Forbes publicó la lista 2021 de las 10 fortunas más grandes en México. Los más ricos han aumentado sus fortunas.
Jueves 19 de agosto de 2021
A principios de agosto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social publicó las cifras de sus estudios sobre la pobreza en México. Los resultados mostraron que el número de personas entre 18 y 29 años que viven en pobreza creció en un 3.8 por ciento del 2018 al 2020.
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Por su parte la revista Forbes a publicado su lista de las 10 principales fortunas de México en 2021. La principal pertenece a Carlos Slim, la cual ha tenido importantes ganancias a pesar de la continuidad de la pandemia de Covid-19. Con un incremento del 7.4%, ahora este magnate posee 55,930 mdd en sus cuentas bancarias mientras que el año pasado su riqueza ascendía a 52,100 mdd.
Le sigue Germán Larrea, uno de los principales dueños de Grupo México, conglomerado en el que se encuentra Minera Grupo México, responsable del colapso de la mina de Pasta de Conchos en 2006, que cobró la vida de 65 mineros, así como del desastre ecológico en los ríos Bacanuchi y Sonora en 2014 y del derrame de 3000 litros de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés en 2019, también en el estado de Sonora. Han gozado de impunidad en todos los casos.
Cinemex es otra de las empresas que forma parte de grupo México, la cual durante esta pandemia ha realizado despidos masivos de sus ya de por sí precarizados empleadxs, bajo el argumento de que la emergencia sanitaria estaba dando duros golpes a sus finanzas. Hoy vemos que este personaje no ha hecho más que engrandecer sus cuentas bancarias a costa del deterioro ambiental y la explotación de sus trabajadores. Larrea pasó de 11,000 mdd en 2020 a 27,110 mdd en 2021.
En el tercer lugar de estas fortunas encontramos a Ricardo Salinas Pliego, quien en 2020 contaba con 11,700 mdd y este año reporta tener 12,520 mdd. Crecimiento que se ha dado al amparo de jugosos contratos establecidos con la 4T, sobre todo en el rubro educativo.
Otro a quien el panorama económico de la pandemia benefició es Alberto Baillères, pues su riqueza se incrementó en un 63.8%, en comparación con 2020, pasando de 6,400 mdd a 10,480 mdd este año. Baillères es presidente de Grupo Bal, un conglomerado que incluye negocios en los sectores de comercio, minería, metalurgia, seguros y finanzas, entre otros. Es el principal accionista de Grupo Peñoles, El Palacio de Hierro y GNP Seguros. Además, es un ferviente admirador de la nefasta tauromaquia.
En quinta posición de las riquezas más opulentas en México se encuentra Juan Francisco Beckmann Vidal, quien vio sus finanzas mejorarse en un 67%, teniendo en 2020 una fortuna valuada en 4,300 mdd; este año cuenta con 7,180 mdd en sus cuentas bancarias. Beckmann es dueño de Becle, compañía que posee las marcas tequila José Cuervo y whiskey Stranahan’s, entre otras.
Como puede observarse, las grandes fortunas de los explotadores en México no vieron mermadas sus ganancias este año. Todo lo contrario, aumentaron como nunca. Mientras tanto los índices de pobreza aumentan y golpean con más fuerza a los y las jóvenes, para quienes en su mayoría los derechos y las prestaciones laborales son prácticamente desconocidas.
No es casualidad que los más ricos se vuelvan todavía más ricos en medio de esta pandemia. Tomemos solo un referente: a inicios de la emergencia sanitaria Andrés Manuel López Obrador mencionaba que estarían “prohibidos” los despidos, sin embargo, su gobierno jamás se preocupó por diseñar y decretar mecanismos legales e institucionales que volvieran verdaderamente efectivas dichas prohibiciones.
El pisoteo a derechos laborales y las oleadas de despidos han estado a la orden del día, afectando severamente, sobre todo, a mujeres y jóvenes, pero beneficiando a los grandes empresarios.
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Otra cosa que AMLO no quiso hacer es el decretar impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, cuyas recaudaciones bien podían ser invertidas en salvar a pequeños y medianos comercios para garantizar que no despidieran a sus trabajadores. Para el gobierno de la 4T eso fue impensable.
La ausencia de una política laboral que defendiera de manera efectiva a trabajadoras y trabajadores, así como una política económica que velara por pequeños y medianos comerciantes, nos muestran claramente que el gobierno de López Obrador tiene como prioridad la defensa de los intereses de los grandes magnates del país. A ellos parece que esta pandemia sí les cayó “como anillo al dedo”.