Serbia analiza instalar vallas en sus fronteras con Macedonia y Bulgaria, para impedir la entrada de refugiados. Se suma a las medidas xenófobas en Hungría y Bulgaria.
Jueves 15 de septiembre de 2016
Foto: EFE / VASSIL DONEV
"Tenemos al ejército y la policía en las fronteras, pero tal vez también barreras o la instalación de algún tipo de obstáculo son soluciones para reducir el número de inmigrantes", dijo hoy el ministro serbio de Asuntos Sociales, Aleksandar Vulin.
"Los inmigrantes económicos no pueden seguir a ninguna parte de Europa, así pues, tampoco pueden quedarse en Serbia", agregó en unas declaraciones que recoge la agencia de noticias Tanjug.
Vulin aseguró que propondrá medidas “más concretas” al Gobierno en cuanto el primer ministro, Aleksandar Vucic, regrese de una visita a Francia, antes del fin de semana.
El ministro también indicó que el tema de la inmigración fue debatido la noche del martes por los jefes de Gobierno búlgaro, húngaro y serbio, "que han dedicado una especial atención al cambio de la estructura de los inmigrantes".
El argumento para justificar las barreras y la expulsión de los refugiados es que son “migranes económicos”, que no están “huyendo de la guerra” sino que buscan llegar a Europa “por motivos económicos”.
"Nuestras capacidades están cerca de su límite. Los inmigrantes se quedan mucho más que antes y su estructura ha cambiado de forma significativa", concluyó. El Gobierno serbio asegura que más del 80 % de los refugiados que llegan al país balcánico son emigrantes económicos procedentes de Afganistán. En estos momentos, se encuentran unos 5.000 refugiados en el país balcánico.
Desde finales del pasado julio, unidades conjuntas de la policía y el ejército serbio han reforzado el control de las fronteras con Bulgaria y Macedonia para impedir la entrada de refugiados e inmigrantes.
Serbia es, junto con Macedonia, Croacia y Eslovenia, parte de la llamada "ruta de los Balcanes", por la que el año pasado pasaron cientos de miles de personas. Estos países han reforzados sus controles fronterizos desde que Alemania, Austria y otros países comenzaran a poner límite a la llegada de refugiados, en un “efecto dominó” de controles fronterizos y xenofobia.