuestra cordillera, por eso se entiende que la asignación de tierras estuviera concretada antes de la realización de los trabajos y de los estudios porque era la única manera que pudiera garantizarse el recupero del capital invertido. Por otro lado, es importante tener en cuenta que lo que le da valor al suelo en ese lugar es precisamente la montaña, el agua, los glaciares, los humedales, todo el recurso natural que allí existe”.

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Por el lado de las comunidades mapuches de Malargüe, su vocero, Gabriel Jofré agregó: “Nosotros, como comunidades Mapuches del sur mendocino hemos hecho una serie de acciones administrativas y quizás la que más se demora y que desconocemos el porqué de su retraso, es la realizada en Fiscalía de Estado. El territorio que hemos identificado en la mensura del Azufre estaría pasando sobre territorios relevados de la comunidad Mapuche Lof Butamallín”.

Finalmente, sobre la privatización de los territorios concluyó: “Por otro lado, entendemos que más allá de las aristas ambientales, estamos viendo que la lógica de la entrega para las corporaciones y la gente de plata; es sin dudas una acción corporativa del estado en todos sus poderes para garantizar la continuidad de esas formas excluyentes. Así como se entregan territorios en toda Mendoza a barrios privados, estos “centros boutiques” van tras la misma lógica; reductos alejados donde los ricos realizan sus actividades, negando el reclamo histórico de propiedad de puesteros, comunidades indígenas y campesinas”.