Este martes 17, la Asamblea Nacional adoptó por 454 votos a favor y 80 en contra, el proyecto de reforma del sistema ferroviario presentado por el gobierno de Macron.
Martes 17 de abril de 2018 18:02
La principal reforma a la que apostaba Emmanuel Macron, la reforma ferroviaria, llamada “pour un nouveau pacte ferrovaire” (por un nuevo pacto ferroviario) fue aprobada en primera lectura por la Asamblea Nacional este martes 17, con 454 votos a favor y 80 en contra, luego de 24 horas de debate. Con media sanción, el proyecto ahora pasará al Senado, donde se estima que también logrará la aprobación a fines de mayo.
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Además de la mayoría de La República en Marcha y Movimiento democrático, el partido de Macron, los Republicanos (el partido de Nicolás Sarkozy) también votaron a favor del ajuste y la privatización de la SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles). Quienes lo hicieron en contra fueron la Nueva Izquierda, los comunistas y los “insumisos”, el espacio de Jean-Luc Mélenchon, mientras que 29 diputados se abstuvieron.
El resultado no sorprende a nadie. Tanto el ejecutivo como sus ministros dieron muestras claras de su inflexibilidad sobre la reforma ferroviaria, buscando desmovilizar a los ferroviarios y a los usuarios solidarios, pero también (y sobre todo) para cerrar filas entre los parlamentarios que manifestaran algún signo de desacuerdo.
El plan de reforma del sistema ferroviario es el caballito de batalla de Macron que, a casi un año de mandato, se enfrenta a una sostenida caída en los niveles de popularidad, con movilizaciones y huelgas intersectoriales cada semana, a lo que se suma la lucha estudiantil.
Su apuesta, el nuevo plan ferroviario pretende recortar derechos a más de 160 mil ferroviarios, eliminando su estatuto, una conquista histórica de la posguerra. Además, se calcula que alrededor de 9 mil kilómetros de vías férreas están amenazadas, ya que son líneas consideradas por la patronal y el gobierno como “no rentables”, ignorando las necesidades de los usuarios.
Además, la SNCF pasaría a ser una Sociedad Anónima, abierta a inversiones privadas de capital que, obviamente, lo último que tendrán en cuenta serán los derechos de los trabajadores, aunque desde el gobierno afirmen que las conquistas ya obtenidas serán mantenidas para quienes hoy estén trabajando el ferrocarril.
Es hora que las organizaciones sindicales, centralmente la CGT-Cheminots (primera fuerza en el sector) y la CFDT-Cheminots (ferroviarios), frente a este nuevo panorama en el que el gobierno intenta imponer una nueva relación de fuerzas, den una respuesta a la altura de la circunstancias e imponer el retiro total de la reforma ferroviaria.
Es necesario endurecer la movilización a través de la organización de asambleas generales con mandatos decididos colectivamente. En este sentido, la huelga movilización llamada para el jueves 19 es clave para dar una primer respuesta masiva al gobierno y demostrar en la calle que la lucha recién comienza. El ejemplo de los ferroviarios en Gare du Nord, donde votaron la huelga ilimitada desde el 13 de abril, debe ser la punta de lanza de este gran movimiento de lucha en respuesta a la contraofensiva de Macron.