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Voces Obreras hacia el 8M: “La movilización es el único camino para frenar este saqueo y defender nuestras condiciones de vida”

Agustina Mora

Inchaurralde Studio

Voces Obreras hacia el 8M: “La movilización es el único camino para frenar este saqueo y defender nuestras condiciones de vida”

Agustina Mora

Ideas de Izquierda

Entrevistamos a Luciana, trabajadora despedida del Hospital Bonaparte, a Analía, trabajadora despedida de Shell, Tom Máscolo, trabajador trans referente LGBTQ+ de Pan y Rosas, y Santiaga, docente de media y referente de la agrupación docente 9 de Abril.

Lucía es enfermera del Hospital Bonaparte, trabajadora estatal de un sector que fue de los primeros en recibir ataques en el gobierno de Milei. Es parte de quienes se organizaron cuando hubo amenaza de cierre del hospital y lograron en unidad con la comunidad y los pacientes evitarlo. Hoy siguen peleando en asambleas y espacios de coordinación contra el vaciamiento en el Hospital y la búsqueda de la vuelta de la manicomialización en la salud mental.

Analía trabajaba en el sector operativo de lubricantes de la empresa petrolera Shell desde hace más de 15 años. Fue parte de los despidos persecutorios y discriminatorios de quienes se estaban organizando por mejores condiciones laborales. Estuvo en la primera fila defendiendo los derechos de las mujeres como el lactario y, también, la salud laboral de todos los compañeros que se ven afectados por el trabajo cotidiano con sustancias tóxicas. En su caso es la segunda vez que la despiden por organizarse, la primera vez fue en 2014 y este año nuevamente la despiden por ser mujer y madre, mientras cursaba una licencia por una lesión en el hombro, debido al exceso de carga.

Tom es periodista, activista trans y referente de Pan y Rosas. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario, militante del PTS. También hablamos con Santiaga, es docente en media de Lengua y Literatura, referente de la agrupación docente 9 de Abril, militante del PTS.

La experiencia de las calles

ADC: ¿Qué te pareció la movilización del 1F?

A: Me pareció impresionante por el apoyo de todo los sectores en general, desde agrupaciones sociales, políticas, estudiantiles, jubilados, familias. También, ver el gran apoyo que hay entre ellas. Porque a pesar de ser tan excluidas y señaladas en nuestra sociedad, se muestran libres y en unidad.

L: Histórica, ejemplo de que el pueblo argentino no está sumiso ante este gobierno nefasto y que podemos salir a las calles aunque la CGT esté ausente, como otros sindicatos.

T: Fue una muestra de que hay una resistencia activa contra el intento de Milei de avanzar con su agenda de ajuste y represión. La Plaza de Mayo y las calles de todo el país se llenaron con miles que entienden que la "motosierra" no es sólo un eslogan, sino un ataque directo contra derechos conquistados. Fue importante ver una amplia confluencia de sectores, desde trabajadores, estudiantes, jubilados hasta organizaciones de derechos humanos.

S: Yo creo que la movilización del 1° de febrero es, en primer lugar, un enorme mensaje para el gobierno que piensa que al haber ganado tiene un cheque en blanco para ir contra conquistas históricas del movimiento de mujeres y la diversidad sexual. También es un enorme mensaje para todos aquellos dirigentes sindicales y políticos que intentan todo el tiempo desmoralizar, decirnos que la relación de fuerzas no da, que combatir a la derecha ahora es imposible. Nosotres mostramos más bien que esa fuerza es una fuerza viva en las calles y que también podemos ser el canal para la movilización y la organización de muchísimos otros sectores agraviados bajo el gobierno de Milei. Siempre que hubo un ataque, hubo una respuesta en las calles, como los trabajadores de la salud, de la educación, los estudiantes, es decir, cada vez que el gobierno nos ataca mostramos que hay una enorme fuerza para poder combatirlo. Me parece que la principal reflexión es que cuando se atacaron los derechos de las mujeres y diversidad sexual, se vieron las calles copadas por este enorme movimiento.

ADC: ¿Qué reflexiones te quedaron de esa experiencia?

A: Me quedé pensando que nos queda mucho camino, para visibilizar todo lo que pasa, tanto en la vida personal, laboral y familiar. En Shell por ejemplo no tenemos compañeras trans, de 240 operadores de planta solo 6 somos mujeres. Es un trabajo que no debería tener género pero lo tiene. Desde mi lugar de trabajo, tenemos una secretaría de la mujer, creada por el sindicato, pero no cumple su rol de apoyo a las mujeres, sólo se basa en el apoyo político al sindicato.

T: Una de las principales reflexiones es que el rechazo al gobierno no puede limitarse a movilizaciones aisladas, sino que hay que construir una fuerza organizada en los lugares de trabajo y estudio. El Congreso no va a frenar el ajuste por sí solo, y la burocracia sindical viene jugando un rol pasivo. Es clave fortalecer la unidad desde abajo, coordinando luchas y planteando una alternativa independiente de los partidos tradicionales. No podemos esperar que el descontento se exprese sólo en la calle; hay que transformarlo en organización y pelea concreta.

El embrión de la organización para enfrentar al gobierno

ADC: ¿Cómo te vienen afectando los ataques del gobierno de Milei en tu vida, tu lugar de trabajo y en tu hogar?

A: Me afecta y nos afecta a todos. Con la Ley Bases por ejemplo, que el gobierno y las empresas usan para hacer estos despidos discriminatorios. Desde mi lugar de trabajo siempre reclamo y defiendo nuestros derechos como madres, trabajadoras y mujeres. Reclamando mejores condiciones de trabajo, que impactan directamente sobre nuestros cuerpos. En mi caso me despiden cursando una licencia por una lesión en el hombro, que me lo hice por exceso de sobrecarga. Una lesión que ya es crónica, porque el dolor no se va.

También, tengo a mi papá que es jubilado, cobra la mínima y es imposible que un jubilado viva con 320 mil pesos al mes, monto que no cubre sus necesidades básicas. Él tiene 76 años y lo ayudamos económicamente. Es una persona que trabajó toda su vida, jamás tomó vacaciones y lo que recibe es una jubilación que no le alcanza para nada. Tenemos un gobierno que argumenta que vamos a estar bien, haciendo recortes a los sectores más vulnerables, que es funcional a las empresas y esto es culpa también de los sindicatos, que son funcionales a las empresas desde hace mucho tiempo. El sindicato petrolero por ejemplo nunca se pronunció antes estos despidos discriminatorios.

L: Ya en diciembre de 2023 la calidad de vida con la que solía contar cayó considerablemente. Soy madre de dos hijes menores de edad que están a mi cuidado, y siendo sostén de hogar contaba con dos trabajos estatales, sector salud y docencia, que apenas me permitían llegar a la canasta básica de alimentos. En enero de este año junto a 200 compañeros del Hospital Bonaparte fui despedida. Actualmente con el trabajo que conservo y donde se obtuvo el aumento del 1% de paritaria siendo mis ingresos de 400. 000. Esto significó el hecho de replantear continuidad de alquiler de vivienda en el mismo lugar, recortes de espacios salud, recreación y socialización de hijes, en cuanto a la alimentación también.

ADC: ¿Cómo vienen organizándose en tu lugar de trabajo? ¿Qué rol vienen cumpliendo las mujeres y diversidades?

L: En mi lugar de trabajo las asambleas de trabajadores ocupan un lugar de lucha y sostén, mediante el cual se continúa visibilizando en diferentes espacios lo que acontece por dentro y fuera del hospital. También en marchas, reuniones con otras asambleas, organizaciones sociales, medios de comunicación. Al ser el sector de salud feminizada en mayor número contamos con compañeras mujeres y de disidencias que plantean los problemas que acarrea esta situación.

A: Desde mi lugar de trabajo, nos veníamos organizando, tomando reclamos de distintos sectores. Lamentablemente vivimos un momento muy complicado, la gente tiene miedo de perder su trabajo. Los sindicatos juegan con ese miedo, si vos no hacés tu trabajo te dicen, otro lo va a hacer por vos. Hay muchas cosas que en nuestro lugar de trabajo no se deberían hacer, por seguridad hacia las personas y se hacen igual. Equipos que deberían estar fuera de servicio por pérdidas continuas y siguen en marcha. Equipos que no cumplen con las normas de seguridad y están en servicio igual y nos enteramos que no lo cumplían cuando ocurre un incidente, un incendio por ejemplo.

En el rol de operador hay pocas mujeres, hay más hombres. Nuestro puesto de trabajo está categorizado, más o menos en 10 años deberías aprender todas las plantas y llegar a la máxima categoría. En mi caso no me dejaron avanzar más. Las excusas eran, por ejemplo “quedaste embarazada”, “no estuviste así que tenes que esperar”. A otras compañeras les pasó lo mismo, peleamos para que puedan rendir sus categorías, a veces el sindicato acompañaba y otras veces no. Esta es la segunda vez que me despiden, siempre he reclamado mejores condiciones de trabajo y trato igualitario. Pedimos tener una comisión que nos represente, y que cuente con representantes mujeres.

T: En un contexto de ataques a la prensa y despidos en los medios tradicionales, es clave defender un periodismo militante que visibilice lo que los grandes medios ocultan. Apostamos a la autogestión, al debate permanente y a la articulación con otros espacios de comunicación alternativa y sindical.

Las mujeres y diversidades tienen un rol fundamental. No sólo porque en los medios y en el activismo muchas de las voces más combativas vienen de esos sectores, sino porque el ajuste de Milei nos golpea de manera diferenciada. La violencia económica es violencia de género, y por eso no se puede separar la lucha feminista de la pelea contra el ajuste. Las compañeras son protagonistas en la organización de asambleas, en la cobertura de conflictos y en la militancia cotidiana.

La unidad que necesitamos

ADC: ¿Cómo se une a la pelea por los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+?

T: La pelea por los derechos de mujeres y LGBTQ+ no puede verse como algo aislado de la lucha de clases. Milei y su gobierno buscan destruir lo conquistado con el movimiento feminista y de la diversidad, desde el derecho al aborto hasta las políticas de género, pero no lo hacen sólo por ideología: es parte de su plan de ajuste. Recortar en salud, educación y trabajo precariza aún más a las mujeres y a la comunidad LGBTQ+, que ya son sectores sobreexplotados.

Por eso, la resistencia no puede limitarse a lo discursivo o institucional. Hay que construir organización en los lugares de trabajo, en los barrios, en los sindicatos, y unir la pelea feminista con la de les trabajadores. Las grandes movilizaciones del 8M y el 3J demostraron que cuando el movimiento de mujeres y diversidades se organiza con un programa claro y combativo, se convierte en una fuerza imparable. Hoy más que nunca hay que recuperar ese camino.

S: Yo creo que la diversidad sexual y el movimiento de las mujeres y las trabajadores en general compartimos los mismos enemigos. Es decir, tenemos un gobierno que intenta demonizarnos para culparnos de la enorme crisis que está pasando hoy el país. Pareciera que llegamos hasta acá porque hubo una preocupación muy grande por las mujeres, por las LGBTQ+, por las minorías y más bien es lo contrario. Tenemos como enemigo al periodismo amigo del gobierno, que siempre que puede hace alguna campaña con discursos de odio contra nosotros y a la policía, que siempre que salimos a movilizar intenta reprimirnos y callar nuestras voces.

Entonces nos une la pelea contra enemigos comunes, nos une la pelea contra la opresión que vivimos dentro del sistema capitalista y patriarcal. También compartimos una enorme potencialidad que es tanto de las mujeres como la diversidad sexual, que encontramos en la organización desde abajo en las asambleas la forma de poner en pie nuestro movimiento de lucha. Las mujeres cuando fue la pelea por el hecho el aborto, conquistó una gran simpatía, incluso de varones, de niños, de niñas, de familias, Encontramos en las asambleas la forma de organizarnos y así también lo seguimos haciendo la diversidad sexual en las asambleas del parque Lezama para poner en pie nuestra lucha.

Hacia un gran 8M

ADC:¿Cómo pensás que hay que preparar un gran 8M? ¿Cuáles demandas te parece que son las que se tienen que reflejar?

A: Para este 8M hay que seguir difundiendo los conflictos, las historias de lucha. Tanto en el ámbito laboral, estudiantil, la lucha de los sectores de la salud, los jubilados, la comunidad LGBTQ+, como también los que estamos peleándola desde afuera. Hay que organizarse, unirnos.

L: Creo que las demandas que tenemos que levantar son por la alimentación de hijes, este gobierno quita laburos y cierra comedores, están hambreando las niñeces. Sobre la identidad, cuestionan la elección de género, el derecho al cambio de nombre en el DNI que repercute en la salud mental y promueve el odio del imaginario social. Seguir peleando por los tratamientos de hormonización y cirugías, están sumando barreras en el acceso de la salud impulsando nuevamente tratamientos negligentes que recaen en la muerte. En esta sociedad que continúa siendo patriarcal vemos que es fundamental el acceso a trabajos tanto para mujeres y aún más para la comunidad LGBTQ+.

S: Yo creo que desde la docencia tenemos que ir con una gran bandera en defensa de la educación sexual integral porque es la primera herramienta preventiva que tenemos contra la violencia de género y la violencia machista en nuestro país. Es una enorme herramienta para poder impulsar el intercambio colectivo en nuestras aulas, en nuestros lugares de trabajo, acerca también de las propias situaciones que viven nuestros alumnos en sus hogares. Hubo un 80% más de casos que se pudieron detectar de abuso sexual infantil a partir de que se implementó la educación sexual integral en las aulas.

T: Salir a las calles en este momento no es sólo un derecho, sino una necesidad urgente frente a la brutal crisis que está profundizando el gobierno de Javier Milei. Desde que asumió, ha lanzado un feroz ataque contra los salarios, las jubilaciones y los derechos básicos, beneficiando exclusivamente a los grandes empresarios y especuladores financieros. La devaluación, los tarifazos y el ajuste están empujando a millones a la miseria, mientras el FMI dicta las políticas económicas que destruyen la educación, la salud y el empleo. Ante esta situación, la pasividad no es una opción: la movilización en las calles es el único camino para frenar este saqueo y defender nuestras condiciones de vida.

Pero Milei no sólo busca imponer un ajuste brutal, sino que también intenta instalar un régimen de represión y censura contra quienes se organizan para enfrentarlo. La criminalización de la protesta, los protocolos represivos de Patricia Bullrich y la persecución a dirigentes sindicales y sociales buscan desmovilizar a quienes luchan. Sin embargo, la historia demuestra que los derechos no se mendigan, sino que se conquistan con lucha y organización. Por eso, la unidad en las calles de trabajadores, estudiantes y sectores populares es clave para derrotar este plan de guerra contra el pueblo. La alternativa es clara: o nos resignamos a la miseria que imponen los poderosos, o salimos a pelear por un futuro digno.


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Agustina Mora

Estudiante de Medicina UBA - Agrupación En Clave Roja