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Red Internacional
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Elecciones y agenda socioambiental. [Entrevista] “Por el agua y un ambiente libre de agrotóxicos, levantá la izquierda”

Lihuen Antonelli es precandidata a intendenta en Lobos por la lista que encabezan Myriam Bregman y Nicolás del Caño. Conversamos a propósito del agronegocio en la provincia de Buenos Aires. ¿Qué propone la izquierda para enfrenar las consecuencias de despojo y fumigaciones sobre las comunidades?

Miércoles 26 de julio de 2023 13:56

Lihuen Antonelli es estudiante de Sociología y trabajadora no docente en la Universidad de La Plata; escribe e investiga temas relacionados con agronegocio y extractivismos en La Izquierda Diario, en la sección de Ecología y Ambiente. Creció en Lobos, una localidad del interior de la Provincia de Buenos Aires, donde se dio un proceso de organización entre vecinos y asambleas socioambientales para mostrar la profunda contaminación por agrotóxicos en todas las matrices ambientales, incluso en el agua apta para el consumo. En estas elecciones es precandidata a Intendenta en su ciudad con la lista “Unir y fortalecer la izquierda” del PTS en el Frente de Izquierda Unidad que encabezan Myriam Bregman y Nicolás del Caño y acompañando a Christian Castillo, precandidato a primer diputado por Buenos Aires.

Como parte del dossier que publicamos en la sección Ecología y Ambiente de La izquierda Diario, a propósito de las elecciones y el programa y la campaña de la izquierda conversamos con Lihuen.

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LID: ¿Cómo se puede enfrentar al agronegocio y sus consecuencias de despojo y fumigaciones sobre las comunidades?

En los pueblos fumigados del interior de la provincia se nota una preocupación cada vez mayor por las consecuencias socioambientales del agronegocio. La utilización de agrotóxicos año a año viene aumentando y estamos expuestos a ellos de manera crónica, no solo el glifosato sino también la atrazina, ahora el glufosinato de amonio y muchos otros venenos que hoy se usan frecuentemente son muy perjudiciales para la salud humana y la ambiental. Nosotros, en nuestras ciudades, notamos el aumento de enfermedades como cáncer o autoinmunes y hay investigaciones que demuestran científicamente lo que percibimos, como por ejemplo la que realizaron médicos y científicos de laFacultad de Cs. Médicas de Rosario.

Ante esta situación, viene creciendo la organización en agrupaciones socioambientales territoriales y también entre docentes y trabajadoras y trabajadores de la salud, que además de participar de las asambleas en sus ciudades, pueden exigir en sus sindicatos que se tomen estas luchas, porque son quienes están en la primera línea, ya sea porque sufren las fumigaciones al lado de sus escuelas o porque después atienden a quienes padecen las consecuencias en los hospitales. Desde la izquierda acompañamos estos procesos que exigen una respuesta urgente, siempre desde una posición independiente a los gobiernos y al Estado.

Pero muchas veces lo que sucede es que estamos batallando en cada ciudad porque no existe la regulación o las distancias que sí son permitidas son tremendas, 150 metros de la última casa en zonas urbanas, o al lado de los colegios rurales, y es una cosa terrible, porque fumigan hasta en horario escolar. En Lobos mostramos con estudios científicos costeados por los propios vecinos que todas las matrices ambientales de nuestra ciudad están contaminadas. Hay agrotóxicos hasta en el agua de lluvia y en las napas del agua que consumimos que encima también tiene un alto nivel de arsénico y a partir de visibilizar eso, en otras ciudades también se empezaron a organizar. Y también hay un proceso creciente de coordinación, que es fundamental para construir una fuerza desde abajo que logre poner en agenda lo que está sucediendo.

LID: ¿Pasaron varios gobiernos, el modelo varió?

Este modelo es defendido y promovido tanto por Juntos por el Cambio como Unión por la Patria, y se sigue privilegiando a los grandes ganadores del agro power mientras las consecuencias del modelo las pagamos las mayorías populares.En la Provincia de Buenos Aires, antes de dejar su mandato, Vidal dejó una resolución muy regresiva que permitía incluso la fumigación aérea que genera mucha dispersión de los venenos, es decir, que llegan mucho más lejos que el punto en el que se tiran. Y cuando asumió Kicillof las organizaciones le pedían derogar esa resolución de forma inmediata, cosa que no hizo, solo la suspendió y prometió una nueva legislación que luego de casi ya completar su mandato, es totalmente inexistente y nunca se propuso la discusión abierta y democrática con las organizaciones socioambientales.

Hoy, lo que sucede es que el paquete transgénico es aprobado a nivel nacional, mientras la regulación de cómo se fumiga y a qué distancia se tiran esos venenos queda en manos de cada municipio. Eso no puede seguir así, de mínima hay que plantear que la regulación esté al mismo nivel. Pero sabemos que lo hacen para dividir la lucha.

LID: ¿Cómo incide la izquierda en los parlamentos municipales?

En las ciudades donde tenemos concejales de izquierda como Natalia Hernandez en La Matanza, del PTS en el FITU, presentamos un proyecto de ordenanza en el concejo municipal, exigiendo los 3000 metros de prohibición de agrotóxicos, y movilizándose para conseguirlo. Este ejemplo tiene que ser el piso para toda la provincia, por eso es muy importante que podamos coordinar entre distintas ciudades, a nivel provincial y nacional para unificar la demanda en una misma pelea común, ya que todos estamos sufriendo lo mismo. Además, los alimentos envenenados también llegan a las ciudades y ahora con el trigo transgénico HB4, hasta los panificados y todos los derivados van a tener agrotóxicos. Es clave que desde la docencia y desde las y los trabajadores de salud se pueda tomar la demanda exigiendo a los sindicatos que dejen de mirar para un costado. Con esa fuerza, coordinando entre las distintas ciudades y desde la clase trabajadora urbana junto con la rural, que están expuestos en la primera línea a estos venenos, se puede luchar para conquistar medidas urgentes en vías de terminar definitivamente con este modelo que nos envenena.

LID: ¿Qué medidas proponen?

En lo inmediato es imprescindible paliar esta situación con una regulación que prohíba la fumigación aérea completamente, que prohíba la fumigación terrestre con una zona de exclusión no menor a los 3000 metros para todos los agrotóxicos desde la última casa en zonas urbanas y rurales, lo mismo para colegios y en las cercanías a humedales y cursos de agua. Y que en estas zonas donde ya no se pueda tirar venenos, se empiece a implementar la agroecología, en vías a una transición agroecológica que reemplace al modelo actual. Si se comenzaran a trabajar esas tierras con agroecología, desde el Estado se podrían generar puestos de trabajo con jornadas de 6 horas y un salario acorde a la canasta familiar; se necesitarían técnicos y especialistas con formación para ir regenerando el suelo y construyendo conocimiento situado sobre los cultivos y sus cuidados, y se podría producir alimentos sanos y de calidad, para ser distribuído en los comedores escolares, clubes y ferias agroecológicas a poca distancia de donde se cultivan, reduciendo muchísimos costos.

Otra forma de producir es posible, pero para eso hay que dar vuelta las prioridades y afectar las ganancias de los grandes ganadores del agronegocio. Bajo esta perspectiva nos organizamos y luchamos quienes somos parte del PTS en el Frente de Izquierda.