El “trabajador de cuello gris” se ha vuelto un perfil muy demandado por las empresas por las condiciones a las que la pandemia nos ha recluido. Sin embargo, acompañado de esto viene desempleo y el uso de la tecnología para perpetuar condiciones de explotación.
Jueves 13 de enero de 2022
Los “trabajadores de cuello gris” son aquellos empleados que tienen perfiles técnicos que no califican estrictamente como trabajadores de oficina o administrativos (empleados de “cuello blanco”) o los que hacen trabajos manuales pesados (trabajadores de “cuello azul”). Aunque principalmente se ubican en oficinas, tienen jornadas de medio tiempo o están calificados para un determinado trabajo.
Un estudio realizado por NTT Data México menciona que el 70% de las empresas están valorando sustituir las actividades esenciales ejecutadas por humanos por trabajos automatizados, factor que parece cooperar en dicha demanda de este perfil.
Pero reemplazar el trabajo humano por el automatizado responde a la conducta de las empresas que velan por priorizar sus ganancias. Vemos cómo la tecnología, que originalmente es creada para facilitar el trabajo, se usa para sustituir a millones de trabajadoras y trabajadores para reducir costos y seguir concentrando la riqueza en un puñado de personas.
“[Las empresas] También deberían reevaluar los requisitos de titulación, como una barrera a las oportunidades, ya que muchas funciones de cuello gris son únicas y requieren una importante formación en el puesto de trabajo, lo que hace que la educación superior sea potencialmente innecesaria” comenta Jarik Conrad, vicepresidente de Ultimate Kronos Group (UKG).
La realidad detrás de no tener un grado de educación superior es que es un factor muy influyente a la hora de determinar las condiciones laborales en las que trabajarás. Es más fácil negarte a ciertas condiciones que te pertenecen por derecho.
Incluso en el marco de la pandemia notamos las condiciones en la que la educación en México se encuentra, con la expulsión de millones de estudiantes de las aulas al no asegurarles becas integrales e insumos necesarios para una educación de calidad que se vio remarcada ahora con el #QuédateEnCasa donde muchos estudiantes no contaban con la canasta tecnológica para tomar clases en línea.
Mientras el vicepresidente de UKG menosprecia la educación superior hay millones para quienes esta es un privilegio.
Mirar a la tecnología como sustituta del trabajo humano es propio del capitalismo. Como pueblo trabajador debemos organizarnos y movilizarnos para conquistar jornadas laborales de 6 horas por 5 días sin reducción de salario, abrir más puestos para aquellas personas desempleadas y sobretodo para poner el desarrollo tecnológico al servicio de la humanidad, no de un puñado de millonarios.