En el año en que los trabajadores de viñas y bodegas, unidos y movilizados, alzaron su voz contra las patronales y las conducciones sindicales de SOEVA, y FOEVA, las comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación emitieron un dictamen favorable a un proyecto de jubilación anticipada para los obreros y empleados de la actividad vitivinícola.
Miércoles 7 de julio de 2021 20:01
Desde el año 2008, este pedido se ha presentado en el Congreso de la Nación desde distintas bancadas. Uno de ellos fue el presentado por el FIT, a través de su Diputado Nicolás del Caño, cuando asumió su banca representando a Mendoza, después de dialogar directamente con trabajadores y trabajadoras del sector. Desde el año 2008, el proyecto fue cajoneado por los distintos gobiernos de Cristina Kirchner, o de Mauricio Macri. Si alguna vez, durante todos estos años, las conducciones de FOEVA reclamaron el tratamiento de dicho proyecto de jubilación anticipada, nunca fueron tomados enserio. Como nunca fueron tomadas en serio, las necesidades de los hombres y mujeres que dejan sus vidas en las viñas, expuestos a un trabajo desgastante y mal pago, y a las inclemencias climáticas.
A partir del año 2020, surge un movimiento serio de trabajadores vitivinícolas autoconvocados, que nace en Mendoza y rápidamente se fue extendiendo a varios puntos del país. Las nuevas condiciones laborales impuestas por la aparición del COVID 19, y dada la recategorización como trabajadores esenciales de la industria alimenticia, (como respuesta del Gobierno al lobby empresarial), y la falta de reacción del sindicato a partir de esta situación, puso a los trabajadores en una situación de desprotección, que los llevó a organizarse para cuidarse a sí mismos, en primer lugar, y luego para recomponer su salario y condiciones de trabajo. Por primera vez, un movimiento obrero saltaba la fragmentación ente las viñas y las bodegas, que siempre se alentó desde sindicatos y patronales. Fue recién entonces, en noviembre del 2020, cuando el clamor de la desconformidad obrera se hacía sentir, cuando el Proyecto de Jubilación Anticipada, esta vez, reversionado por legisladores peronistas, fue aprobado en el Senado de la Nación.
La lluviosa mañana del 1 de febrero de 2021, una nutrida columna de quinientos trabajadores y trabajadoras vitivinícolas visitó a la cerrada sede sindical de FOEVA Mendoza, y luego la Casa de Gobierno provincial, para poner en claro que este año, no aceptarían paritarias a la baja, y proclamaban: “Sueldo igual a Canasta básica”. Marchas que se replicaron en Cafayate, Salta, y varias localidades de San Juan y Mendoza. Después vinieron plenarios sindicales, en donde autoconvocados sentó su posición como movimiento obrero independiente. Exigencias durante las paritarias, que llevaron al Sindicato a que, después de años, abriera la negociación a los trabajadores. Un llamado a paro de 48 horas, exigido por las bases, en donde algunas seccionales de SOEVA, mostraron su peor cara anti obrera, tratando de aplacar el paro, o desamparando a sus representados.
El paro se cerró con una multitudinaria marcha de miles de trabajadores acompañados por movimientos sociales y políticos de Izquierda, y por la sociedad en general. El resultado de la paritaria, si bien no llegó exactamente al reclamo original, y se cerró sin que el Sindicato llamara a Asambleas, representó el aumento más alto del año conseguido por un sector obrero en Argentina.
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Durante todo este proceso, los Autoconvocados vitivinícolas, recibieron el apoyo de distintos sectores, de Partidos de Izquierda, y de la sociedad toda. A nadie extrañó la ausencia del Peronismo, que junto al Radicalismo mendocino, durante la Vendimia, se sentó a la mesa de las Cámaras Empresariales Bodegueras, ignorando a los trabajadores que manifestaban fuera del banquete. A nadie extraño la indiferencia del Gobierno Radical, que jamás trató el petitorio entregado por los trabajadores vitivinícolas en Casa de Gobierno. A nadie extrañó la cantidad desmesurada de Fuerzas Policiales enviadas durante el paro, a la puerta de la bodega de José Zuccardi, para cuidar la propiedad del empresario y tratar a los obreros como delincuentes, y donde el Senador del FIT, Lautaro Jiménez debió interceder para evitar la represión sobre quienes ejercían su derecho a huelga.
Todo reclamo salarial es político. Detrás de cada pugna por mejoras salariales, hay un sector patronal afectado. En la redistribución de ganancias patronales se rompe el orden establecido, armado para que los trabajadores soporten y los empresarios ganen. Para el Gobierno Nacional (Peronista), tanto como al Provincial (Radical), los movimientos independientes y organizados de trabajadores, representan una incomodidad que rompe su armonía con los económicamente poderosos.
Es en este punto cuando la política sale del banco y entra a la cancha. Después de infinidad de beneficios otorgados a las Cámaras Bodegueras, el Peronismo y el Radicalismo, necesitan aplacar la bronca y la organización obrera. Para eso, el Peronismo busca fortalecer a sus desprestigiadas conducciones de FOEVA, y aparecer como benefactor de los trabajadores, entonces reflota el Proyecto de Jubilación Anticipada para los trabajadores de Viña, el mismo que ignoró durante años, a pesar de los insistentes pedidos de los Legisladores del FIT, para que se tratara. Que este proyecto se tome nuevamente, es un logro más de la lucha de los Autoconvocados Vitivinícolas, sin ninguna duda. Que el Peronismo llame a dar forma al proyecto, entre otros, a Nicolás Del Caño, a pesar de que hoy no es Diputado Nacional, demuestra que no hay una gran confianza en la elaboración de su trabajo, y necesitan a alguien que, en verdad, haya dialogado directamente con trabajadores y trabajadoras de viñas. Y es que para la Izquierda, para el FIT, la política no es un espacio separado de la realidad, desde donde se favorece a unos o a otros a criterio o conveniencia. Una banca legislativa para el FIT, es una banca para darle voz a la clase obrera donde generalmente, la clase obrera no entra, y especialmente para fortalecer sus luchas.
El proyecto del FIT, tanto como las modificaciones sugeridas al proyecto del Peronismo, surgen del constante dialogo directo con los trabajadores, con los principales afectados por la futura promulgación de esta Ley, y no del criterio de quienes necesitan mantener su buena relación con los acaudalados empresarios bodegueros negociando un beneficio para quienes se cansaron de soportar injusticias. No es casual que el proyecto aparezca de la mano del Peronismo en un año electoral, pero lo importante es poner la sanción de una Ley elaborada a conciencia, por sobre las especulaciones electoralistas.
El movimiento de Trabajadores Vitivinícolas Autoconvocados, a base de unidad y organización, logró la mejor paritaria del año. Cerró esa etapa con una base organizada que descubrió que se puede torcer el brazo de los poderosos a pesar de las conciliadoras representaciones sindicales. Descubrió que los obreros también son actores políticos. Con una conciencia de clase solidaria hacia otras luchas. Con una fortaleza inédita en los trabajadores de bodegas y viñas. Y hoy, logra que un anhelo de los obreros y las obreras de las viñas, se vuelva a tratar nuevamente. Otra demostración de que solo la lucha reivindica a la clase obrera.