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Red Internacional
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La Ribera. Suteba Lomas: a espaldas del reclamo de tierra y vivienda de la comunidad educativa

A casi 2 semanas en que la Gendarmería Nacional reprimió y derribó casas en el barrio La Ribera, SUTEBA Lomas ni siquiera repudió el hecho. Demasiado cerca del gobierno, demasiado lejos de las familias de la comunidad educativa.

Lunes 19 de julio de 2021 20:48

El jueves 8 de julio las topadoras y la represión volvieron a ser la respuesta ante el reclamo del elemental derecho a la tierra y vivienda. La Gendarmería de la ministra de Seguridad de Alberto F. (Sabina Frederic), en colaboración con la policía local de Martín Insaurralde, ingresó al Barrio La Ribera de Lomas de Zamora y, golpeando mujeres y niños, derribó en minutos las casas de material construidas por el esfuerzo de años de los vecinos.

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Pero lo que generó indignación y un gran repudio de amplios sectores, pasó totalmente desapercibido para el SUTEBA (no solo para el provincial dirigido por Baradel sino también para su seccional Lomas de Zamora) que no tuvo ni siquiera el reflejo de escribir tan solo una línea al respecto.

La difusión y repercusión de la noticia se conoció en las escuelas del distrito por el mensaje de un alumno (“Profe, no puedo unirme al Meet porque Gendarmería vino al barrio a derrumbar casas”) lo que multiplicó la bronca entre docentes y auxiliares, trabajadoras y trabajadores de la zona y de otros lugares, vecinas, vecinos y gente conocida del barrio. Y ante la gravedad de los hechos, Organismos de Derechos Humanos rechazaron la represión y exigieron que las fuerzas represivas se retiren del barrio. Así lo vieron hasta delegados que responden a la conducción que, en la última reunión de delgados, reclamaron que SUTEBA Lomas se posicione del lado de las familias y repudie los hechos.

Es sabido que gran parte de las y los niños y adolescentes del barrio asisten a jardines, escuelas primarias y secundarias del distrito, por lo cual las familias de La Ribera conforman la comunidad educativa, tanto de Lomas de Zamora como de CABA. Y, al igual que gran parte de los trabajadores y los sectores populares, se encuentran en situación de precariedad y pobreza con todo tipo de carencias que conocemos de cerca quienes transitamos las escuelas. En este caso sufrieron un ataque feroz contra su derecho a la tierra y a la vivienda por parte del mismo gobierno que actúa con la hipocresía de repudiar (justamente) las armas a Bolivia por parte de Macri, pero de mandar las topadoras a la comunidad boliviana de nuestro país.

Hace unos días, escribieron una carta en donde dicen que “Las familias del barrio la Ribera estamos de pie y luchando por los derechos de nuestras familias. Por eso le pedimos al ministro de Educación Nicolás Trotta, a la Directora General de cultura y educación, Agustina Vila, a la ministra de educación de CABA, Soledad Acuña, al gobernador Axel Kicillof y al presidente Alberto Fernández que garanticen el derecho a la educación de nuestros hijos, el derecho a la vivienda y que la gendarmería y la policía se retiren ya del barrio la Rivera.”

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Desde La Agrupación Marrón – Docentes y auxiliares iniciamos una campaña en redes para que SUTEBA deje de mirar para otro lado, abandone el silencio y repudie la represión y la ocupación del barrio La Ribera por parte de la Gendarmería Nacional.

Sin embargo el silencio continúa y es más elocuente que las mil efemérides que mandan regularmente, spammeando por whatsapp y redes como “mecanismo pantalla”, para mostrarse supuestamente un sindicato democrático, plural y progresista.

Pero en esto hay consecuencia. Ya lo habíamos visto el año pasado en el proceso de recuperación de tierras en Guernica donde por un lado hubo una enorme solidaridad de sectores de docentes y otros trabajadores (que donaron toneladas de mercadería, ropa, pañales y leche) convencidos de apoyar la lucha por tierra y vivienda de las familias de la comunidad educativa. Pero de la vereda de enfrente, SUTEBA, no solo no donó ni un grano de arroz ni se apersonó allí en todos los meses que duró, sino que también ante la brutal represión con topadoras, defendió la actuación del gobierno de Axel Kiccillof, haciendo propio el discurso macartista de la derecha y sumando su voz a denunciar a la izquierda como culpable de la represión. Esto los ubicó con Sergio Berni y la Bonaerense que, con la salvaje represión, no hicieron más que ponerse del lado de quiénes manejan los negocios inmobiliarios, contra las familias que no tienen techo y en favor de los countrys y barrios privados.

No podemos permitir la integración del SUTEBA de Baradel al gobierno nacional, porque es lo que los lleva a mirar para otro lado ante los sentidos reclamos de la docencia, pero también de las familias de la comunidad educativa como en este caso.

Y el SUTEBA Lomas de Zamora rompe records de integración, al punto de que en el distrito están “de los dos lados del mostrador” teniendo cargos de gobierno en el municipio como secretarios y concejales.

No va más estar demasiado cerca del gobierno y demasiado lejos de las familias de la comunidad educativa. Ante justos reclamos como el de La Ribera que involucran niñas, niños y adolescentes que tienen derechos humanos elementales vulnerados, las conducciones sindicales docentes como el SUTEBA deben ponerse a disposición de sus reclamos, asistirlos y rodearlos de solidaridad en su lucha.

Se vienen tiempos difíciles donde se profundizará el ajuste que está llevando adelante el gobierno nacional a pedido del FMI y aplaudido por la oposición de derecha. Un gobierno que está generando mucha desilusión porque benefició a los más poderosos en plena pandemia mientras profundizó la miseria y la pobreza. Frente a esto, SUTEBA no puede ser un decorado permitiendo que el ajuste pase. Necesitamos un sindicato docente independiente del gobierno, verdaderamente democrático y de lucha, que se proponga organizar a la docencia y unir las luchas junto otros sectores de trabajadoras y trabajadores y la comunidad educativa. Porque el derecho a la tierra, la vivienda y el trabajo está primero. Y porque no podemos permitir que descarguen la crisis sobre las mayorías.