Este martes, se realizó en Chile la charla “NiUnaMenos. Una respuesta desde el feminismo socialista y anticapitalista”. Ante un colmado auditorio, expusieron las dirigentes de la agrupación Pan y Rosas Andrea D’Atri y Bárbara Brito, de Argentina y Chile respectivamente.
Viernes 16 de diciembre de 2016
Con un colmado auditorio, se realizó este martes la charla “NiUnaMenos. Una respuesta desde el feminismo socialista y anticapitalista”, de la que participaron la dirigente argentina del PTS en el Frente de Izquierda Andrea D’Atri, fundadora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, y la vicepresidenta de la combativa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) Bárbara Brito, también integrante de esta organización de mujeres de ese país, así como de la organización hermana del PTS al otro lado de la cordillera, el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) de Chile.
La charla, organizada por La Izquierda Diario de Chile y la agrupación Pan y Rosas, se propuso analizar el masivo fenómeno que protagonizan miles de mujeres que han salido a luchar contra la violencia machista en distintos países de la región y del mundo. Más de 200 personas participaron de la actividad que tuvo lugar en el auditorio de Artes del ex Pedagógico, donde la referente del movimiento de mujeres de Argentina, fundadora de Pan y Rosas en el año 2003, analizó ese histórico movimiento que comienza a ponerse de pie.
La actividad también contó con la presencia de la vicepresidenta FECH y dirigenta nacional de Pan y Rosas “Teresa Flores” de Chile y del PTR, Bárbara Brito, quien inició la charla dando cuenta del surgimiento de un potente movimiento de mujeres que ha impactado en distintos países del mundo y se ha instalado en la agenda política. También se refirió al surgimiento y fortalecimiento de secretarías de género impulsadas en distintas universidades del país.
Destacadas referentes y dirigentes sindicales chilenas, como Brisa Gálvez, presidenta de la FENATS del Hospital Barros Luco, y Nelly Díaz, presidenta del Registro Civil, también fueron parte de la actividad. Al igual que destacadas feministas como Beatriz Bataszew, del colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, y Ximena Riffo, una de las principales organizadoras de NiUnaMenos en Chile.
El impactante movimiento internacional NiUnaMenos
Como se reflejó en la jornada, Brasil, Argentina, Bolivia, Perú, México, Polonia, Kenia, Corea del Sur y Chile, son algunos de los lugares donde se han desarrollado movilizaciones en defensa de las mujeres, tanto en repudio a los femicidios y la violencia machista como por igualdad salarial o el derecho al aborto. Como destacaron las panelistas, se trata de una gran expresión de las miles de mujeres que salieron a la vida política en los últimos años y decidieron organizarse y alzar su voz para conquistar sus derechos.
Particularmente en Chile, el movimiento #NiUnaMenos se ha instalado fuertemente en la agenda política nacional durante los últimos meses. ¿En qué debería convertirse? ¿Qué camino debería seguir?. Esos fueron algunos debates que surgieron del intercambio entre las y los presentes. “Unidad con otros movimientos sociales y demandas, como el movimiento No + AFP, el movimiento estudiantil; y junto a las luchas que vienen realizando distintos sectores de trabajadores y del pueblo mapuche”, sostuvo Brito al referirse a la necesaria continuidad y al fortalecimiento que ese lema de “Ni una menos. Vivas nos queremos” tiene planteado conquistar.
¿Qué estrategia impulsar para conquistar las demandas de las mujeres? ¿Qué hacer para alcanzar cada una de estas exigencias? En palabras de la vicepresidenta FECH, “esto pasa por impulsar una estrategia que se proponga derribar el sistema capitalista y patriarcal, o sea, cuestionar al conjunto del régimen político, social y económico”, afirma.
En cuanto al debate sobre los reiterados y brutales femicidios que han ocurrido en los últimos meses, y el aumento de la violencia hacia las mujeres, para la dirigenta estudiantil “se necesitan medidas preventivas contra la violencia de género, y eso pasa por luchar por una independencia de las mujeres, que el Estado se haga cargo de asegurar trabajo y condiciones básicas para que las mujeres no dependan en términos económicos de los hombres, aspecto que es clave para entender la violencia hacia las mujeres”.
Mujer trabajadora
Brito enfatizó en que las mujeres trabajadoras pueden jugar un rol fundamental “en el cuestionamiento más profundo hacia el conjunto del régimen político”. Además de pertenecer a la clase trabajadora del país, la que en su mayoría gana menos de $300 mil pesos chilenos al mes, son doblemente explotadas y oprimidas por una sociedad estructuralmente machista que le asigna las tareas domésticas como si fuera un rol “natural” de las mujeres.
En este marco también se debe hacer la pregunta ¿son todas las mujeres iguales? ¿Existen diferencias? Para la dirigenta estudiantil, no todas las mujeres viven las mismas condiciones de vida, sociales, culturales y económicas, por lo que el feminismo que se debe construir tiene que apuntar hacia las mujeres trabajadoras, hacia aquellas estudiantes, jóvenes y pobres que “viven día a día la explotación capitalista”. “Por esto debemos desde ya organizar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y luchar por demandas como igual trabajo, igual salario, derechos a salas cunas y jardines infantiles en los lugares de trabajo, por derechos reproductivos como el aborto”, plantea Brito.
“Si tocan a una, nos organizamos miles”
Quien fundó Pan y Rosas hace 13 años, Andrea D’Atri, partió su intervención contando cómo se fue generando el movimiento NiUnaMenos en Argentina, surgido por los últimos y brutales femicidios en el país, desde el año 2015.
“Desde el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), donde participan tres organizaciones, entre ellas el PTS, levantamos la consigna ‘#NiUnaMenos, el gobierno y el Estado también son responsables’. A esto nos referimos con que los hombres que cometen los femicidios no son los únicos responsables, sino también las autoridades que no impulsan, por ejemplo, refugios para las mujeres que sufren violencia de género; muchas mujeres que sufren violencia no tienen trabajo, subsidios, vivienda, y estos son aspectos que profundizan esta violencia. No hay políticas de Estado frente a la violencia de género”, denunció D’Atri.
El último 19 de Octubre, tras el asesinato de Chiara Perez en la ciudad de Mar del Plata, periodistas argentinas, varias de ellas ligadas al kirchnerismo, impulsaron la idea de un “paro de mujeres”. “Desde Pan y Rosas y el FIT, así como distintos dirigentes y organizaciones sindicales, levantamos la exigencia de un paro general por los derechos de las mujeres, lo que fue tomado desde diferentes sindicatos, gremios y trabajadoras y trabajadores que se hicieron parte de la histórica y masiva de esa movilización histórica”, cuenta la dirigenta del PTS/Frente de Izquierda.
¿Qué debates hubo los días previos a la movilización NiUnaMenos en Argentina? Para Andrea D’ Atri, lo fundamental era “no hacer un paro metafórico, sino un paro efectivo, es decir, hacerle la exigencia a los organismos sindicales reales, que paren y se movilicen por #NiUnaMenos. Otro debate político que hubo fue que muchas feministas querían que los varones no se hicieran parte de la movilización ni de la lucha de las mujeres. Nosotras nos opusimos porque consideramos que los hombres que son parte de la clase trabajadora deben ser nuestros aliados y porque además muchos hombres también están en contra de la violencia contra las mujeres, no se les puede excluir ni prohibir que también luchen por Ni Una Menos o por las demandas de las mujeres”, aseguró.
Finalmente, la fundadora de Pan y Rosas sostuvo que “lo único que puede parar la violencia machista es la organización de las propias mujeres, sin confiar en los gobiernos empresariales, en instituciones opresoras como la Iglesia Católica. ¿Las mujeres debemos enfrentar a los hombres? Efectivamente, son hombres concretos los que cometen los femicidios y violencia, pero esto es producido por todo un sistema patriarcal que se basa en la discriminación de la mitad de la población, que tiene causas históricas y estructurales, que van de la mano con la existencia del sistema capitalista, que explota y oprime tanto a mujeres como a hombres de la clase trabajadora”, continuó D’ Atri.
El feminismo socialista de Pan y Rosas, un horizonte revolucionario
La charla también dejó en claro que existen distintos tipos de feminismos. “Uno de estos sostiene la idea de ver a la mujer como víctima, donde es el Estado la institución que le daría salida a las problemáticas de las mujeres, y los gobiernos los que entregarían las demandas. Esto termina siendo una estrategia reformista y de confianza en las instituciones”, D’Atri.
La referente del movimiento de mujeres también sostuvo que, por otro lado, el feminismo radical de la segunda ola, entre los años 60 y 70, conquistó la idea teórica de que los problemas de las mujeres son estructurales y atraviesan al conjunto de éstas, es decir, no son cuestiones “personales”, sino políticas, de la sociedad. Sin embargo, luego con los años “se fue instalando una idea de castigar de manera individual a las personas que cometan violencia contra las mujeres. Sin duda, nosotras estamos a favor de que los femicidas deben tener una pena justa, pero creemos que no es la solución, en el sentido de acabar estructuralmente con esto; es más bien una salida individual (...) Resulta que el sistema capitalista en el que vivimos, judicial también, no puede castigar al conjunto del patriarcado, no lo hace, y se terminan generando medidas punitivas como ‘solución’ ante la violencia de género, y no se combate a un sistema general que permite esto”.
D’Atri también destacó que existe asimismo una visión posmoderna que asegura que no hay un Estado que pertenece a una clase dominante, “que no hay una clase que se apropia de nuestros cuerpos, que nos explota y oprime. Es decir, que no existiría este poder, lo que daría paso a no hacer ninguna lucha política contra el ‘matrimonio capitalismo- patriarcado’”, pues esto no sería la clave, sino que la “liberación de los cuerpos y géneros de manera individual”. Esta visión descarta cualquier tipo de organización de clase que luche por derribar a todo un sistema de explotación, opresión y misoginia.
“A diferencia de todo lo anterior, para nosotras al sistema capitalista le conviene mantener al patriarcado porque encasilla a las mujeres en un rol secundario, de segunda categoría, que puede ser violentado; donde son las mujeres las que mantienen el trabajo doméstico no remunerado, las que viven situaciones de mayor precarización laboral, entre otros aspectos. Nuestra perspectiva es de un feminismo socialista y anticapitalista porque vemos que es una clase determinada la que mantiene este sistema explotador, opresor y misógino, y que la lucha que debemos dar es contra todo el sistema capitalista”, manifestó D’ Atri.
“Tenemos que luchar por arrancarle a los gobiernos y al Estado cada una de las demandas que las mujeres exigimos, sin duda, pero nuestra perspectiva debe ser revolucionaria, contra todo un sistema capitalista y patriarcal. Cambiar esta sociedad de raíz. Es fundamental construir un gran movimiento de mujeres donde sean las mujeres trabajadoras la mayoría, a la vez que construimos una alternativa política revolucionaria y socialista. Invitamos a que las mujeres trabajadoras se organicen en sus lugares de trabajo, que impulsen comisiones de trabajo, que luchemos por triunfar. Para esto debemos preparar nuestra victoria e impulsar una estrategia que nos permita vencer”, concluyó.