Así lo reveló el diario Jornada. Legisladores peronistas y de Juntos por el Cambio son parte de este entramado de privilegios, cuando la pobreza, por ejemplo, es del 35% en Trelew y Rawson. La izquierda propone que todo funcionario cobre igual que una maestra.
Miércoles 25 de mayo de 2022 10:46
A pesar de la profunda crisis económica y social que atraviesa al país y la provincia desde hace años, hay cuestiones de fondo que nunca cambian. Una de ellas es el carácter de casta privilegiada del entramado de funcionarios, jueces y legisladores que gobiernan para los poderosos, a cambio de percibir dietas muy superiores a lo que cobra cualquier trabajador.
En este sistema político y social, un grupo minoritario vive como una casta privilegiada, alejada de los padecimientos y necesidad de la mayoría de la población. Con esos favores y prebendas, gobiernan a favor de los capitalistas.
Provocar al pueblo trabajador, una costumbre de las y los legisladores de Chubut
En este caso, la editorial del Diario Jornada al contar un debate en la legislatura volvió a poner en el tapete cuál es la situación de los diputados provinciales, que cobran cientos de miles de pesos por mes y hasta 500 mil pesos, en una provincia en el cual la población trabajadora y la juventud sufre la pobreza.
Hace pocos días, en una de las pocas sesiones de la legislatura en este 2022, los diputados provinciales, sin sonrojarse, adjudicaron a un legislador $95000 para alquilar una casa en Playa Unión. Simultáneamente se suspendía el comedor escolar de la escuela 108 por falta de partidas en Lago Puelo "hasta nuevo aviso".
Dos caras de un sistema social que llena de privilegios a legisladores que han votado la zonificación minera en diciembre de 2021, el pacto fiscal con Macri en 2018 o han avalado el congelamiento salarial con los estatales durante dos años, aceptando el pago de la deuda externa provincial a cambio de una módica dieta de $450 mil pesos y $50 mil pesos más para gastos.
Mientras que paga $20 por la copa de leche y $80 para el comedor de las escuelas del valle o que acaba de suspender el comedor en una escuela de la Comarca Andina, o le paga en promedio $60 mil pesos a las y los trabajadores de la educación, si, aunque usted no lo crea, un docente que recién se inicia cobra $60 mil pesos, es decir, que tiene que trabajar 8 meses para ganar lo mismo que un legislador en un mes.
Pero esta situación de extrema desigualdad no es solo con los estatales y docentes, sino con toda la población, no olvidemos que el último dato del INDEC señala que en Trelew-Rawson el 35% de la población es pobre, el dato más alto de la Patagonia y que en todo el país, hay más de 17 millones de pobres.
El desarrollo de una casta privilegiada, es la base del Estado, nacen cuando surgen las sociedades de clases, justamente porque necesitan un grupo de personas especiales que preserven el privilegio de los que empiezan a tener más y a su vez no vivan como las mayorías populares. Operan con un régimen político cuya forma no es “neutral”: tener una casta que viva como empresario, acceda a los ambientes empresarios, comparta y tenga privilegios a esos niveles y esté alejada de las cotidianeidades que sufre o padece el ciudadano de a pie, trabajadores o trabajadoras, no es “neutral”, tiene una función política. La forma de ese Estado corresponde a su contenido. Entonces, la casta se vuelve una cuestión muy importante para las clases.
Incluso recordemos que estos mismo legisladores ni siquiera trataron el pedido del STIA -Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación- de que se discuta en la interzafra de langostinos, se habilite la zafra de la merluza para enfrentar la situación de por lo menos 3000 trabajadores de la alimentación que sistemáticamente, año tras año, quedan despedidos por estas empresas pesqueras que además de favorecerse por este sistema de trabajo, depreda el mar agotando los recursos ictícolas y llevando a peligrar la zafra del langostino, que cada vez dura menos y a su vez les genera más ganancias a las empresas que como en Cabo Vírgenes, despide impunemente a las y los trabajadores que enfrentan estas condiciones de flexibilidad laboral ante la complicidad de la secretaría de trabajo y de los legisladores y el propio gobierno provincial.
Por lo que se ve, los legisladores provinciales no están preocupados por las condiciones laborales y formas de vida de la gente, solo por enriquecerse en el cargo y votar las leyes que favorecen que las empresas y los terratenientes aumenten sus ganancias o habilitando el saqueo y la destrucción del agua y el territorio, como sucedió en diciembre del 2021.
Pero esto no es nuevo, recordemos que el legislador provincial del PRO Sebastián López fue escrachado a través de una cámara oculta en diciembre de 2020 en la que se lo escucha pedir “cien lucas” a cambio de llevar adelante una campaña de lobby a favor de un emprendimiento minero. El diputado aseguraba en la charla que fue filmada con un supuesto empresario del sector, que está involucrado en la cuestión “minería” y se jacta de ser nexo con Nación, Provincia y otros legisladores para hacer “la rosca”.
Este cuestionamiento a la casta que hacemos desde la izquierda es muy distinto a la demagogia de Javier Milei, que detrás de su discurso contra "los políticos" oculta que defiende los intereses de los grandes poderosos. Su discurso contra el Estado busca explotar el descontento contra los partidos como el peronismo o Juntos por el Cambio para postular la "libertad" para unos pocos: la libertad de los empresarios para explotar sin límite alguno a los trabajadores, con más precarización laboral y saqueo del país. Es el extremo liberalismo que nada bueno puede traer para las grandes mayorías.
Que todo funcionario gane como una maestra
Desde el PTS y el Frente de Izquierda Unidad, históricamente, se plantea que los funcionarios, legisladores y jueces no deben ser una casta privilegiada sino que deben cobrar el mismo salario que una maestra, que un trabajador normal. Este proyecto fue presentado varias veces por los diputados de la izquierda y cajoneado por los partidos tradicionales. Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Alejandro Vilca y los legisladores provinciales del espacio, perciben un salario como el de cualquier otro trabajador y donan el resto a luchas de los trabajadores y causas sociales.
Al mismo tiempo peleamos para que todo trabajador gane un salario igual al valor de la canasta familiar.
Retomamos así las mejores tradiciones de los socialistas revolucionarios, y planteamos la revocabilidad de los funcionarios por parte de los electores y la eliminación de todos los privilegios de la función política.
Ya Marx, tomando el ejemplo de la Comuna de París de 1871, el primer gobierno obrero de la historia, tomaba el ejemplo de los diputados comuneros que cobraban el salario promedio de un obrero y eran revocables en todo momento si traicionaban el mandato de sus electores, algo que, salvo el Frente de Izquierda, no resistiría prueba alguna en la casta política argentina, incluyendo a los “outsiders” o los mal llamados “libertarios”.
La fuerza social de la clase obrera, más allá de sus múltiples cambios y transformaciones, sigue siendo por su rol en la producción, el transporte y los servicios la que tiene la posibilidad, en alianza con la juventud y el pueblo pobre, de cambiar de raíz este sistema social basado en la explotación y la opresión y construir un nuevo régimen social. Un socialismo desde abajo, impuesto mediante la movilización revolucionaria, que administre democráticamente la economía en función del interés mayoritario.
Empezar a poner en movimiento esa enorme fuerza social es una tarea imprescindible, tal como lo propone la izquierda clasista y socialista.
Ariel Iglesias
Nació en Buenos Aires en 1969. Es docente (jubilado). Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Escribió en Ideas de Izquierda "La Educación en el país de los soviets"; "Chubut: Crónica de un triunfo popular contra la Megaminería". Escribe y edita La Izquierda Diario+ en Chubut.