A 50 años del Cordobazo recordamos el Marplatazo, cuando el 14 de junio de 1972 el movimiento estudiantil en las calles y la huelga política de la CGT desafiaron a los militares con movilizaciones y enfrentamientos.
Nahuel Dominguez @NadQuetzo
Martes 28 de mayo de 2019 23:13
Cuando se cumplen 50 años del Cordobazo, aquella gesta histórica que marcó un antes y un después en la lucha de clases de nuestro país, inaugurando un proceso revolucionario que solo la dictadura de cívico-eclesiástica-militar de 1976 pudo frenar; unas frases elocuentes del agudo Karl Marx se nos vienen a la mente. “La revolución social (…) no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir. No puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado” (1).
En este sentido, cuando la crisis y el ajuste se ciernen sobre nuestro país de la mano del régimen del FMI y la lucha de clases aparece como un menester ineludible más tarde o más temprano; nos proponemos una reconstrucción de los hechos basado en un examen crítico que nos permita aportar a extraer lecciones para preparar el porvenir.
Un triunfo imprevisto
En la editorial del diario La Nación del 27 de junio de 1972 bajo la firma de su director Bartolomé Mitre, el tradicional diario conservador denunciaba:
“Mar del Plata. Allí ocurrió el año pasado uno de los más graves episodios de violencia dentro de las paredes de una casa de estudios: el asesinato, prácticamente a mansalva, de la joven Silvia Filler. Apoyados en esa luctuosa circunstancia, los activistas han obtenido en la ciudad balnearia un triunfo por el cual han bregado infructuosamente hasta el momento sus colegas del resto del país: la adhesión completa de la CGT.
No se ha reducido a declaraciones simbólicas. Consistió nada menos que en un ‘paro activo’, al estilo de los de Córdoba. (...)
Imprevistamente, cuando todo parecía indicar el fracaso a escala nacional de esa táctica, se ha obtenido un primer triunfo en Mar del Plata. Hasta dónde continuará a partir de este instante esa conjunción obrero-estudiantil es imprevisible, tanto en aquella ciudad como en el resto del país. (…) Porque también puede ensayarse la siguiente interpretación: vistas las dificultades de algunos dirigentes obreros por embarcar a ‘las bases’ en acciones callejeras, la explotación de problemas universitarios y la mezcla con los bien entrenados activistas estudiantiles puede construir una buena táctica.”
El artículo no solo señala la repercusión y magnitud de los hechos sino que siembra el terror ante la posibilidad del desarrollo de más o generalizadas experiencias de este tipo, que ya habían tenido su antecedente en el Cordobazo y mostraban la potencialidad de la alianza entre obreros y estudiantes superando todo corporativismo y golpeando como un solo puño en las calles.
El gobierno de Lanusse se vería obligado a tomar nota de la dirección de los acontecimientos, favoreciendo el desvío de los procesos insurreccionales inaugurados con el Cordobazo por la vía electoral. Extendiéndose entre la población las ilusiones de retorno del peronismo al poder. Esta fase del proceso 69´-76’ se desarrolla entre 1972-74 finalizando con la muerte de Perón, a partir de la cual comienza a derrumbarse la política de contención a la clase trabajadora (2).
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Del caso Filler al Marplatazo
La existencia de dos universidades en la ciudad, la Provincial y la Católica, convirtieron a Mar del Plata en un centro de atracción para los jóvenes del interior de la provincia y localidades aledañas. Junto al tradicional empuje del sector pesquero y el turismo, la construcción y la incipiente industria textil le daban su fisionomía a “La Feliz”, que por ese entonces contaba con algo más de 300 mil habitantes.
El 6 de diciembre de 1971 el asesinato a sangre fría de la estudiante de primer año Silvia Filler, mientras participaba de una asamblea en la Facultad de Arquitectura por parte de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), fue el desencadenante de una oleada de movilizaciones y acciones callejeras que culminarían con el Marplatazo del 14 de junio de 1972.
La oposición mayoritaria del movimiento estudiantil a la dictadura luego de la Noche de los Bastones Largos y el proceso de radicalización política inspirado en la Revolución Cubana, el Mayo Francés y el Cordobazo, venía incubando el surgimiento de nuevas organizaciones al interior del movimiento estudiantil al compás de la creciente politización así como su polarización.
Según un detallado informe de DIPPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires), en el movimiento estudiantil local actuaban más de una decena de organizaciones políticas de procedencia peronista, trotskista, comunista y maoísta.
Acerca de la CNU, el informe refiere
“Aunque nunca fue un núcleo numeroso, llego a tener cierta trascendencia, especialmente en la facultad de Arquitectura, donde combatió permanentemente a los movimientos de izquierda. La participación de sus dirigentes en los hechos que culminaron en el asesinato de Silvia Filler, el encarcelamiento de algunos de ellos y la fuga de los restantes desorganizó bastante a la agrupación. Luego de la amnistía y el regreso de los detenidos avivó un tanto el accionar de la Concentración” (3).
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El 6 de diciembre de 1971 la CNU irrumpió en la asamblea que realizaban unos 300 estudiantes de arquitectura a los tiros, asesinando a Silvia Filler e hiriendo a otros dos estudiantes. El hecho con repercusión en los principales medios nacionales, convocó entre 3 mil y 4 mil personas personas que tomaron las calles de la ciudad durante el velorio de la estudiante según documentos internos del PST (4). Las principales columnas salían de la sede de la Universidad Provincial escrachando la comisaría 1°, ya que dos de los integrantes de la CNU que habían perpetrado los hechos pertenecían a la policía bonaerense. La bronca popular se expresó atacando patrulleros, el local de la empresa Piantoni perteneciente a la familia de Ernesto Piantoni, uno de los dirigentes de la CNU, y las sedes de los diarios cómplices del gobierno. Se producen 80 detenciones pero son liberados casi de inmediato ante el control de las calles por parte de los manifestantes y la indignación general.
El 2 de enero de 1972, se dicta el procesamiento y la prisión preventiva contra 16 integrantes de la banda que había irrumpido en la asamblea de arquitectura, todos integrantes de la CNU. Entre los identificados por el asesinato destacaban el policía bonaerense Oscar Corres y el entonces prófugo Juan Carlos Gómez, vinculado a la CGT local, quien había sido fotografiado en agosto de 1971 en el lanzamiento de la CNU de Mar del Plata junto al dirigente nacional de la organización, Patricio Fernández Rivero y José Rucci (5). Luego del triunfo de Cámpora en 1973 todos los detenidos serían indultados.
Así comenzaría una serie de acciones que pondrían de relieve un cambio de subjetividad en sectores de la población. Era el momento de tomar las calles. Desde la huelga general de la CGT local del 17 de enero de 1972 exigiendo mejoras laborales para los trabajadores de los barcos de altura y reactivación de la industria de la pesca, que copó el centro de la ciudad con la movilización pese a la fuerte represión por parte del ejército y terminó obteniendo parte de sus demandas; hasta las manifestaciones contra la prohibición del carnaval el 13 de febrero del mismo año, que copó la avenida Colón y también fue duramente reprimida por el ejército que tiraba gases lacrimógenos hasta contra los balcones de los edificios desde donde la gente les tiraba agua.
El 6 de junio de 1972, a seis meses del asesinato de Filler, la coordinadora trabajadora-estudiantil que agrupaba a distintas organizaciones de izquierda, estudiantes de las dos universidades, docentes y trabajadores de diversos gremios, convocó a manifestarse. La policía intervino deteniendo a Sara Ferreiro, Jorge Sprovieri, María Díaz, Raúl Iglesias, Nélida Santamaría, Oscar Sierra y Cecilia Craso. Muchos de ellos testigos en la causa por el asesinato de Filler. Unos días más tarde en un allanamiento además detienen al también testigo Marcos Chueque. Llevados ante el fuero anti subversivo.
Ante las detenciones, los estudiantes declaran el estado de movilización por tiempo indeterminado y una nueva asamblea de la coordinadora obrero-estudiantil, donde se define exigir a la CGT local el llamamiento a un paro activo. Los estudiantes en su séptimo día de movilización se dirigen al plenario convocado por la central obrera, que se realiza el 13 de junio y del que participan 28 gremios (6). Allí ante la presión estudiantil, se define la convocatoria al paro activo para el día siguiente con un claro contenido político. Libertad para todos los presos políticos.
Desde las 10 de la mañana y hasta entrada la tarde del 14 de junio, miles de estudiantes y trabajadores, entre los que destacaban los de la industria del pescado, se concentraron en diversos puntos de la ciudad y desafiaron el despliegue del ejército que tomó previamente el control de la ciudad. Movilizó el regimiento 10° de caballería blindada y bloqueó junto a las otras fuerzas armadas los accesos al centro de la ciudad.
En el marco de una ciudad completamente paralizada por el 100% de adhesión al paro, dos importantes centros de concentración fueron Alberti y San Juan y la zona puerto (7). Desde allí miles se movilizaron enfrentándose con el ejército e intentando llegar al centro de la ciudad. La fuerte represión si bien lograba dispersar las movilizaciones, no impedía que una y otra vez las diversas columnas se reagruparan, volvieran a enfrentarse y alcanzaran las inmediaciones de Guido y San Martín, tras avances y retrocesos. Durante los combates 110 manifestantes fueron detenidos.
Los jefes del ejército declararían días más tarde que la situación había sido controlada, sin embargo los hechos lo contradecían. Los detenidos durante la jornada del 14 habían sido rápidamente liberados así como los presos políticos llevados ante el fuero anti subversivo detenidos el 6 de junio. Un triunfo completo producto de la movilización decidida y la unidad obrero-estudiantil.
Porvenir
El Marplatazo es un hecho poco conocido o al menos poco recordado como tal. Es parte sin embargo de la tradición de luchas de una ciudad que oscila entre ser “La Feliz” para los turistas y una de las capitales del trabajo precario y la desocupación.
A más de 40 años muchos de los integrantes de la CNU fueron condenados producto de la incansable lucha de los organismos de derechos humanos y otras organizaciones. Pese a que muchos intentaron reciclarse como el ex fiscal federal Gustavo Demarchi que fue candidato del PJ a la intendencia de Mar del Plata en 1983 o Pipi Pomares como asesor de senadores del FPV en la legislatura provincial. Otros genocidas recién comienzan a ser juzgados como los responsables de la Subzona 15 o continúan impunes como el actual fiscal general de la ciudad Fabián Fernández Garello, pese a haberse desempeñado según archivos de DIPPBA como espía de esa fuerza durante la última dictadura.
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Como promovió la juventud del PTS en Mar del Plata durante la lucha educativa del 2018 movilizando junto a miles de estudiantes a la sede de la CGT exigiendo un paro activo; es necesario recuperar las banderas de unidad obrero-estudiantil superando todo corporativismo. La acción independiente y auto organizada de los trabajadores y demás sectores populares es la que tiene la fuerza para derrotar el ajuste y a todo el régimen del FMI.
1. Karl Marx, El dieciocho brumario del Luis Bonaparte; en Iturbide Guillermo. Revolución; Ediciones IPS, CABA, 2018. p.199.
2. Werner Ruth y Aguirre Facundo; Insurgencia obrera en la Argentina. 1969-1976. Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda; Ediciones IPS, Buenos Aires, 2007. p.38.
3. CPM. Mesa A, Carpeta estudiantil, Legajo N°76. Localidad de Gral. Pueyrredón. Folio 61.
4. Fundación Pluma. Boletín Interno del 14 de Diciembre de 1971. Disponible en http://www.fundacionpluma.info:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/1762/3139.pdf?sequence=1 (Consultado 21/05/2019).
5. Cecchini Daniel y Elizalde Leal Alberto; La CNU. El terrorismo de estado antes del golpe. Miradas al SUR; CABA; 2013. p.173.
6. Fernández Mónica y Acuña Patricia; Mar del Plata y las luchas estudiantiles en la década de los 70´. Universidad Nacional de Mar del Plata.
7. La Capital. Viernes 16 de junio de 1972.
Nahuel Dominguez
Nació en Mar del Plata en 1990. Docente e investigador en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Integrante desde 2006 del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), colaborador de La Izquierda Diario.