¿Qué hay detrás de las acreditaciones de la CONEAU?, ¿es un triunfo como plantea la gestión y sus agrupaciones?
Martes 16 de junio de 2020 13:02
A partir de la acreditación de la carrera de Veterinaria en la CONEAU, el decano de la facultad y las agrupaciones salieron a festejarlo. Las autoridades se apoyan en la desinformación para difundir falsas afirmaciones.
La desinformación es muy grande. Hoy cursan en la Universidad generaciones enteras para las que quedó muy lejos aquella enorme resistencia a la LES y la CONEAU en 2004. Las conducciones de los Centros de Estudiantes dedicados exclusivamente a sacar fotocopias y atender bares, en manos de agrupaciones como la Franja Morada y el Mivaz, cumplen un rol pasivo y directamente favorable a la acreditación. Negarse a impulsar el debate es parte de que esos centros no sean una verdadera herramienta política para el conjunto de los estudiantes.
¿Qué es la CONEAU?
Con la sanción de la Ley de Educación Superior (LES) bajo el menemismo; por recomendación de organismos internacionales, como el banco mundial; se crearon varios organismos, uno de ellos será la CONEAU. Esta nefasta Ley implicó años de mercantilización y evaluaciones a carreras de grado universitarias. El resultado siempre fue el mismo, el recorte de los planes de estudio para el avance de los posgrados pagos y la intervención de terceros (especialmente empresas privadas) en la Universidad y sus planes de estudio.
La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) y depende del Ministerio de Educación de la Nación. Según sus palabras, su objetivo es evaluar, y sobre esa base acreditar, carreras de grado y posgrado (de universidades públicas o privadas) cuando se trate de títulos profesionales regulados por el Estado cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés público. De la misma forma tiene a su cargo la evaluación, el desarrollo y creación de instituciones.
¿Cómo funciona la CONEAU?
Para la acreditación, la institución –puede ser una Facultad- presenta las carreras que pretende evaluar. Luego, realiza una autoevaluación teniendo en cuenta los estándares vigentes. En el tercer paso, actúa el “comité de pares” compuesto por “destacadas personalidades de la comunidad científica y universitaria, designados por la CONEAU”, externos de la unidad académica, para garantizar “criterio y juicio”, según la página oficial de la comisión nacional. Lo que no especifica es que también se trate de personas sin ningún vínculo con empresas y corporaciones.
En función de la evaluación, se realizan las reformas de planes de estudio que solicite el organismo. Y, finalmente, CONEAU toma la última decisión, pudiendo ser la no acreditación de la carrera, la acreditación por 3 años o por 6, como sucedió con Veterinaria. Es una forma de extorsión de este organismo, para obligar a las facultades a acreditar.
Muchas Universidad lucharon años para que no avancen las acreditaciones de la CONEAU, como ejemplos que resuenan está el del COMAHUE. El rechazo estudiantil a las acreditaciones fue lo que permitió ponerle un freno a estas auditorías guiadas sobre los planes de estudio. La amenaza siempre fue la misma, que sin la acreditación el título de grado perdía valor. Bajo estas maniobras extorsivas, busco la CONEAU avanzar en Veterinaria.
¿Reformas a cargo de quiénes?
Muchos defensores de las acreditaciones a CONEAU, argumentan que éstas permitirían avanzar en una “modernización” del sistema educativo. Sin embargo, esto no es así. Las verdaderas intenciones que tiene este organismo externo, que busca la constante estandarización de nuestras carreras a través de evaluaciones diagnósticas, para luego regular y actualizar los planes de estudios, es reformar la orientación de las carreras acorde las nuevas demandas del mercado.
Lo único cierto es que nuestros planes de estudios son viejos, obsoletos, que los mismos son ajenos a las necesidades estructurales de las mayorías trabajadoras y populares y que requieren reformas. Además, los contenidos de éstos suelen quedar atrasados antes los avances de la ciencia o la tecnología que paulatinamente se renueva y se auto-remplaza.
Pero las reformas trazan distintos caminos según quienes las impulsen y a qué intereses responden. No hay que olvidar que la CONEAU se constituyó como órgano para aplicar una de las leyes neoliberales de Menem en la educación.
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La LES al servicio de las corporaciones
La LES, tiene un objetivo claramente mercantilizador, que todos los gobiernos posteriores a Menem sostuvieron. De esta manera se da rienda suelta a la injerencia empresarial en las universidades a través de dos mecánismos, por un lado, no prohibiendo que “personalidades” ligadas a empresas o corporaciones sean parte de los equipos evaluadores, ya que esto les da la potestad de introducir cambios en los planes de estudio a merced de sus intereses.
Por el otro, la LES permite el financiamiento propio es decir, que cada facultad puede buscar financiación por la vía de convenios privados. Esto, a la vez que permite el desfinanciamiento estatal a la educación superior como un derecho, le da otro pie a las empresas para reorientar los contenidos. Un caso emblemático en la UNT, es el de la minera La Alumbrera en la carrera de Geología, donde a pesar de las múltiples denuncias internacionales a los estragos ambientales se mantenía un acuerdo con la UNT, que se bajó gracias a la lucha estudiantil.
Organizar la fuerza contra la mercantilización de la Universidad
Muy distinta sería una universidad en la que los estudiantes y los docentes junto a organizaciones sociales, de trabajadores, las mujeres, las comunidades originarias, grupos socioambientales, de derechos humanos, o científicos no comprometidos con intereses privados sean los protagonistas del debate sobre qué cambiar y qué no, ¿qué respuestas estudiar e investigar para las incógnitas que nos plantea la realidad actual? ¿Cuáles son los problemas reales de nuestra sociedad a los que la generación del conocimiento podría aportar para solucionar? ¿Al servicio de quiénes debe formar profesionales y desarrollar la ciencia la universidad? ¿Ciencia y conocimiento para justificar y desarrollar las desigualdades sociales o para aportar a la lucha por erradicarlas?.
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Para empezar a responder todas estas preguntas, lo primero que habría que hacer es abrir las puertas de la universidad al pueblo trabajador y democratizar hasta el final los órganos de gobierno de la universidad para que los más de 70.000 estudiantes, docentes y no docentes junto a la comunidad, definan los planes de estudio y la producción de conocimiento. La lucha por una universidad de los trabajadores está íntimamente ligada a la lucha contra la clase capitalista, que termina convirtiendo todo en una mercancía y obstruye los desarrollos potenciales del ser humano al servicio de sus ganancias.