Estas últimas semanas se sintió fuerte el frío en las escuelas. Infraestructuras olvidadas por los despachos calentitos de los ministros. Compartimos la columna educativa del docente Federico Puy en Alerta Spoiler.
Jueves 8 de julio de 2021 18:42
🧑🏻🏫 EDUCACIÓN | ¿La pedagogía del frío?: La infraestructura escolar como acto político - YouTube
En este medio venimos reflejando testimonios de familias, estudiantes y docentes preocupados y preocupadas por cómo impactan las bajas temperaturas en las aulas. Con puertas y ventanas abiertas de par en par, para garantizar la circulación de aire que solicita el protocolo de presencialidad en pandemia, lograr un ambiente que fomente la enseñanza y el aprendizaje se dificulta demasiado. En palabras del docente y formador de docentes Horacio Cárdenas: “La escuela necesita de los maestros y las maestras, de los pibes y su curiosidad y de condiciones dignas para disponerse a pensar, conversar, a pronunciar el mundo. No se puede hacer eso entre martillazos, no se puede hacer eso hacinados, no se puede hacer eso sin agua y menos que menos se puede hacer muriéndose de frío. Es inadmisible que en la ciudad más rica del país haya escuelas sin calefacción, es inadmisible que si para garantizar la salud hay que abrir las ventanas la solución sea `traete una manta´”.
A partir de estas palabras de Cárdenas, Federico Puy, docente porteño, señala en su columna en el programa Alerta Spoiler: “Uno puede preguntarse `¿qué tiene que ver el frío con la pedagogía?´ y cuando hicimos estas preguntas en nuestras redes de Docentes del PTS fueron surgiendo decenas de respuestas. Frases como `La sala es un freezer´ o `Seño, tengo las manos congeladas´ son suficientemente ilustrativos para entender qué tiene que ver la pedagogía, la didáctica, con escuelas sin estufas y con ventanas abiertas. Y esto no se vive solo en la Ciudad de Buenos Aires. En la Provincia de Buenos Aires y en muchas escuelas del país la problemática es la misma. Y la solución de sus ministros, como Nicolás Trotta, es decir `pueden dejar abierta la ventana entre cinco o siete centímetros´”.
Para profundizar más en qué expresa esta realidad, Federico repasa la obra “La educación en la Ciudad” de Paulo Freire (1991) en donde el autor incluye un texto titulado “La cara de la escuela” en el afirma que la única manera de decir que respetemos con decencia a los niños y niñas, maestras, a la escuela y a sus familias es exigiendo respeto a los escritorios, a las paredes de la escuela, a sus puertas, y solo así podemos hablar de principios y valores, donde lo ético está muy ligado a lo estético. “Freire es categórico en afirmar que no podemos hablarles a los estudiantes de la belleza del proceso de enseñanza y aprendizaje si la clase está invadida por el agua o si el viento frío entra decidido y violento al salón cortando los cuerpos de los chicos y chicas frágiles y poco abrigados”, remarca Federico. Y agrega: “En el mismo texto Freire señala que reparar con rapidez las escuelas es un acto político que necesita ser vivido con conciencia y eficacia y, para realizar esta tarea, hay que escuchar a los chicos y chicas, a las organizaciones de la comunidad educativa, familias, directoras de escuela, delegados y delegadas”.
En este sentido, Federico advierte sobre la ausencia de entender la problemática como la plantea dicho autor, dicho sea de paso, tan citado por los ministros y ministras de educación del país: “No hay en el Gobierno Nacional de Alberto Fernández y ni en el de la Ciudad de Larreta, ni en el de la Provincia de Buenos Aires de Axel Kicillof una escucha a la comunidad, ni eficacia, ni conciencia de este problema. Más bien se trata de una conciencia de otra clase. Por ejemplo, en la Ciudad, el presupuesto educativo 2021 es el más bajo de la última década y ajustó en un 70 % los fondos para infraestructura escolar. Hace días nomás en Vaca Muerta, Neuquén, explotó una escuela y dos trabajadores murieron. Luego siguió la explosión por falla de gas en una escuela de Godoy Cruz, Mendoza, y un trabajador del establecimiento resultó herido”.
“En lugar de arreglar las escuelas, se destina fondos a pagar a los organismos de crédito internacionales (que vienen por nuestra educación) como ocurrirá este viernes (justo el día de la independencia) que pagarán 164 millones de dólares a los tenedores de bonos. Quedan aún pendiente la renegociación de las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París. Es una conciencia de clase… capitalista”, señala Federico.
Por último, se refirió a la organización que se está dando entre docentes, familias y estudiantes ante esta realidad, como la de la “Asamblea permanente de Lugano” que se reunirá hoy a las 17 en la esquina de Pola y Avenida Cruz donde realizarán un corte con estas y otras demandas.