Esta terrible pandemia revela los intereses que mueven al Gobierno de Piñera, y cómo se anteponen a los intereses propios de las y los trabajadores y las grandes mayorías.
Martes 5 de mayo de 2020 07:57
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La repartija de millones de dólares entre los accionistas de LATAM y CENCOSUD, volvió a poner en cuestión, las políticas de Gobierno de Piñera con respecto al manejo económico de la crisis sanitaria, las cuales claramente muestran su carácter pro-empresariales, cargando el peso económico de esta en las familias trabajadoras.
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Mientras por un lado vemos a cientos de miles de trabajadores suspendidos de sus trabajos, donde a través de sus propios seguros de cesantía tienen que solventar el costo de la vida y de sus familias (¡y en valor decreciente!), esto gracias a la ley de "protección del empleo" del gobierno, que facilito dichas suspensiones masivas, y que en su momento señalo con el fin de proteger a las pymes, hoy vemos como las grandes empresas suspenden a mansalva, entre ellas también LATAM Y CENCOSUD, con decenas de miles de suspensiones, y que ahora reparten utilidades en millones de dolares a sus accionistas.
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Un gobierno que busca siempre la mejor manera de rescatar los grandes negociados a costa del trabajo de millones, dejan nuevamente en claro, los intereses de esta derecha rancia que piensa siempre en como cargar las crisis sobre los hombros de millones de trabajadoras y trabajadores, y así sus familias, mientras las mega riquezas de Chile, se acogen a las bendiciones del Estado para rescatar sus negocios, cuando las cosas se les complican.
Mismas familias trabajadoras que están mas expuestas a la pandemia, por sus propias características, por las condiciones de vida precarias, a una salud insuficiente, y donde ademas se vive con la presión constante de caer en la miseria.
Pero eso no es tema alguno para el gobierno, mientras arroja migajas para resolver las aristas mas agudas de la pandemia, para no terminar con una catarsis social entre sus manos, pero donde sí, abre las bóvedas del Estado para preparar rescates multimillonarios, como planteaba descaradamente ese agente y portavoz de los empresarios, Cristian Bofill, en el programa Mesa Central el domingo.
Piñera mismo es la quinta fortuna del país, según la revista Forbes de este año, sus ministros, son, fueron o serán altos ejecutivos de las grandes empresas, el ultimo caso conocido del ex ministro de Hacienda (!!) Felipe Larrain, uno de los nuevos directores de Cencosud, o la ministra del trabajo, que trabajo durante años con la Cámara de Comercio, el mismo Piñera fue dueño de LATAM.
Ahí están sus intereses, no en los trabajadores, ejemplo de ello también el apuro en abrir la mayor cantidad de empresas, donde tuvieron que retroceder rápidamente con su "nueva normalidad" o "retorno seguro", si no es porque parte de la comunidad médica hace un escándalo, denunciando incluso las lecturas oportunistas y casi sociópatas del gobierno, y en especial de Mañalich sobre los casos de contagio.
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Esta terrible pandemia a revelado más claramente los intereses del gobierno, y su ligazón con los intereses de los grandes grupos económicos, y como buscan asegurar sus ganancias, por supuesto a costa de las grandes mayorías, que nuevamente buscan que paguen los platos rotos.
La única normalidad posible la deben determinar los trabajadores y trabajadoras
La mentira del gobierno de Piñera con Mañalich a la cabeza se desmorona, y con ello gran parte de la población exige que se decrete cuarentena total. Pero para realmente vencer al coronavirus es necesario paralizar todos los trabajos no esenciales , asegurar testeos masivos para identificar y aislar a los contagiados de manera selectiva, cuestión a la que el gobierno se ha negado rotudamente. Y para poder financiar el cese en la producción de todos los trabajos no esenciales, hay que exigir un impuesto extraordianario a los grandes empresarios del pais, donde solo 10 familias acumulan un patrimonio personal de 36.200 millones de dólares.
Pero la crisis abierta por el coronavirus, es utilizada como excusa por los empresarios para trasladar las consecuencias de la crisis sobre los trabajadores: a traves de los despidos y las suspensiones masivas de sueldos, precarizan la vida con el objetivo de mantener sus ganancias. Es por eso que frente a las miles de de familias que comienzan a quedar en la calle debemos oponernos a los golpes del gobierno y los empresarios, y exigir un ingreso mínimo para todos, que cubra las necesidades básicas y no sea inferior a $500.000.
Para todo esto resulta esencial la organización de los trabajadores y trabajadoras en sus sindicatos para enfrentar los ataques del gobierno. Mientras la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y el conjunto de los partidos de la izquierda parlamentaria, se quedan en discursos, es necesario convocar a la máxima coordinación a nivel nacional para resistir a la crisis económica y sanitaria.
Sólo los trabajadores y trabajadoras a través de su propia planificación y organización son quienes deben determinar el curso de los acontecimientos y su propia línea de acción. Pero esto no se conseguirá de la buena voluntad de los empresarios y empresarias, sino atacando directamente las grandes fortunas de los magnates. Testeos masivos, licencias laborales, salario mínimo de $500.000, camillas, respiradores mecánicos, o insumos esenciales, son perfectamente posibles por medio del impuesto a las grandes fortunas, y a través de la nacionalización y estatización de las empresas estratégicas bajo control de los trabajadores y trabajadoras.
¡Que la crisis la paguen los grandes empresarios! ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!