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Red Internacional
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Salud pública en Chile. Renunció un funcionario de Salud de Boric tras varias muertes de bebés por falta de atención

Fernando Araoz, subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud de Chile, renunció en el marco del colapso del sistema de salud.

Miércoles 14 de junio de 2023 10:44

El sistema de salud pública chileno se encuentra colapsado en el marco de una crisis hospitalaria que sacude al país. Al momento han fallecido al menos 4 lactantes en Santiago, la capital del país, afectados por el virus sincicial respiratorio (VRS).

El virus, que afecta sobre todo a menores de un año de edad, provoca un síndrome bronquial obstructivo y bronconeumonias que puede llevar a la muerte si no es atendido rápidamente.

La renuncia de Araos venía resonando al interior de La Moneda debido a las versiones- primero contradictorias, luego asumidas por Araos- de que no se contactó con la Clínica Las Condes (privada) para la consulta de disponibilidad de camas pediátricas, luego de que una lactante de dos meses falleciera en la localidad porteña de San Antonio por falta de camas disponibles en la región.

La derecha ha buscado mostrarse como “defensora de la salud de los chilenos”, en medio de dimes y diretes con el gobierno de Boric buscando capitalizar el descontento, mientras defienden la salud de mercado y a sus propietarios.

El presidente del Colegio Médico, Juan Luis Castro, señaló la semana pasada que "Diariamente 150 nuevos lactantes menores de un año son hospitalizados y se registran 1.500 neumonías cada jornada, y pese a ello la autoridad no quiere decretar emergencia sanitaria".

La semana pasada, voceros de la derecha insistieron en la incompetencia del gobierno, incluso muertos políticos como el expresidente Sebastián Piñera salió a ofrecer su “ayuda” y la de su equipo. También se refirieron a esto en los medios de comunicación gente como el exministro Jaime Mañalich, el mismo que mintió con las cifras al comienzo de la pandemia de Covid-19 y se mostró “sorprendido” por cómo vivía la mayoría de chilenas y chilenos, producto del hacinamiento que favorecía el contagio.

En un primer momento, el Gobierno de Boric respaldó a la Ministra de Salud y al Subsecretario Araos, en medio de la amenaza de una acusación constitucional a la ministra por parte del ultraderechista Partido Republicano de José Antonio Kast. Finalmente fue bajada luego de la renuncia de Araoz.

El gobierno de Boric no ha tenido una política real de fortalecimiento de la salud pública. La “polémica” con la Clínica Las Condes, clínica privada que se encuentra entre las más caras del país, no refiere a un mayor acceso a la salud por parte de la población, sino de la entrega de recursos del Estado a sectores privados, que se seguirán enriqueciendo y lucrando con las vidas de los hijos de la clase trabajadora en esta emergencia.

La actual situación de la salud pública en Chile no es distinta a la que hubo durante el gobierno de Piñera y en los últimos 30 años, contra la que se levantó el pueblo en la revuelta octubre de 2019.

Como vienen planteando las compañeras y compañeros del Partido de Trabajadores Revolucionarios, grupo que impulsa La Izquierda Diario en Chile, no se puede permitir ningún cierre de cama o de unidades de atención al interior de los hospitales, y hay que prohibir cualquier tipo de despidos a los trabajadores de la salud. Al contrario, es fundamental la contratación de personal en contexto de crisis hospitalaria. También es fundamental la ocupación sin pago de las clínicas privadas según la necesidad de la población.

Los recursos del Estado no deben ir a los bolsillos de los empresarios de la salud, sino que a la dotación funcionaria, a insumos, medicamentos, camas y modernización de centros hospitalarios que todos los inviernos colapsan o se caen a pedazos.

Los empresarios de la salud embolsan cifras multimillonarias mientras el pueblo trabajador está condenado a sueldos de hambre que le impiden usar sus servicios, obtener una cama en caso de un problema de salud. La red pública de salud es cada vez más precaria. En el verdadero Chile, hay una salud para ricos y otra para pobres.