Como cada 2 de abril las redes sociales se llenan de fotos y recuerdos sobre Malvinas. Junto al reclamo por la soberanía argentina sobre las islas y el repudio a la ocupación inglesa también vuelven a ver la luz las imágenes y las historias más emblemáticas que vinculan al deporte con la guerra.
Viernes 2 de abril de 2021 20:08
El tipo tiene la seguridad de siempre en la mirada. Cuando estaba seguro de algo no dudaba ni un segundo y esa no fue la excepción. Oscar Natalio “Ringo” Bonavena posa para las cámaras en 1974, 8 años antes de la guerra, con una remera que dice: “The Malvinas are Argentina’s”. Con ella recorrió varios países, como una forma de aprovechar su gran exposición mediática para sumar su aporte al histórico reclamo de soberanía sobre las islas.
La imagen de Ringo quizá es una de las más conocidas, pero no es la única que vincula a algún deportista con la defensa de la soberanía argentina.
La selección nacional de fútbol, con Passarella y Maradona a la cabeza, participó en la previa al mundial de Barcelona 1982 en el programa especial “Las 24 horas de las Malvinas”. Allí anunciaron la donación de 100 millones de pesos nuevos para el llamado “fondo patriótico”: la mayor colecta de la historia argentina, creada para aportar recursos para las tropas aunque la dictadura genocida jamás hizo llegar lo recaudado a destino, en lo que fue un robo vergonzoso. Al inicio del día, Maradona ya había realizado una donación por la misma cantidad a título personal.
En esos momentos la selección estaba a punto de viajar al mundial, que comenzó exactamente un día después de terminada la guerra. Es parte del archivo también una foto de esos meses con la formación de todo el plantel profesional y el cuerpo técnico que encabezaba César Luis Menotti con un cartel que decía: “Las Malvinas son argentinas”.
Pero quizás la historia menos conocida y una de las más conmovedoras es la que protagonizó la selección de fútbol de Perú. Rescatada hace unos años, en la previa de un cruce decisivo por las eliminatorias para el mundial de Rusia 2018, en la foto se puede ver a dos integrantes de la delegación peruana en el césped del estadio Monumental con una bandera que dice: “Para el Perú, las Malvinas siempre argentinas”.
La foto, muy poco conocida hasta ese entonces, se volvió viral e incluso algunos hinchas de la albirroja la replicaron para ese partido de eliminatorias rumbo a Rusia.
Los futbolistas que fueron a la guerra
El otro costado de esta historia está marcado por los futbolistas - combatientes. 10 jóvenes que se prepararon para dedicarse toda su vida al deporte y de pronto sus planes dieron un giro radical, obligando a interrumpir sus carreras para ir al frente de batalla.
El más conocido de ellos es Omar De Felippe. El exentrenador de Independiente, Vélez, Newell’s y Olimpo se encontraba terminando las pruebas en Huracán cuando recibió el llamado del ejército. De Felipe sobrevivió para contarlo, gracias a un golpe de suerte: el Capitán Zunino de su pelotón en un momento le ordenó cambiar de posición y apenas minutos después una granada cayó en ese lugar.
Gustavo de Luca es otro caso conocido. El futbolista pasó de jugar en la reserva de River con el "Chino" Tapia y el "Tapón" Gordillo a combatir en la batalla de Monte Longdon en la guerra. "Nos fuimos a El Palomar, de ahí un avión a Comodoro Rivadavia y de Comodoro a Malvinas. Yo llegué a las Islas el 9 de abril" relató hace unos años atrás en una de las tantas entrevistas donde también contó lo que los altos mandos del Ejército les hicieron vivir: "Pasé hambre, frío. Después del bloqueo aéreo en mayo empezó a escasear la comida. Entrado junio empezó a nevar y no teníamos la ropa adecuada".
La historia se completa con otros nombres como los de Luis Escobedo (Los Andes), Héctor Rebasti (San Lorenzo), Héctor Cuceli (San Lorenzo), Juan Colombo (Estudiantes de La Plata), Claudio Petruzzi (Rosario Central), Javier Dolard (Boca), Sergio Pantano (Talleres de Remedios de Escalada) y Julio Vázquez (Centro Español).
Sin duda resulta imposible resumir en unas breves líneas la historia de todos ellos y las vivencias de cada uno frente a lo que fue no sólo la experiencia de la guerra, sino la tortura y los castigos de sus jefes del Ejército Argentino en las islas. Pero sí es importante recordar estas historias que siempre vuelven, como cada 2 de abril, junto al reclamo de soberanía y contra la ocupación imperialista que sigue vigente.