Mientras sigue la cuarentena, avanza la crisis económica en nuestro distrito y el padecimiento de las familias de nuestros estudiantes. Mientras tanto, el Ministro de educación habla de clases normales desde casa. Clases virtuales, conectividad. Cómo es la situación en La Matanza.
Jueves 30 de abril de 2020
Las docentes buscamos vías de comunicación con las familias y nuestros alumnos, desde que comenzó la cuarentena obligatoria. A muchos pudimos verlos cuando fueron a buscar la “bolsa de mercadería” de miseria que envió Kicillof. Los testimonios realmente son muy crudos, pero son los que ni Fernández, Kicillof o Trotta, el ministro de Educación, quieren escuchar, porque desmienten su discurso de “seguimos dando clases normales”.
Veamos: Romina, es mamá de la Secundaria 13 de Lomas del Mirador, y le cuenta a la preceptora de uno de sus hijos: “me estoy volviendo loca, soy sola con mis 4 hijos. Trabajo por hora, y con esto no puedo salir a trabajar. Quería ir a imprimir todas las capturas de pantalla que envían con actividades de la escuela, pero son demasiadas, es mucha plata para mí. No contamos con internet. Es una situación desesperante”. El alumno de Gabriela, de la EEP118 es gráfico: “Hola seño, quería que me pasara aunque sea la mitad de la tarea, porque se me borró todo. El teléfono anda mal, y se me borra. No tengo datos y acá no hay internet”
Fernández sigue con el decreto de “aislamiento obligatorio” pero sin un plan sanitario serio, y mientras, realiza un pacto con empresarios y la CGT, habilitando suspensiones masivas y rebaja salarial, que es lo que vienen padeciendo muchas de las familias. Les cuida las ganancias de los capitalistas. Los docentes, en cambio, denunciamos esta realidad y desde la Marrón y SUTEBA Matanza, venimos acompañando a trabajadores del distrito, como la Textil Iberoamericana, yLa Nirva que no quieren resignarse. Planteamos un programa para enfrentar la crisis sanitaria y económica, para que no seamos los trabajadores quienes paguemos la crisis.
En nuestro distrito muchas familias hoy no tienen ingreso, y se suma una preocupación más, poder responder a las demandas de la escuela. ¿Trotta se preguntó si cada hogar cuenta con las condiciones ambientales y el equipamiento mínimo en insumos escolares y tecnológicos para hacer posible el aprendizaje? Sin tener garantizada la comida, ¿pueden aprender los pibes? También son muchísimos los docentes que deben gastar más en datos de internet (tampoco toda la docencia tiene WiFi) para cumplir con las exigencias de seguir las clases por esa vía, un gasto adicional para un salario que no alcanza.
Sandra Romero, delegada de la E.P.179 nos comenta: “Soy docente de Virrey del Pino. Desde que empezó la cuarentena, nos dicen que la virtualidad es el canal para que los niños y niñas sigan con el ciclo lectivo. Cuando las maestras empezamos a mandar actividades, nos encontramos con una realidad: muchos de nuestros alumnos no tienen conectividad, usan celular de manera eventual. Por ejemplo, en una casa hay un sólo celular para 3 o 4 niños, muchos tienen que esperar a la noche, cuando llega su familiar de trabajar. Kicillof no conoce ésta realidad. En nuestra zona hay familias muy vulnerables, y con la pandemia se nota más la desigualdad social. Incluso el día lunes, cuando enviamos actividades a nuestros alumnos, algunos de ellos nos enviaban fotos que no podían estudiar, porque con la lluvia de ese día estaban inundados. Esto no es nuevo, en virrey del Pino, Laferrere, caen 2 gotas y las familias pierden todo”
Coronacrisis y la conectividad del distrito: ¿Matanza avanza?
De acuerdo al informe de la Cámara Argentina de Internet, al tercer trimestre de 2019, el 43,9% de los hogares argentinos no contaba con acceso fijo a Internet. El ya extinto Ministerio de Modernización planteaba que en el 70% del territorio argentino, donde vive casi un tercio de la población, no hay accesibilidad directa a la red. En relación al acceso de los niños a los aparatos tecnológicos para hacer sus tareas, un 48,7% no tiene computadora y un 47,1% no cuentan con wifi en su hogar, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina. Esta proporción se eleva a 7 de cada 10 en el estrato social más bajo. (La Nación, 9 de abril)
Ese también es el escenario del distrito de La Matanza: la imposibilidad al acceso a internet y a la conectividad. La crisis avanza, la boletas son imposibles de pagar, los móviles se rompen sin posibilidad de comprar otro. Para muchas familias resulta inaccesible. Las empresas telefónicas buscan aumentar las ganancias sin invertir un sólo centavo. Hay lugares a los que no llega y zonas rojas donde no se hacen conexiones por considerarlas “inseguras”. En cuanto a telefonía fija, el partido está abastecido por el servicio de Telefónica de Argentina, salvo a partir del km. 38 de la Ruta 3, donde opera la Cooperativa de Provisión de Servicios Telefónicos Virrey del Pino (COVIDELPI) que brinda un servicio precario a alrededor de diez mil usuarios. La multinacional Telefónica de Argentina, en las llamadas “zonas rojas”, no realiza conexiones por considerarlas “de riesgo”. Estas superficies comprenden, por ejemplo, las villas y asentamientos del distrito y barrios aledaños. Se trata de más de 114 asentamientos de emergencia, en los que viven unas 220 mil personas y no tienen internet. Así, miles de familias viven incomunicadas y deben recurrir, como única opción, a los celulares y los servicios alternativos de telefonía satelital, pero servicios que reciben muchas quejas.
El día lunes, Nicolás Trotta, firmó, un convenio con el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y con otros doce distritos para iniciar la entrega de netbooks y tablets. Pero Espinoza ya adelantó que sólo será para estudiantes de 1er año de secundaria. Tuvo que reconocer que “solo el 60 por ciento de la matrícula estudiantil cuenta con su computadora”. Al lector le parecerá que Trotta nos toma el pelo cuando afirma: “Hay que lograr que esta crisis nos permita fortalecer la mirada colectiva, resignificar el rol del Estado nacional para alcanzar una sociedad más justa; acceder a libros y tecnología es un acto de ciudadanía”
El ministro nos quiere convencer que con distribuir algunas de las netbooks que Macri había dejado abandonadas, pero sin tomar medidas para revertir la situación de crisis que hoy están pasando las familias de nuestros estudiantes, es suficiente. Una vez más, como un slogan del gobierno, hablan de “resignificar el rol del Estado”. El rol que vemos hoy es de asistencia y salvataje a las empresas, sin que esto garantice mínimamente los puestos laborales, deja correr los despidos y rebajas salariales. Además, el Estado rechazó el acceso al IFE a casi 4 millones de solicitudes fueran rechazadas. A las patronales no les pide tantos requisitos como a los pobres, para los subsidios.
Sin embargo, tanto Alberto Fernández como Axel Kicillof ya no hacen críticas al endeudamiento macrista y deciden pagar a libro cerrado la deuda ilegal y fraudulenta. Hoy su preocupación pasa por presentar una oferta de reestructuración a los especuladores, y no la atención de la crisis que acrecentó la cuarentena. Párrafo aparte merece Baradel y Suteba Provincia, que se han transformado en aplaudidores y voceros de las políticas del gobierno.
Empecemos a conectar con una salida de los trabajadores ante la crisis
Para atender ésta situación se necesitan medidas urgentes: incluir el acceso libre y gratuito a Internet para todas las familias y docentes. No alcanza con la distribución de las netbooks que estaban guardadas, se debe garantizar una computadora, tablet y/o celular para cada uno de nuestros estudiantes, y para los docentes que necesiten. Que se rehabilite todas las líneas incomunicadas o dadas de baja por falta de pago, y se posterguen los vencimientos de las facturas.
Pero partiendo de prohibir todos los despidos y suspensiones; y garantizando, a quienes no tengan ingreso, un sueldo de cuarentena de $30000. Los docentes tenemos una tarea: unir nuestras demandas a las del conjunto de las familias trabajadoras.
Estas medidas de emergencia sólo pueden llevarse adelante en base al no pago de la deuda externa y un impuesto extraordinario a los grandes patrimonios y a las altas rentas, como plantea el proyecto de ley de Nicolás del Caño del FIT-U. Y desde ya, afectando los negocios de las empresas de telecomunicaciones que gobierno tras gobierno se la llevan en pala. Es urgente la nacionalización de las empresas de servicios públicos bajo gestión de los trabajadores junto a comités de usuarios y técnicos especialistas que puedan planificar en función de las necesidades de la mayoría, y no del lucro empresario. Así, podemos empezar a ponernos de acuerdo docentes y familias, para la continuidad pedagógica.
Las y los docentes de La Marrón peleamos para organizarnos junto a las familias trabajadoras para imponer éste programa de salida a la crisis.