El lunes 18 la multinacional yanqui tuvo que firmar en el ministerio de Trabajo un cambio en sus planes. La acción de los trabajadores junto a otros sectores, hizo irrumpir en la política nacional un conflicto que dio que hablar por la estafa y disputas políticas que saltaron.
Nicolás Laguna @NicolsBenjamin7
Sábado 23 de mayo de 2020 12:29
“Un paso adelante para entrar todos juntos” es la primera oración del comunicado de la Agrupación Bordó de la alimentación que hace referencia a que el próximo 15 de Junio todos los trabajadores de Mondelez Victoria volverán a sus puestos de trabajo luego de un mes de suspensiones. A este compromiso se vió obligada la patronal a ponerle la firma, además de agregar que no cerrarán la planta.
Este hecho inusual para este gigante multinacional se dió sobre todo por una cuestión: un conflicto que crecía desde la fábrica y que amenazaba con transformarse en una muestra concreta y conocida por todos de cómo las patronales, la burocracia sindical y el gobierno usan la pandemia para que se enriquezcan los grupos empresariales mientras ajustan, suspenden y despiden a los trabajadores.
Mondelez es una empresa rápida y audaz. En noviembre de 2019 presentó un fraudulento Procedimiento Preventivo de Crisis, que se lo avaló el sindicato y el Ministerio, y le permitió ahorrarse 150 millones de pesos en cargas sociales que pasó a cubrir el Estado. Hace unas semanas en medio de la pandemia, produjo en exceso todo tipo de golosinas para stockearse, vender luego a precios más altos, parar la fábrica un mes y de paso, bajar los salarios. Todo esto bajo el “paraguas” de los decretos del gobierno por la pandemia, pero con el pequeño detalle que a Mondelez no la incluía por ser una actividad esencial y por ende que siempre siguió funcionando. Algunos llamados al sindicato y al gobierno, y listo. Acuerdo con Daer del STIA y el Ministerio de Trabajo avalando el fraude de esta empresa. Todo iba bien para ellos, hasta que algo comenzó a moverse en la fábrica.
Pasaron cosas
El malestar en la fábrica no se hizo esperar: avisos de suspensiones y rebajas salariales, rumores de cierres, traslados y la bronca frente a una cláusula en el acta que habilitaba a la patronal incluso luego de la pandemia a manejar las suspensiones como quiera y sin fundamentos. Cualquier lector puede fácilmente sospechar de la puerta abierta que eso significa en estas patronales para avanzar en más suspensiones, atacar a los activistas dejándolos afuera y luego seguir con despidos.
Asambleas en los turnos, propuestas de medidas de lucha, aplausos en la fábrica, acciones callejeras junto a otros sectores y organizaciones que llegaron a bancar a los laburantes, denuncias en la prensa y el comienzo de una crisis que todos quisieron rápido tapar: saltaba a la luz que el Ministerio de Trabajo había hecho un acta escandalosa contra los trabajadores, y estos estaban decididos a luchar. Por esto y para fortalecer el conflicto, distintas delegaciones se hicieron presentes: los trabajadores de MadyGraf, Claudio Dellecarbonara diputado del PTS FIT-U, las agrupaciones Granate y Roja de Fate, trabajadores de Mondelez Pacheco y delegados de la Comisión Interna, trabajadores de la CICOP de San Fernando, docentes de la agrupación Marrón de distintos municipios y referentes del SUTEBA Tigre de distintas agrupaciones, ferroviarios, estudiantes e incluso jóvenes trabajadores precarios con sus mochilas de las “apps” luego de una concentración en el Obelisco que empezó a hacer emerger este sector, para nombrar sólo a algunos. El apoyo fue un factor moralizante además en esta lucha.
Asambleas, cortes, unidad con otros sectores: un gran conflicto obrero estaba en puertas. En una enorme alimenticia, en medio del corazón industrial de Buenos Aires, una lucha que desnudaba como actúan las patronales, el gobierno y la burocracia sindical. Podía convertirse por esto, en un símbolo de resistencia para millones de trabajadores y sus familias, que en todo el país ven lo rápido que actúan las empresas y el gobierno contra sus intereses mientras siguen mandando millones a las arcas de las principales firmas, recortan las jubilaciones o empiezan a cerrar el acuerdo con los bonistas para seguir atando al país al sometimiento y ajuste que significa la deuda externa.
Prepararse
La crisis económica y la acción de las empresas como Mondelez que no están dispuestas a perder nada, van a hacer surgir nuevas luchas de resistencia. Las masas no van a dejar ver como avanza la pandemia y la enorme pérdida de mínimas condiciones de vida para los trabajadores y el pueblo.
Prepararse para este escenario desde ahora, organizarse en cada lugar de trabajo, en los barrios y en la juventud será la clave para que estas luchas no sean sólo hechos aislados de resistencia. Vendrán luchas que abrirán el camino, desde pararle la mano a los ataques de las patronales, hasta cuestionar el fondo de la crisis que nos atraviesa y terminar con la deuda ilegal e ilegítima y con el saqueo sin fin. Como venimos planteando desde el PTS en el Frente de Izquierda - Unidad avanzar en el objetivo de que la crisis la paguen los capitalistas, y no los trabajadores y el pueblo.
Un primer paso fue dado en Mondelez Victoria. Los trabajadores mantienen el alerta por supuesto, no se puede confiar en Mondelez, y seguro de este conflicto surgirán conclusiones que ayudarán a la organización de los trabajadores. Para todo el resto, nos queda este primer ejemplo para difundir y comprender en toda su profundidad, con el cierre sobre todo del comunicado de los compañeros y compañeras de la Bordó de la alimentación. “Nuestra fuerza es grande y solo las patronales y la burocracia sindical, quieren que pensemos que somos débiles cuando no es así. Hacia delante debemos seguir organizados, unidos y tratar de conquistar lo que falta: ninguna rebaja, derogación del Acuerdo Mondelez Kraft. Por la unidad de los trabajadores”.