Reclaman salarios dignos y condiciones seguras para no contagiarse de COVID en los lugares de trabajo les responden con hostigamientos, persecución y despidos. El 30 de octubre movilizaran por la reincorporación de las despedidas.
Martes 20 de octubre de 2020 10:57
El 23 de septiembre las y los trabajadores de la limpieza, quienes son denominados esenciales pero cobran salarios de miseria, entre 15, 18 y 20 mil pesos, decidieron salir a las calles por un reclamo más que justo, poder comer.
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Desde ese día han sufrido amedrentamientos de todo tipo, amenazas de la conducción gremial con enviarles patotas si salían a protestar, suspensiones por parte de las empresas, llegando a despidos por participar de las acciones de las y los trabajadores autoconvocados.
Hace diez años asesinaban a Mariano Ferreyra por luchar en contra de la precarización laboral en el ferrocarril, en contra de la tercerización del trabajo. Hoy las empresas tercerizadas de la limpieza, utilizan los despidos como método disciplinador de las protestas legítimas.
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El día viernes despidieron a la referente de esta lucha, Mariela. Antes ya habían despedido a tres trabajadores, entre ellas Paula. Y ayer lunes, se conoció la noticia de dos despidos más.
Paula: fui despedida sin ninguna causa cierta, me dijeron que me echaban porque me dormía en mi trabajo, una mentira enorme, nunca les dije que no a un servicio, nunca falté y muchos menos me dormí en mis lugares de trabajo, me mandaron a trabajar al Hospital de Urgencias en medio de la pandemia sin ningún elemento de seguridad, y así mismo hice el servicio.
La verdadera razón por la que me echaron fue por ir a una marcha para reclamar un sueldo digno, yo trabajaba 8 horas diarias y no llegaba a los 21 mil pesos. Cuando hubo paro de transporte urbano no me costearon ningún viaje, los tuve que pagar con mi bolsillo a los distintos taxis para llegar a trabajar. Siempre recibimos un trato pésimo por parte de la empresa Ecoclean, por ser esenciales me llevaban de aquí para allá.
El sindicato no hizo nada, ni cuando trabajaba ni cuando me despidieron. Me echaron como perro y soy mamá sostén de hogar.
Mariela: cuando llegó la escribana de parte de la empresa Firma Profesional de Limpieza con la notificación que me despedían tuve mucha impotencia de tanta injusticia y tristeza porque mis hijos se quedaban sin el único ingreso de mi casa, que era el mío. Después de haber trabajado 14 años bajando la cabeza y siendo basureada y maltratada, porque las empresas siempre te tratan mal y si contestas, te suspenden. El sindicato nunca nos apoyó ni defendió ante la explotación y los humillantes salarios que nos ofrecen las empresas. Salimos porque no podemos más, me echaron porque decidí levantar la cabeza y gritar quiero poder vivir, quiero llegar a fin de mes, quiero una vida digna sin pasar necesidades.
Otras trabajadoras han sido suspendidas con argumentos completamente disciplinadores, sugiriéndoles que abandonen los grupos de WhatsApp que armaron para organizarse, que dejen de reclamar por algo que no les corresponde ya que ellas trabajan y se les paga y menos aún si tienen servicios fijos.
Precarizar la vida ajena para llenar los bolsillos propios
La mayoría de las empresas de limpieza tienen contratos con el gobierno de Córdoba, que terciariza el servicio en escuelas, hospitales, oficinas gubernamentales, facturando cuantiosas sumas de dinero. Como señalan varias investigaciones publicadas en La Voz del Interior, los dueños de estas empresas tienen causas abiertas por estafas en la comercialización de automotores, demandas de Rentas o evidentes vínculos con el poder político que hace dos décadas dirige la provincia. No es la transparencia lo que distingue a estas empresas que ganan licitaciones estatales por cifras millonarias y después acceden a jugosas reasignaciones de partidas. Pero esta es solo una cara.
La otra cara de las empresas de limpieza es la precarización y el sometimiento como lo expresan las propias trabajadoras.
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Un sindicato al servicio de las empresas
Mientras tanto el sindicato que nuclea a las y los trabajadores de la limpieza, SOELSAC, solo juega un rol a favor de los aprietes y persecución. No hay una sola acción para pelear por los esenciales, solo amenazas.
Que la lucha triunfe
Los despidos representan un disciplinamiento para quienes quieren dejar de recibir miseria. Las y los esenciales de la limpieza deben ser reconocidos como tales, pero no solo en lo discursivo, sino en lo concreto. En sus salarios, en los insumos y en su reconocimiento de trabajadores de plenos derechos. El más elemental es el derecho a comer y poder reclamar sin que eso signifique perder la fuente de trabajo.
Para esto, urge que la organización de los Empleados de Limpieza Unidos (EDLU) continúe más fuerte que nunca con el apoyo de todos los sectores, rodeando de solidaridad y acompañando en la lucha de estos trabajadores que quieren dejar de ser los invisibles.
Este 30 de octubre se van a movilizar a las 17 horas desde Colón y General Paz. Tenemos que acompañar en su reclamo y en su exigencia de la reincorporación de todas y todos los despedidos por luchar.