Un importante debate ha dado la historiografía local en los últimos años en torno al carácter que tuvo el Mendozazo. No fue sólo el 4 de abril ni sólo un reclamo económico al que la historiografía oficial lo quiere reducir, sino que fue un importante levantamiento obrero y popular que se produce a tono con el proceso de alza en la lucha de clases en la que se enmarca esta etapa inaugurada en 1969 con el Cordobazo.
Lunes 4 de abril de 2022 00:00
Declive del capitalismo de posguerra y ascenso de la lucha de clases con repercusión internacional
La crisis a gran escala del capitalismo internacional, después del boom de posguerra con la recuperación de los países beligerantes y sus mercados produce un efecto de sobreproducción. El cuestionamiento a la hegemonía norteamericana y su debilitamiento frente a la resistencia del pueblo vietnamita por la guerra junto a las manifestaciones contra ella en su mismo país, es un signo de la época. Esta situación se combina con importantes procesos revolucionarios que se producen en distintas parte del mundo con gran repercusión: Mayo Francés, Otoño Italiano, Revolución Cubana, Primavera de Praga, Masacre de Tlatelolco, Guerra de Vietnam.
El Cono Sur protagoniza, a fines de los 60 y principios de los 70, importantes escenarios de combate de la clase obrera, organizaciones políticas y guerrilleras contra los regímenes políticos, manteniendo en jaque a los gobiernos locales y abierto enfrentamiento con las burguesías nacionales aliadas al imperialismo. Procesos tales como el Cordobazo, movilizaciones de masas en Bolivia, Chile y la llegada de la Unidad Popular al poder, Uruguay con el grupo de los tupamaros son expresión de este proceso en América Latina. Mendoza no fue ajena.
El ´71 y sus importantes manifestaciones callejeras
En la provincia, un problema frecuente de los barrios populares del oeste eran las lluvias que afectaban a sus precarias viviendas. Trágicas consecuencias produce el aluvión del 4 de enero de 1970 con la rotura del dique Frías, el cual va a seguir dañado por bastante tiempo. En el verano de 1971 las intensas lluvias sumadas a los problemas de infraestructura que todavía persistían impactan sobre la vida de cientos de familias de los barrios como el San Martín. La manera que encuentran de canalizar los descontentos es a través de organizaciones vecinales y tiene una impactante aparición en el carrusel de la vendimia de este año. En medio de los festejos vendimiales las familias del oeste bajan a la ciudad para visibilizar su reclamo y en las condiciones de precariedad que vivían, escandalizando a las autoridades locales y sus invitados de elite a la fiesta.
No es marzo del ´72 pero casi. En 1971 los estudiantes de distintas facultades reclaman contra el “limitacionismo” en el ingreso a Ciencias Médica y Ciencias Económicas. La forma que adquiere el conflicto es levantando barricadas en las sedes donde se tomaban los exámenes. Estas acciones fueron reprimidas por la policía pero se encontraban con la resistencia de los estudiantes que quedaron graficadas en los diarios.
El Sindicato de Magisterio protagoniza otro nudo, de reclamos importantes que se dan a principio de año al no tener acuerdo con el índice de sueldo que les daba el gobierno. La explanada de gobierno va a ser escenario de estos reclamos e incluso el mismo Interventor de turno del Partido Demócrata, Francisco Gabrielli, sale a intimidarlas en uno de las concentraciones que realizan. Los diarios de la época tomas posición y publican desde propaganda oficial y varias entrevistas del gobernador contra el paro de las docentes.
Como se percibe, los reclamos en las calles mendocinas dan inicio a un año de visibilidad de un cambio en la percepción del cómo reclamar.
“No es lo mismo el otoño en Mendoza”
El camino a Villavicencio va a contar con una postal combativa protagonizada por los obreros de la cementera CORCEMAR y sus familias. La empresa tras despedir a 300 trabajadores se va a encontrar con un duro conflicto por defensa de los puestos de trabajo. Corte de ruta, marchas a casa de gobierno, barricadas, enfrentamientos a golpes con la policía y los carneros, solidaridad de los obreros de Minietti con 48hs de paro, ollas populares llevadas a cabo por sus familias. El conflicto no se termina hasta la reincorporación de los despedidos.
Las docentes declaran el no inicio del ciclo lectivo de 1972 con una huelga indeterminada. La rebelión de los guardapolvos blancos toma protagonismo en las páginas de los periódicos de la época. También les trabajadores de la salud, agremiados en ATSA, pedían aumento salarial del 140%, expresión del nivel de devaluación con el que se encontraban los salarios de las y los estatales.
La CGT filial Mendoza se suma al paro nacional del 30 y 31 de marzo el cual tiene un enrome acatamiento, no visto hace años en la provincia. Las calles paralizadas serán muestras de ello. Esto es importante porque cuando la CGT llamaba a paro, aquí se hacían por un par de horas para que los trabajadores adhirieran a la medida, por eso esta huelga toma tal importancia.
Un importante reclamo llevarán a cabo contratistas de viñas y frutales exigiendo un cambio en sus condiciones laborares, que la patronal y al gobierno los reconociera como trabajadores dependientes. La respuesta será brutal: 3000 telegramas de despidos, provocando la cólera de los obreros de la vid.
El 29 de marzo llegan las facturas de la luz con el 300% de aumento los barrios del Gran Mendoza. Los vecinos organizados en las uniones vecinales, boleta en mano, salen a expresar el descontento. El mismo se discute en la asamblea hecha por los trabajadores de la Bodega Giol en el comedor, resuelven hacer una manifestación por las calles céntricas de Maipú.
El fin de semana de finales de marzo y principios de abril será el caldo de cultivo que empiece a organizar el descontento. Se forma la coordinadora No Pague la Luz y representantes del magisterio, de las uniones vecinales y de otros sindicatos pasan a formar parte de la mesa de la CGT. Todos van a participar del paro convocado para el 4 de abril a las 10 am.
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