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Red Internacional
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Medio oriente. Tres jóvenes palestinos fueron asesinados por Israel en un solo día

La espiral de violencia y persecución de parte del Estado de Israel contra los palestinos tanto en Cisjordania ocupada como en Jerusalén Este, y otras regiones, no para de crecer. Se agudizó en las últimas semanas, mientras el mundo mira hacia la guerra en Ucrania. Este martes la Policía israelí asesinó a tres jóvenes de entre 17 y 27 años. Dos de ellos en campos de refugiados. Luego de haber sido desplazados de sus tierras, son perseguidos y asesinados.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Miércoles 16 de marzo de 2022 11:11

Funeral de Sanad Harbad, en Rahat, este miércoles. Foto: Santiago Montag

Funeral de Sanad Harbad, en Rahat, este miércoles. Foto: Santiago Montag

Tres jóvenes palestinos fueron asesinados a disparos este martes por las fuerzas de seguridad israelíes durante una serie de incursiones sobre el territorio palestino ocupado de Cisjordania, Jerusalén y la región de Naqab.

Este tipo de acciones se han intensificado en las últimas semanas. Mientras el mundo mira hacia la guerra en Ucrania, la mayoría de los palestinos denuncian que la espiral de violencia y persecución crece cada día y se agudiza a medida que se acerca el mes sagrado para los musulmanes de Ramadán.

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Refugiados, perseguidos, asesinados

El primero de los asesinatos tuvo lugar en el campo de refugiados de Balata, en la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania, donde un joven palestino de 17 años murió durante una redada de la Policía de Fronteras israelí.

Según la agencia oficial de noticias palestina Wafa, el menor, identificado como Nadir Rayyan, recibió múltiples disparos en la cabeza, el pecho, el estómago y la mano y murió inmediatamente, mientras que otros tres jóvenes recibieron heridas de bala y fueron trasladados a un hospital cercano.

El segundo asesinato también tuvo lugar en un campo de refugiados. Esta vez en Qalandia, al norte de Jerusalén, donde un joven murió por disparos de soldados israelíes durante una redada.

Su fallecimiento fue confirmado por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que lo identificó como Alaa Shaham, de 22 años, e informó además de que otros seis jóvenes sufrieron heridas de bala y fueron trasladados a un hospital de la ciudad cisjordana de Ramala.

Según Wafa, estos incidentes tuvieron lugar durante una serie de redadas por parte de las fuerzas de seguridad israelíes en múltiples ciudades cisjordanas, en las que al menos 20 palestinos fueron detenidos y decenas resultaron heridos.

Es común que la llamada Policía de Fronteras y el Ejército israelí ingrese a los campos de refugiados de palestinos, donde terminaron a la fuerza luego de haber sido desplazados por el propio Estado de Israel desde sus casas y tierras. Sin embargo, este tipo de acciones se están haciendo con las frecuencia según comentan los mismos palestinos.

Cada uno de los avances de la colonización israelí sobre tierras palestinas significa que miles de habitantes nativos se ven obligados a abandonar el lugar, no sin antes pelear, pasando a formar parte en muchas ocasiones de centros de refugiados como el de Balata o el de Qalandia. Allí no solo son tratados con desprecio sino que recurrentemente son victimas de este tipo de "redadas" donde las fuerzas represivas de Israel entran y disparan en forma indiscriminada, asesinando e hiriendo a varias personas, como una forma de infundir terror sobre el conjunto de los refugiados.

Beduinos desplazados y perseguidos

El tercero de los asesinados fue un residente de Rahat, en la región de Naqab que está dentro del territorio totalmente controlado por Israel. Sanad Harbad tenía 27 años y fue asesinado a tiros por agentes de policía encubiertos en esa ciudad beduina del sur. Los oficiales del Shin Bet [una suerte de FBI israelí] se encontraban de civil y supuestamente estaban buscando a dos sospechosos palestinos que estaban en Israel sin permisos de ingreso.

Harbad no tenía nada que ver, reaccionó al ver a los policías israelíes que estaban disparando sin haberse identificado. Pensó que se trataba de un robo o un ataque en contra de los beduinos. Tenía un arma, motivo suficiente para que la Policía lo asesinara.

Tanto Rahat como otros poblados de la región de Naqab, han venido siendo testigo de una creciente represión de parte del Estado de Israel que busca desplazar a los beduinos que utilizan esas tierras para vivir.

Una de las últimas escaladas tuvo lugar en enero cuando excavadoras del llamado Fondo Nacional Judío (JNF), una agencia cuasi gubernamental, llegaron rodeados de una fuerte protección policial a una de las aldeas y arrasaron las tierras de cultivo de los beduinos. Funcionarios israelíes defendieron este acto diciendo que la tierra que se está plantando es propiedad del Estado israelí.

Luego siguieron semanas de represión contra los beduinos que defendían las tierras que usan para cultivar olivos, trigo, cebada y pastorear ovejas. Videos e imágenes compartidas en las redes sociales mostraron a las fuerzas israelíes arrestando y golpeando violentamente a los residentes del lugar. Allí las cosas han seguido empeorando en los últimos meses y la represión y persecución se ha vuelto cada vez más brutal.

En la ciudad de Rahat la población acompañó este miércoles a la familia y amigos hasta el cementerio donde quedará el cuerpo de Sanad.

Cuando un palestino es asesinado por las fuerzas represivas y de ocupación israelíes (entre ellas los colonos) los funerales se convierten en manifestaciones y actos de protestas acompañadas por huelgas generales (limitadas a la ciudad o aldeas adyacentes).

Hoy participaron 2,000 personas en el funeral, pero esto debido a que el Ejército bloqueo varias rutas para evitar que la gente se movilice.

Los palestinos de esta región son en su mayoría beduinos desplazados en distintas oportunidades desde 1948. Y aún siguen siéndolo. La tradición beduina es vivir en lugares abiertos, conectados con la naturaleza y la tierra. Sin embargo, el Estado de Israel los fuerza a vivir en pequeñas casas. Además busca romper territorial y demográficamente cualquier lazo o continuidad étnica entre Cisjordania y Gaza haciendo aún menos viable la posibilidad de un Estado palestino. A esto se le suma que los palestinos viven en comunidades que no son reconocidas por Israel, por lo cuál no tienen permiso según su ley para construir casas y son sistemáticamente destruidas.

En este caso, el proyecto colonialista de Israel es fraccionar y diluir la composición étnica de la región del sur.


Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

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