La tercera ola es un hecho. A ello se suma las consecuencias de la borrasca Filomena y la ola de frío que azota actualmente gran parte de la Península. En el epicentro de todo está el personal sanitario que se enfrenta esta nueva ola con cada vez menos recursos.
Viernes 15 de enero de 2021 23:25
Quien pase estos días por cualquier hospital del territorio peninsular y Baleares podrá ver salas de espera que superan su capacidad, camas y enfermos en los pasillos, caras llenas de cansancio. Una imagen que recuerda a la de la primera ola.
Los ingresos por covid se incrementan día a día y los hospitales ya empiezan advertir que la ocupación general, y de las UCI (unidad de cuidados intensivos) en particular, es muy preocupante. Desde que arrancó el año, la cifra de ingresados por Covid se ha disparado un 60 %, y casi al mismo ritmo, la de personas en UCI. Las UCI están en riesgo máximo de ocupación en muchas comunidades. El jueves había en todo el Estado 18.924 personas ingresadas por Covid-19 en todo el Estado, 709 más que el miércoles, y de ellas, 2.849 están en una UCI, 105 más que el día anterior.
Esta es la situación a la que se enfrentan miles de trabajadores sanitarios en todo el Estado con pocos recursos, resultado de años de políticas neoliberales y una gestión actual por parte del Estado y las comunidades autónomas que, lejos de dar solución a la crisis sanitaria generada por la covid nos ha llevado de leo a la tercera ola.
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María, trabajadora del Hospital Gregorío Marañón en Madrid, nos cuenta como se están viviendo las consecuencias de esta tercera ola y la situación alarmante en la que se encontraban los hospitales desde hace ya tiempo, sin que las administraciones públicas hiciesen nada por reforzar estos servicios.
María denuncia la situación que vivieron muchos trabajadores y trabajadoras con la llegada de la borrasca, de la cual venía advirtiendo desde hace días la Agencia Española de Meteorología, y ante lo cual no hubo ningún protocolo preventivo. María nos cuenta como “con el temporal ha habido compañeros de enfermería, celadores... que han estado trabajando desde el viernes a las 3 de la tarde hasta el la lunes. Hasta el sábado por la tarde no se habilitó espacio para el personal sanitario en un hotel cercano, por lo cual hubo muchos que estuvieron más de 14h sin un espacio donde dormir o descansar.”
“También ha habido menos personal. Muchos compañeros hasta ayer no pudieron acceder a su puesto de trabajo. Esto se suma que hay muchos compañeros de baja por la situación Covid y estas puestos no se cubren. A todo esto hay que sumar que se están llevando a muchos compañeros al Hospital Zendal, y de igual manera estos puestos no se cubren. Esto hace que la sobrecarga de trabajo estos días haya sido brutal.”
El hospital Gregorio Marañón está colapsado, como muchos de los hospitales del Estado. “Traumatología de urgencias desde el martes ya no podía asistir a más pacientes, los derivaba a las urgencias del hospital infantíl del Marañón; las UCIs están fatal, la nueva UCI está completa, en espacios donde debería haber solo un paciente están metiendo a dos; han suspendido todas las cirugías no urgentes...”
“El personal está agotado. No cubren las bajas hasta que no pasan veinte días. Todo esto esta mermando al personal. Está claro que hay una clara intención del gobierno de la Comunidad de Madrid por terminar con todo lo público y la oposición tampoco hace nada.”
La falta de recursos sanitarios, la gestión neoliberal por parte de las administraciones y la vuelta a las restricciones sociales y el control policial como única medida por parte de los distintos gobiernos, no ayudan a resolver la grave situación sanitaria. La gestión capitalista de la pandemia es lo que nos ha llevado a esta tercera ola.
Las y los trabajadores tienen muy clara la solución al grave problema que atraviesa la sanidad pública. Como expresa María: “Lo que necesitan los hospitales son más personal y recursos.”