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Red Internacional
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Francia. París cancela todo tipo de operaciones por el crecimiento de casos por coronavirus

La Agencia Regional de Salud de Île-de-France ordenó a los hospitales de la región que reduzcan la atención y las cirugías, los nuevos casos han llenado casi todas los lugares disponibles.

Martes 9 de marzo de 2021 19:33

La Agencia Regional de Salud (ARS) de Île-de-France, donde se encuentra la ciudad de París, dio "la orden firme e inmediata" a los hospitales y clínicas de suspender por lo menos el 40% de sus actividades médicas y quirúrgicas para aumentar el número de camas de cuidados intensivos disponibles para pacientes contagiado con coronavirus. La medida debería liberar alrededor de 500 lugares. Aurélien Rousseau, director general de la ARS, afirmó: "estamos en una situación de tensión muy fuerte", con "aproximadamente 1050 camas disponibles" para 973 pacientes en cuidados intensivos.

Según el director de la agencia, "el flujo sigue siendo fuerte", con "entre setenta y ochenta entradas diarias en cuidados intensivos". La decisión de suspender las cirugías muestra que la situación de salud es grave, con la perspectiva de una probable saturación de los hospitales si se mantiene la dinámica epidémica.

Con más de 200 muertes por día durante los últimos cuatro meses y 22.000 nuevos casos por día la semana pasada, una posible crisis del sistema sanitario se está acelerando. En Seine-Saint-Denis, en la zona suburbana de París, la tasa de contagios es de 400 por 100.000 habitantes, números similares a los de la región de Nord Pas de Calais, que ahora está parcialmente confinada. Por tanto, la decisión de no establecer nuevos confinamientos en Île-de-France, el centro económico del país, parece ser una decisión política para evitar en última instancia un cambio en todo el país.

Sin embargo, la situación en la región está lejos de ser tranquilizadora. La variante inglesa del virus, hasta un 70% más contagiosa que la cepa original, ha sido mayoritaria en la región desde mediados de febrero. Mientras tanto, la situación en los hospitales se está deteriorando. En una semana, las hospitalizaciones diarias en Île-de-France aumentaron en un 14% y las admisiones en cuidados intensivos en un 31%. Casi 1.000 personas se encuentran actualmente en cuidados intensivos, casi tantas como durante el pico de la segunda ola. Esta aceleración de la situación parece ser el resultado del aumento de la incidencia de hace dos semanas.

El gobierno francés continúa presumiendo de tener el control. Jean Castex, primer ministro francés, este fin de semana afirmaba con orgullo, en la red social twitter, la vacunación de 585.000 personas. Ante la aceleración de la situación, el gobierno ha pretendido dar un impulso a la campaña de vacunación, para demostrar que tenía la situación bajo control.

Sin embargo, está claro que el avance de la variante inglesa desde hace varias semanas ha trastornado el intento del presidente Macron, que pasó de contener la epidemia mediante medidas restrictivas combinando toques de queda y confinamientos parciales, a apostar por la vacunación y la aceleración de la campaña, con el fin de evitar cualquier confinamiento nacional a toda costa, a riesgo de que los hospitales se desborden.

Resultado: la estrategia del gobierno nos ha puesto en una situación muy tensa. Hoy, ante el riesgo de saturación, en lugar de incrementar los medios de los hospitales públicos invirtiendo masivamente en equipos y personal, los hospitales se ven obligados a desprogramar las actividades quirúrgicas y médicas, aunque eso signifique posponer operaciones urgentes para algunos pacientes.

Al mismo tiempo, el gobierno está tratando de culpar a los trabajadores de la salud por la lenta campaña de vacunación. Así, la frase "No reconfinaré mientras haya vacunas en vuestras heladeras" pronunciada por Macron o las cartas de Olivier Véran, el ministro de salud, a todo el personal médico pidiendo que acepten la vacunación, luego de que el 40 por ciento rechazara las inyecciones o las retrasara, busca culpas al personal sanitario cuando el gobierno es el primer responsable de esta desconfianza en las vacunas. Hoy en día, el gobierno incluso está considerando hacer obligatoria la vacunación para este sector.

En definitiva, el gobierno sigue teniendo una gestión errática de la crisis y tomando medidas restrictivas en un intento por paliar la crisis, obligando a los hospitales a tomar medidas extremas a costa de los pacientes. Pero ante la progresión exponencial de los contagios lo que se necesita es un verdadero plan de emergencia en términos de salud.