Hace más de tres semanas un grupo de 60 familias tomaron terrenos en cercanías al barrio Altos del Sur. El déficit habitacional un problema histórico en la comarca petrolera.
Jueves 17 de septiembre de 2020 00:16
En Neuquén hay un déficit de 70.000 viviendas y la comarca petrolera no es la excepción. Para poder acceder a un terreno, cada familia debe cumplir con una serie de requisitos como trabajar registrado y contar con recibo de sueldo, en un tiempo límite para realizar las bases. Un obstáculo muy grande para las familias trabajadoras, por lo que implica tener en tiempos de crisis sanitaria, económica y social un trabajo estable y en blanco.
En diálogo con La Izquierda Diario, Matías, uno de los referentes de la organización, expresó: “Yo trabajo y cobro un básico que no llega a los $40.000 y no me alcanza para seguir pagando el alquiler que está por arriba de los $15.000. Hay otros, que trabajan como albañiles (haciendo referencia sus compañeros, NdR) y viven el día a día. Tampoco pueden seguir alquilando”.
Durante la semana las familias de las tomas enviaron al intendente Gustavo Suárez y al Concejo Deliberante de Plaza Huincul un petitorio para regularizar la situación. Matías afirma que hasta el momento no se ha presentado ni personal de catastro ni del municipio con algún tipo de respuesta.
El intendente Gustavo Suárez, en declaraciones a un medio regional, envió un mensaje a las familas. “Aquellos que usurpan: es un delito, primero; segundo, hay mucha gente que viene esperando lotes". Sobre las acciones legales en contra de quienes reclaman tierra para vivir, el intendente indicó que "está en poder de fiscalía, se denunciaron las dos usurpaciones en forma individual, a la vez lo están haciendo los adjudicatarios de cada lote, y las negociaciones las está llevando adelante el jefe de gabinete con el secretario de gobierno".
Las familias desmienten rotundamente lo que los medios locales han informado a la comunidad, "No estamos usurpando terrenos que ya han sido adjudicados o que pertenezcan a alguna asociación sindical o social sino que son terrenos fiscales”.
Luis, miembro de las familias que llevan adelante la ocupación, sostuvo que “nadie quiere llegar al choque. Es una toma pacífica”. Remarcó también que la policía viene realizando patrullajes en la zona y que entre el pedido de los datos personales, incluyeron el de huellas dactilares y el aviso de acciones legales.
La exigencia por tener un terreno viene desde hace años. “Hay mujeres que son sostén de familia, que hace siete años o diez años están a la espera de un pedazo de tierra y no pueden seguir pagando el alquiler”, manifestó Matías.
La situación sanitaria, económica y social deja a miles de familias en la calle. La salud, la educación y la vivienda son un derecho legítimo. Mientras los gobiernos priorizan los intereses de los empresarios, las familias trabajadoras y desocupadas tienen que elegir entre pagar un alquiler o darle de comer a sus hijos e hijas. Por eso, hasta no tener su terreno propio, estas familias van a permanecer en las tomas.