La devaluación de las monedas de los países latinoamericanos fue la excusa. En las tratativas de un acuerdo comercial con China, y ante el inminente recambio presidencial en Argentina, Trump optó por dirigir aranceles hacia la región para hablar a su base electoral.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Lunes 2 de diciembre de 2019 22:36
Este lunes el presidente norteamericano Donald Trump anunció vía Twitter que restituirá los aranceles a la importación de aluminio y acero provenientes de Argentina y Brasil debido a que ambos países habían devaluado y afectaban a su economía.
En mayo de 2018 Trump había impuesto aranceles a las importaciones de acero (de 25 %) y aluminio (10 %), especialmente apuntando a la disputa con China. En aquel momento, luego de dos meses de negociaciones, el gobierno argentino logró ser exceptuado de la medida. También lograron salirse Australia, Brasil, Canadá, México y Corea del Sur.
En esa oportunidad, el acuerdo con Argentina estableció cupos de exportación libres de arancel con un tope de 180.000 toneladas anuales para ambos productos, considerando los volúmenes de exportación del país a dicho mercado (equivalente al 100 % del promedio del aluminio y al 135 % del promedio del acero exportado).
Durante el año pasado las exportaciones argentinas de acero y aluminio a Estados Unidos alcanzaron U$S 700 millones cumpliendo con prácticamente la totalidad del volumen asignado en las cuotas de exportación.
Por su parte, en lo que va de 2019 ya se realizaron ventas por más de U$S 520 millones. Las principales empresas argentinas involucradas en ese mercado son Aluar, Acindar y el Grupo Techint con sus compañías Tenaris y Ternium.
Los motivos de Trump
Como viene siendo la estrategia del actual presidente de Estados Unidos, cada mensaje y cada medida no tiene un único destinatario, sino que actúa en frentes simultáneos, tanto en su política exterior como en la política interna, mirando en este caso el escenario electoral de 2020.
1- El principal objetivo parece ser precisamente el inicio de su campaña electoral por la reelección, brindando una señal hacia los sectores agrícolas y manufactureros que más fueron afectados por la "guerra comercial" con China. En particular, Trump busca busca apoyo en estados clave.
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Si bien el presidente estadounidense afirmó que la devaluación reciente de Brasil y Argentina (post PASO) es premeditada y daña la competitividad de las empresas de su país en los mercados internacionales, sobre todo de su sector agrícola, lo cierto es que en ambos casos las monedas de los países latinoamericanos se mueven más al compás de las crisis locales que de una política comercial hacia Estados Unidos.
Asimismo, es difícil pensar que esta medida arancelaria tenga algún efecto positivo sobre la rentabilidad agraria estadounidense. Se trata más bien, en ese caso, de mostrar actitud confrontativa para "defender sus intereses", en una táctica de cambiar cuidadosamente el destinatario, sin mencionar a China con quien actualmente está en tratativas de una nueva tregua en el conflicto.
El presidente de Estados Unidos nombró específicamente a los "granjeros" en su tuit (a quienes la imagen aparente no debe confundirse con la de un pequeño agricultor, sino que se trata de importantes empresarios).
Los sectores rurales del interior de Estados Unidos se vieron perjudicados por el conflicto arancelario con China, que redundó en la suba de tarifas para productos agrícolas estadounidenses como la soja, en respuesta a las que Trump había colocado, afectando las exportaciones severamente.
Por su parte, para los sectores manufactureros de Estados Unidos el impacto fue contradictorio. Si bien los productores de acero y aluminio estadounidenses apoyaron las tarifas a importaciones de metal más barato, para sectores como las automotrices, mecánica, envasado de alimentos, por ejemplo, fue perjudicial al encarecerse la importación de los productos que constituyen insumos.
El acero y el aluminio son usados intensivamente, por ejemplo, por la industria alimentaria en envases y para la protección de sus productos, así como en la industria automotriz para la fabricación de vehículos y de piezas o en la fabricación de maquinaria.
“Es una medida puramente electoral”, señaló Mark Jones a Clarín, experto en Argentina del Baker Institute de Rice University, Texas. “El campo, en estados claves para la reelección de Trump como Iowa, Carolina del Norte y Wisconsin, está muy golpeado por la guerra tarifaria con China. Con esta medida, Trump muestra que está luchando para el campo, aunque solo para la vidriera, porque la medida no va a traer beneficios reales importantes para ese sector”, agrega.
2- Un segundo motivo es también interno, continuando su presión hacia la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) a que siga bajando la tasa de interés.
Así, en su segunda parte de tuits, Trump se dirige a los directores de la FED: "La Reserva Federal también debería actuar para que los países, que hay muchos, no se aprovechen de la fortaleza del dólar para devaluar aún más sus monedas", dijo.
"Esto hace que sea muy difícil para nuestros fabricantes y agricultores exportar sus productos de manera justa", escribió Trump.
No es la primera vez que el mandatario insta al organismo a recortar las tasas, argumentando que los tipos negativos en Europa y otras partes dan a esos países una ventaja competitiva.
3- Marcar la cancha en el "patio trasero". En tercer lugar, no debe perderse de vista el contexto latinoamericano de fuertes giros en la dinámica política, cuestionamientos profundos al régimen chileno, golpe de Estado en Bolivia, manifestaciones en Ecuador, Colombia, entre otros.
En Argentina, es una señal hacia el presidente a punto de asumir, Alberto Fernández, mientras que en Brasil significó un golpe para su "aliado" Jair Bolsonaro, en el marco de recientes tratativas entre ese país y China.
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Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior y director de la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales) dijo a Infobae que la devaluación brasileña fue de 15 % en términos reales (este año) -la inflación de Brasil es muy baja- pero que también puede haber influido en la decisión del presidente Trump el reciente anuncio de conversaciones entre China y Brasil para lograr un acuerdo comercial y alentar inversiones chinas en Brasil.
“El vínculo entre Estados Unidos y Brasil no está tan estrecho como lo estuvo antes. En el caso de la Argentina, probablemente tenga que ver con un cambio de gobierno. Es utilizar un argumento objetivo, que son las devaluaciones, para sentarse a conversar”, agregó.
A los pocos minutos del anuncio de Trump, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, avisó que de ser necesario hablará telefónicamente con Trump, con quien dijo tener "canal abierto" frente a las medidas del presidente norteamericano.
Desde el lado argentino, el Gobierno de Macri se sostenía en que las importaciones eran sólo el 0,6 % de las totales de Estados Unidos. Para Brasil, en cambio, en 2018, representaba el 13 % de las importaciones norteamericanas de acero.
Impactos locales y la reacción de los empresarios
Brasil es el segundo exportador de acero a Estados Unidos, por detrás de Canadá. Para ese país, los efectos de la medida de Trump serían mucho más fuertes que en la Argentina.
Según el Observatory of Economic Complexity, las ventas al exterior del mineral de hierro y sus concentrados (usados para fabricar acero) suponen el 9,2 % de las exportaciones totales de Brasil, por encima de las de petróleo.
No obstante, también Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de acero y aluminio argentinas.
De las dos exportaciones, las más relevantes para la industria local son las de aluminio, aunque últimamente su volumen fue disminuyendo. De los productos industriales que exporta la Argentina, después de autos y algunos insumos químicos o plásticos, el aluminio es uno de los principales.
Esto se vio reflejado en el desplome inmediato de las acciones de Aluar en la jornada del lunes hasta los $ 31, un 11,9 % menor al último valor. Los anuncios de Trump golpearon de lleno al Merval (la bolsa local), que cerró la rueda con una caída del 3,1 %
La principal compañía exportadora de aluminio es Aluar. Mientras que las exportadoras de acero son Acindar (Grupo ArcelorMittal), Tenaris-Siderca y Ternium-Siderar (del Grupo Techint) y Gerdau (Grupo Gerdau). En conjunto exportan por más de USD 1.500 millones anuales a diferentes mercados, según datos de la Cámara Argentina del Acero.
El empresario Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar, aseguró que la vuelta de los aranceles estaba dentro de los escenarios esperados. Y sorpresivamente se tiró más duramente contra la política del gobierno de Macri del último año, que no previó medidas para evitar el retorno de los aranceles.
“Se quedaron inmovilizados a partir del año pasado. Les hemos dicho cuáles eran las medidas con las que había que atacar los problemas y eso se ignoró”, dijo a Madanes Quintanilla a Infobae. El 40% de su producción local se exporta a los Estados Unidos.
Desde Acindar, en tanto, minimizaron el impacto. “La compañía tiene asignada una cuota de pequeña escala en el mercado norteamericano, unas 1.100 toneladas. Todo depende de si la Argentina mantiene la competitividad y de si encuentra un nicho de mercado donde colocar la producción”. Aunque indicaron que las mayores restricciones para exportar nunca son buenas noticias para las empresas argentinas, sobre todo teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa el mercado interno.
Por su parte, en declaraciones recogidas por la agencia AFP, José Urtubey, como representante de los empresarios nucleados en la UIA, dijo que los productores del país se verán perjudicados inmediatamente por los aranceles. Urtubey aprovechó así para preparar el terreno para las negociaciones con el nuevo gobierno para un "pacto social" más beneficioso, descargando los efectos de la situación económica en los trabajadores.
De esta forma, reconoció una "falta de competitividad" de Argentina como productor", y remarcó que "el hecho de que Estados Unidos impusiera al país unos de los aranceles más bajos a su acero y aluminio fue "beneficioso".
Mientras en Brasil afirman tener un canal abierto con Estados Unidos, en Argentina hay un recambio de gestión el 10 de diciembre y quedará por verse qué negociaciones entabla el nuevo gobierno de Fernández.
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Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.