Es evidente que el fin de las AFP es el anhelo de importantes sectores de la sociedad. Esto ya se expresó recientemente en el plebiscito que se realizó entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre en el que participaron alrededor de un millón de personas. La demanda, se ha transformado en uno de los temas de discusión del escenario de segunda vuelta presidencial.
Viernes 1ro de diciembre de 2017
El plebiscito NO+AFP en cierto modo preanunció lo que ocurrió el 19 de noviembre, pero Chile Vamos no lo leyó en su momento. Su “historia feliz” de un país que sólo deseaba crecimiento y consumo y no reformas y derechos no era más que un engaño. Importantes franjas de la sociedad expresaron votando contra las AFP la impugnación a uno de los pilares del modelo neoliberal chileno y desmintieron en los hechos la idea triunfalista de Piñera y su gente. Pero ellos siguieron cantando victoria hasta las elecciones mientras eran desmentidos en su cara. Si el 2016 la aspiración de terminar con este sistema de pensiones que condena a la miseria a nuestras abuelas y abuelos se expresó en marchas masivas, el 2017 se expresó en una gran capacidad de organización en la cual la Coordinadora de Trabajadores NO+AFP cumplió el papel central gracias al soporte que le dieron miles de activistas que, desplegados en todo Chile, garantizaron el funcionamiento de las urnas. La concurrencia masiva ya era un síntoma de que las encuestas algo no estaban reflejando y de que Chile Vamos no tenía la contienda asegurada a su favor, precisamente porque la alegría con el modelo sólo existía en las páginas de sus medios.
Guillier y Mesina se reunieron
Alejandro Guillier, por supuesto, ve la relevancia que cobra este tema. No es azarosa la reunión que sostuvo con Luis Mesina el pasado jueves 30 de noviembre: su fin es darle una señal a los votantes del Frente Amplio que tienen la aspiración de terminar realmente con este sistema de pensiones. Guillier necesita hacer cálculos en este escenario de segunda vuelta, necesita mostrar que de algún modo le interesa llegar al electorado del Frente Amplio y aunque Luis Mesina declare autonomía con respecto a todas las candidaturas, incluyendo las del Frente Amplio, y que no votará por nadie, todos sabemos que el hecho de estar identificado con la demanda del “fin de las AFP”, le brinda al simple hecho de reunirse con Guillier en este contexto, un significado especial.
Mesina dijo que no llamará a votar por Guillier, así como no llamó a votar por Beatriz Sánchez. El caso de Piñera como defensor de las AFP es más que evidente. Pero Mesina resaltó que las señales que viene dando Guillier van todas en el sentido de la preservación del sistema de pensiones. Guillier habló de “terminar con el monopolio de las AFP” pero no de terminar con la capitalización individual y el uso de los grupos económicos de los fondos de pensiones. Pero la reunión terminó siendo igualmente un terreno para declaraciones ambiguas. Guillier intenta mostrarse abierto a una definición democrática respecto al sistema de pensiones declarando “la reforma al sistema previsional en Chile debe derivar finalmente a una consulta ciudadana.” Por su parte, Luis Mesina, según informó Cooperativa, valora estas palabras señalando que “la recepción (de Guillier) fue positiva, tenemos que reconocerlo (...) se compromete a generar espacios para que el debate sea un debate a fondo, que permita que la ciudadanía construya política también". Sin embargo, Mesina señala con claridad que no llamarán a votar Guillier y que éste no ha demostrado querer terminar con el sisma de pensiones heredado de la dictadura. ¿De qué ha servido entonces la reunión?
¿Hacia dónde va la demanda NO+AFP?
Esa aspiración puede transformarse en un factor para poner en movimiento la fuerza de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras que den una pelea hasta terminar efectivamente con este sistema de pensiones; o -por el contrario- puede transformarse en un “instrumento” para diálogos y presiones entre dirigentes y figuras políticas. Esto último es lo que viene ocurriendo. Pero la Coordinadora NO+AFP en la que participan importantes organizaciones como el Colegio de Profesores o la Confusam que organizan a miles de trabajadores en todo Chile; podría cumplir un papel muy importante a la hora de activar la fuerza de cientos de miles para movilizarnos por una demanda tan urgente como la de construir un nuevo sistema de pensiones solidario y de reparto, que para quienes militamos en el PTR debería ser administrado por trabajadores y usuarios.
Esperar que los grandes grupos económicos que se benefician a partir del robo de nuestros fondos de pensiones accedan voluntariamente a terminar con sus propios privilegios, constituye una utopía sin sentido. Pretender que por medio de presiones restringidas al ámbito legislativo o presionando a Alejandro Guillier para que tome la demanda contra las pensiones de la dictadura, van a ser derrotados intereses tan poderosos como los de los empresarios de las administradoras, constituye una ilusión pueril. Sólo movilizando la fuerza de millones de trabajadores podremos doblarle la voluntad a esos sectores que se enriquecen a costa de nuestras vidas.
Es por esta razón que para quienes militamos en el Partido de Trabajadores Revolucionarios no sólo es importante qué peleamos. También es importante cómo lo peleamos. Y en qué perspectiva. Terminar con las AFP es algo que quieren al menos cientos de miles de personas, al menos más de un millón de personas. Eso es lo que peleamos. ¿Cómo lograremos realizar esa aspiración? Una vía es hacer como el Frente Amplio: presionar a Guillier para que tome el programa y hacer movilizaciones para presionar en ese sentido. Otra vía es apostar por el protagonismo de los trabajadores: ahí grandes organizaciones como el Colegio de Profesores que hoy dirige el Frente Amplio o la misma Coordinadora NO+AFP podrían cumplir un rol movilizador en perspectiva.
Para instalar nuestras demandas, sea bajo un gobierno de Guillier o Piñera, necesitamos la fuerza de miles en las calles. Y necesitamos ligar esto con la perspectiva de una sociedad en la que no estemos condenados a que se exprima nuestra fuerza de trabajo para luego ser mandados a morir con pensiones de hambre, una sociedad socialista, de abundancia, en la que trabajemos el mínimo, aprovechando las conquistas de la técnica, y desarrollemos nuestras capacidades humanas. Si impugnamos a las AFP y peleamos por rebajar la edad de jubilación a los 55 no es porque queremos ser explotados y explotadas en condiciones más amables sino porque queremos una sociedad con tiempo libre y en la que la ser viejo o vieja no sea sinónimo de ser un desperdicio arrojado con una pensión de hambre a una vida de penurias. Como decía el lema de la candidatura anticapitalista de mi compañero Dauno Tótoro, nuestras vidas valen más que sus ganancias. Esta es la perspectiva desde la cual enfrentamos a las AFP.
Juan Valenzuela
Santiago de Chile