Con 39 casos activos, 185 personas aisladas por contacto estrecho según el parte oficial del 20 de septiembre y tres fallecidos por COVID-19 desde el comienzo de la pandemia en la localidad, el personal de enfermería realizó una protesta en las puertas del Hospital de Área El Bolsón por la reforma de la ley 24004 que regula la actividad a nivel nacional.
Lunes 21 de septiembre de 2020 20:19
“En el día de la sanidad salimos a ver si se escucha la voz de enfermería. Pedimos la modificación de la ley nacional de enfermería 24004, porque hace años que no se hacen modificaciones y hoy con la pandemia tenemos la necesidad de ser reconocidos como profesionales de la salud, porque aunque en Río Negro si los somos, no somos reconocidos como profesionales en todo el país. Tampoco como trabajo de riesgo.” Así comenzó la conferencia de prensa en las puertas del nosocomio Lili Soto, enfermera.
El petitorio que leyeron incluye el pedido de jubilación a los 52 años para mujeres y 55 para hombres con 25 de aportes en función del reconocimiento del trabajo insalubre y de riesgo que cumple el personal de enfermería. Un beneficio del que goza el personal militar, pero no el de salud.
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Desde La Izquierda Diario recogimos los testimonios de Lili, Daniel Cahuipan y Hugo Benítez, tres miembros del personal de enfermería con una larga trayectoria y compromiso en el Hospital de Área El Bolsón (HAEB)
Daniel destacó “este reclamo surge desde hace muchísimos años. Deberíamos ser trabajo de riesgo hace mucho tiempo. Nosotros no estamos para estar en la calle reclamando, tenemos que estar adentro brindando a mejor calidad de atención. No podemos estar corriendo de un hospital a otro para atender en otra terapia intensiva. A eso queremos decir basta, no queremos trabajar así.”
Hugo agrega “es increíble que Hoy en 2020, año de la enfermería según la OMS, tengamos que salir a hacer reclamos que son históricos. Todos los días corremos riesgo, no solo en pandemia. Eso hace que nuestro trabajo sea de riesgo y no hemos sido reconocidos como el 60% de la fuerza de un hospital, pero no somos reconocidos como parte de ese equipo médico. Nosotros representamos el 80 % de la atención en una internación y eso no está reconocido.”
“Hacemos turnos de 12 horas y luego cubrimos a nuestros compañeros.” Completa Lili al tiempo que destaca “Los aplausos son relindos, nos fortalecen, pero con aplausos no abastecemos nuestra canasta familiar.” Por ello el petitorio incluye el pedido de reconocimiento de la jornada laboral de 6 horas, el reconocimiento como personal esencial.
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El petitorio, destaca también que siendo que el 70% del personal de enfermería es femenino, las enfermeras no gozan de licencia por violencia de género, ni cupo laboral, o protección por embarazo o lactancia.
Daniel Cahuipan destacó “es una buena oportunidad para que las autoridades reconozcan nuestra labor, llevando tranquilidad a la gente con personal que esta descansado, calificado y bien pago.”
En paralelo a la protesta del personal de salud, que concluyó con una modesta caravana de autos, una ruidosa manifestación copó el centro de la ciudad cordillerana pidiendo la vuelta de las carreras de caballos. Una muestra de cómo los aplausos escondían la normalización de las condiciones de precariedad de la salud a las que buena parte de la sociedad da la espalda.
