La sede federal del Partido Verde en Berlín fue ocupada ayer por refugiados y activistas. Protestan contra el endurecimiento de la Ley de Asilo en Alemania, que la coalición gobernante de conservadores y socialdemócratas quiere aprobar en el Parlamento este viernes. "Si Ustedes no nos quieren a nosotros acá, ¿por qué destruyen nuestros países?" preguntó un refugiado. Los Verdes aún no han anunciado cómo van a votar.
Jueves 18 de septiembre de 2014
A las 10.30 de la mañana llegaron casi 50 personas, entre ellos muchos refugiados de África, a la sede de los Verdes en el barrio berlinés de Mitte. Entraron en el edificio amarillo y anunciaron la ocupación de los primeros dos pisos. Un funcionario del partido aclaró que los verdes apoyan a los refugiados y también la ocupación de su sede. Rápidamente se acordó que los activistas podían organizar una conferencia de prensa a las 11:30 horas, sin hacer la denuncia a la policía.
El gobierno alemán quiere endurecer la ley de asilo, definiendo a los estados Bosnia y Herzegovina, Serbia y Macedonia como "estados de origen seguros". Este término significa que las autoridades podrán deportar a personas que tienen las nacionalidades de estos estados balcánicos mucho más fácilmente. Este cambio afectaría principalmente a personas de origen Sinti y Roma (llamados "gitanos", aunque este es un término despectivo) quienes son víctimas de distintas formas de discriminación en estos países.
Organismos de derechos humanos denuncian que en esos países existen condiciones de una pobreza extrema, desempleo masivo y violencia racista, de las cuales la población Sinti y Roma son víctimas. También hay constantes ataques a personas LGBTI, que tienen gran impunidad judicial.
Pero el gobierno alemán, basándose solamente en informes de su ministerio de exteriores, defiende que esos estados son “seguros” para todos.
El viernes la ley va a ser presentada en la cámara alta del parlamento alemán (Bundesrat), compuesta por representantes de los estados federados. La coalición gobernante de los conservadores y los socialdemócratas aprobó la ley en julio en la cámara baja (Bundestag) con su mayoría aplastante de casi 80%. Pero esta ley no puede ser aprobada en la cámara alta sin el apoyo de los verdes.
Los verdes se presentan como un partido que defiende los derechos de los refugiados – en las últimas elecciones incluso sacaron afiches que decían "yo soy refugiado". Sin embargo, este partido gobierna en el barrio berlinés de Kreuzberg que ha sido un centro de las protestas de los "sin papeles" en los últimos dos años.
En este barrio los Verdes ordenaron el desalojo violento de un campamento de protesta en la plaza Oranienplatz en abril de este año. En junio enviaron una masiva operación policial con 1.700 oficiales para evacuar una escuela abandonada en la que vivían unos 600 inmigrantes ilegalizados.
"Terminen por fin con el ’bla bla bla’!" dijo una refugiada en referencia a los Verdes, según el blog alemánLower Class Magazine.
La presidenta del partido, Simone Peter, expresó que "probablemente" votarían en contra de la ley el viernes, pero no quería prometer nada.
En la conferencia de prensa, los refugiados pudieron explicar las causas de la migración. Por ejemplo, el bombardeo de Libia por la OTAN en el año 2011 – fuertemente apoyados por los Verdes en Alemania – que forzó a muchos trabajadores de África subsahariana a abandonar el país y cruzar el mar mediterráneo hacía la isla italiana de Lampedusa. Algunos llegaron a ciudades alemanas como Berlín o Hamburgo.
"Si Ustedes no nos quieren a nosotros acá, ¿por qué destruyen nuestros países?" preguntó un refugiado.
También está toda la historia del colonialismo alemán que dejó cientos de miles de muertos en África.
Cuando la policía desalojó el campamento en el Oranienplatz, el senado de Berlín prometió mejores condiciones de vida para los activistas. Pero cuatro meses después, no han cumplido ni una de sus promesas: A finales de agosto los refugiados iban a ser expulsados del Hostel donde el gobierno los alojaba. Cuando protestaron desde el techo del edificio, la policía bloqueó la comida y el agua durante 13 días.
Miles de jóvenes están luchando para los derechos de los refugiados. Hubo huelgas estudiantiles en febrero y julio y también una presencia masiva de jóvenes enfrentando cada intento de desalojo.
"Están atacando los derechos humanos para ahorrar costos" dice Nelly W., una estudiante secundaria y activista, frente al edificio ocupado. "Eso es típico del capitalismo."