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Red Internacional
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DE LAS CALLES AL TABLERO. Bloc by bloc: un juego inspirado en la Comuna de Oaxaca

Enfrentamiento entre obreros y policías. Revueltas juveniles. Protestas contra el capitalismo. Esos son algunos de los escenarios de este juego de estrategia.

Miércoles 7 de diciembre de 2016

Está inspirado en la Comuna de Oaxaca de 2006 –cuando el magisterio combativo enfrentó al gobierno de Ulises Ruiz– y también en las protestas que tuvieron lugar en Oackland, la ciudad que es conocida como la capital de las protestas en Estados Unidos.

Se trata de un juego de estrategia de mesa, cooperativo, que enfrenta a los jugadores contra las autoridades en una lucha por liberar la ciudad. Sus creadores son Rocket Lee y Tim Simmons, quienes afirman que este “juego de la insurrección”, busca desplazar los temas imperialistas en los juegos de estrategia y “tal vez radicalizar a los jugadores desprevenidos”.

En declaraciones a The Guardian, Simons afirmó que los juegos más populares “refuerzan los peores elementos del capitalismo en nuestra sociedad: la guerra, en la que recrean batallas famosas; la colonización, donde conquistas y dominas nuevos territorios; y la expansión industrial, donde se explota a seres humanos con fines de lucro. Cuando un disturbio se convierte en una insurrección popular y comienza a derribar todo tipo de barreras sociales, de eso se trata este juego”. El Age of Empires, el Juego de la Vida, Monopoly, se inscriben en esa línea de los juegos que legitiman el status quo donde unos pocos dominan el mundo y se enriquecen a costa de las mayorías.

Bloc by Bloc incluye escenarios con expropiaciones. “La tarjeta de saqueo dice ‘expropiación popular’”, Simons. “El botín representa los recursos materiales necesarios en una insurrección popular, además de recuperar lo robado de la gente en una sociedad represiva”.

Relató Lee en la entrevista que un revisor se negó a cubrir Bloc por Bloc porque no era “familiar”. “Esa respuesta fue tan fascinante”, afirmó Lee. “No es un juego violento, en realidad, pero la gente se siente incómoda acerca de quiénes son los protagonistas y quiénes son los enemigos. En Call of Duty, son soldados estadounidenses matando a terroristas; aquí, es gente normal luchando contra la policía. Los llamados ‘protectores’ están en el rol de las personas a ser desafiadas”. Es evidente que Bloc by bloc pone en cuestión el rol de las fuerzas represivas y su surgimiento está inspirado en el movimiento contra la violencia policial que se ha desarrollado al norte del río Bravo.

Lee y Simons tienen sus oficinas en Oakland, donde apenas ganó Donald Trump las elecciones se realizaron manifestaciones de las que participaron alrededor de 10,000 personas. Que enfrentaron los gases lacrimógenos lanzados por la policía con fuegos artificiales y barricadas por todo el centro de la ciudad.

En esta misma ciudad en 2009 un policía mató a Oscar Grant, un joven negro, mientras estaba tumbado boca abajo, esposado. Fue el preludio del movimiento contra la violencia policial. De acuerdo con Simmons, Bloc by Bloc se inspiró en ese sentimiento de poder colectivo que se percibía en las calles.

La rebelión en el tablero de juego

El tablero está formado por mosaicos modulares que representan distintos distritos populares del paisaje urbano. Pueden participar hasta cuatro jugadores que representan a grupos aliados: vecinos, estudiantes, prisioneros, o trabajadores. Los bloques de madera blancos representan a la policía. Los archivos fuente también están disponibles en línea.

Los jugadores pueden tomar tarjetas que definen sus agendas políticas: vanguardistas, nihilistas, sectarias o sociales. Esto es para que se reflejen también las distintas posturas al interior del movimiento de lucha. También puede suceder que un jugador tome el poder solo o que traicione la lucha.

Las acciones de los jugadores, determinadas por el lanzamiento de dados y las cartas que pueden tomar, incluyen algunos de los métodos de lucha más difundidos hasta ahora en el siglo XXI: saqueos, barricadas, marchas e improvisación para chocar con la policía. No incluye huelgas ni tomas de fábricas: están inspirados en las luchas urbanas donde la clase trabajadora no ha jugado un rol independiente, como las movilizaciones juveniles de la primavera árabe o las imponentes manifestaciones que se han dado en Grecia.

La caja del juego incluye un folleto que relata las revueltas inspiradoras de los últimos 10 años. Atenas, Grecia, en 2008, cuando los anarquistas se enfurecieron después de que la policía mató fatalmente a un adolescente en el centro contracultural de Exarcheia; y El Cairo en 2011, cuando un levantamiento popular derrocó al gobernante Hosni Mubarak. “Esta nueva generación de insurrecciones extrae su poder de las prácticas participativas, anti-autoritarias y un rechazo a la política de la respetabilidad”, abundó Simons. “Además, todos ellos son fundamentalmente antipolíticos”.

¿Cuándo se gana? Al final de ocho turnos, cada uno de los cuales representa un día y una noche, sólo si los jugadores han mantenido la ocupación suficiente de los distritos designados. Según el manual, se produce un tenso estancamiento entre las tropas militares y los insurgentes. Las zonas liberadas de la insurrección permanecen autónomas y vibrantes. Final abierto.

El siglo XXI: la hora de la estrategia

Bloc by bloc demuestra que la lucha de clases gana terreno en el imaginario colectivo. Aun confusa, aun con la espontaneidad como protagonista. Pero hay debates que abre a la juventud, a las mujeres y a los trabajadores de todas las latitudes del planeta.

¿Cuál es la estrategia para terminar con las penurias del capitalismo? ¿Cuál es el sujeto revolucionario? ¿Cuáles son los mejores métodos de lucha?

A meses de cumplirse un siglo de la Revolución Rusa, la lucha de las obreras y los obreros de la industria maquiladora en la frontera norte mexicana-estadounidense, la de las trabajadoras y los trabajadores de los restaurantes de comida rápida y tiendas departamentales, la de los trabajadores de Verizon, ambas en EE.UU., las experiencias de gestión obrera en la Patagonia argentina, en Fasinpat (exZanon) y en el cordón industrial del Gran Buenos Aires, como el caso de Madygraf, también en el país austral, muestran a la clase trabajadora como un sujeto social con la fuerza de mover todos los hilos de la economía internacional. El juego está abierto.