Los glaciares cumplen un rol de vital importancia en funciones hídricas y socioambientales. Por ello entrevistamos a Sebastián Crespo, quién es Dr. en Ciencias Aplicadas e Ingeniero Agrónomo, investigador del Conicet, y se dedica a estudiar los aportes hídricos de los glaciares en Los Andes centrales, para que nos cuente sobre la situación actual de los glaciares ubicados en esa zona y en Mendoza.
Jueves 16 de mayo 13:37
Millones de personas a cada lado de la cordillera son provistas de agua gracias a los glaciares y glaciares de escombros de la Cordillera de Los Andes. Hoy conocemos su valor, gracias a numerosos estudios que se realizaron en la temática, con investigaciones interdisciplinarias de variadas instituciones.
Sin embargo, tanto el Gobierno de Milei, como el de Cornejo reactivaron su avanzada extractivista. Con la llegada de la Ley Bases al Congreso, se reabrió el debate también, sobre la Ley de Glaciares y su modificación al servicio de las empresas mineras. Y en nuestra provincia, con la reciente reforma del Código Minero, buscarán concentrar el poder de decisión en el ejecutivo y legalizar el negocio de empresarios amigos con Impulsa Mendoza. Además, el Gobernador Cornejo hace unos días, realizó una presentación de informe de Impacto Ambiental del proyecto Distrito Minero Malargüe Occidental, para una zona de alrededor de 20.000 kilómetros cuadrados en la que se ubican múltiples proyectos de exploración de cobre.
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En este marco dialogamos con Sebastián Crespo, quién es Dr. en Ciencias Aplicadas e Ingeniero Agrónomo, investigador del Conicet, y se dedica a estudiar los aportes hídricos de los glaciares en Los Andes central y nos ofreció una visión detallada sobre el estado actual de estos gigantes de hielo. Una zona muy importante para comprender los patrones de agua dulce.
¿Cuál es la situación de los glaciares en la zona de Los Andes centrales y en qué medidas los ríos o acuíferos de Mendoza pueden verse afectados por la situación de los glaciares?
El área de los glaciares descubiertos se ha reducido un 36% desde 1986 en los Andes centrales [1], acentuándose desde 2010, cuando empezó la megasequía en los Andes centrales [2]. Las proyecciones de cambio climático para los Andes centrales indican una continuación de la tendencia de aumento de temperaturas y disminución de precipitaciones del orden del 30% [3]. Esto quiere decir que los glaciares perderán aún más masa. En este tipo de situaciones, de ciclos hídricos cálidos y secos, los glaciares se derriten más, entregan más agua, y suplen el déficit de precipitaciones.
En promedio, durante los últimos 40 años, los glaciares del río Mendoza aportaron el 30% del caudal anual, pero en años secos y cálidos, esta contribución es aún mayor [4]. Por ejemplo, para la estación de derretimiento de un año seco, cuando la oferta natural de nieve no alcanza a satisfacer la demanda social, se pudo comprobar que el 51% del caudal del río Mendoza era aportado por los glaciares y un 16% por glaciares de escombros [4,5].
En la cuenca espejo, pero en la vertiente chilena de la cordillera, en la cuenca del río Aconcagua, esa contribución provenía en un 34% glaciares y un 23% de glaciares de escombros [6], lo que coincide con diversos estudios previos [7,8,9]. Es decir, más de la mitad del agua que abastece a más de un millón de personas a cada lado de la cordillera es provista por los ambientes glaciales y periglaciales en años secos, como los sufridos en la megasequía y como se proyecta en escenarios de cambio climático en la zona.
"Más de la mitad del agua que abastece a más de un millón de personas a cada lado de la cordillera es provista por los ambientes glaciales y periglaciales".
El comportamiento de los glaciares suele cambiar a lo largo de las épocas, sin embargo desde los ámbitos científicos se afirmó que el impacto de las actividades humanas del último siglo tuvo un impacto específico en el retroceso de los glaciares. En los últimos días, el CEO de la Barrick Gold, Mark Bristow, afirmó que esto “de alguna manera” es falso, porque los glaciares avanzan y retrocen cíclicamente siempre. Al menos en lo que es tu campo de estudio, ¿se puede afirmar que la situación de los Glaciares en los Andes centrales esto es así?
Los glaciares a nivel mundial vienen perdiendo masa de una forma muy alarmante. Según el World Glacier Monitoring Service de Suiza (wgms), los glaciares sudamericanos no son una excepción a esta tendencia (Fig. 1).
Figura 1. Cambio de masa glaciar acumulado relativo a 1992 para promedios regionales y globales. Los valores de masa acumulados están expresados en el eje “y” en metros de agua equivalente (m w.e., por sus siglas en inglés). Fuente: wgms, revisado 13-05-2024.
Si bien puede haber años que por uno u otro motivo en algún lugar nieve más, por ejemplo, y en esos años los glaciares se recuperen y hasta ganen masa, son situaciones muy puntuales y no alcanzan a verdaderamente recuperar la tendencia que es claramente negativa y, repito, alarmante.
En los Andes centrales también observamos este mismo proceso tal como explicaba en la primer pregunta, donde algunos años puntuales nevadores se han recuperado muy levemente, pero no cambia la tendencia que es hacia la pérdida de masa. En efecto, están empezando a haber situaciones preocupantes de derretimientos acelerados por temperaturas extremas, aún en años normales a nevadores.
Están empezando a haber situaciones preocupantes de derretimientos acelerados por temperaturas extremas
En esa línea, que esta persona mencione esto, es preocupante porque baja los ya decaídos niveles de discusión a un extremo que nunca había visto en este ámbito.
Con la llegada de la Ley Bases al Congreso, a principios de año, se reabrió el debate sobre la Ley de Glaciares. Las empresas mineras quieren modificaciones que “entre otras cosas” se pueda realizar actividades mineras en zonas llamadas periglaciares. ¿Podrías explicarnos qué es una zona periglaciar y por qué actividades de este tipo pueden llegar a impactar sobre los glaciares?
En la geocriología sudamericana, el ambiente periglacial está definido como un ambiente frío y criogénico pero no glaciario, donde hay permafrost en profundidad, o suelo congelado permanente, y posible presencia de hielo subterráneo entrampado y preservado bajo condiciones naturales por largo tiempo; hay dominio del proceso de congelamiento, con ciclos de congelamiento y descongelamiento que afectan a las rocas y a la parte superior del suelo; y presencia de solifluxión/gelifluxión y otros procesos criogénicos que conducen a la denominada “geomorfología periglacial” como, por ejemplo, la formación de “suelos estructurados” a pequeña escala o los “glaciares de escombros” en una mesoescala [10].
Por lo tanto, el ambiente periglacial no sólo es un importante reservorio hídrico en muchos casos, sino que también cumple una función reguladora hídrica fundamental. Asimismo, este ambiente es frágil y puede romperse su fino equilibrio ante la intervención de actividades extractivas.
Por ejemplo, con una actividad megaminera puede contaminarse irremediablemente el sitio y, al estar en cabeceras de cuenca, tarde o temprano se contaminaría toda la cuenca aguas abajo. Pero también, entendiendo que por algo se desarrollan los ambientes glaciales y periglaciales en donde se desarrollan, si por ejemplo se eliminara una ladera que provee de avalanchas de nieve o material rocoso a un glaciar de escombros, también se estaría afectando a la supervivencia del glaciar.
Si, además, se emite una gran cantidad de material particulado como estos megaproyectos hacen, se puede cambiar el albedo de los glaciares descubiertos próximos (oscurecerlos) y con ello se acelera el derretimiento. Esto pasa porque no es lo mismo la capacidad de reflexión de la luz solar de una superficie clara que una oscura. Con el oscurecimiento se genera que el glaciar absorba más energía solar y se acelere el derretimiento. Es el equivalente a ponerse una remera blanca o una remera negra en pleno verano.
Hoy sabemos lo importante que son los glaciares gracias a estudios que se han hecho en la temática con investigaciones interdisciplinarias de variadas instituciones de todo el globo. Los ambientes glaciales y periglaciales cumplen funciones hídricas y socio-ambientales vitales en las vertientes andinas. Por estas razones se han establecido legislaciones como la Ley de Glaciares, que fue producto de un importante debate social, y contó con el asesoramiento científico de expertos en la materia. Fue aprobada dos veces en el Congreso de la Nación (2008 y 2010) y su carácter constitucional fue ratificado en 2019 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En resumen, son normativas largamente debatidas que protegen estos frágiles ecosistemas vitales y lo mínimo que deben hacer, si se autoperciben serios, es respetarlas.
Muchas gracias.
[1] Zalazar, L. (2023). Variaciones espaciotemporales de vegas y glaciares en la alta montaña de los Andes centrales argentinos (30-37ºS) entre 1986 y 2020. Tesis de doctorado en geografía, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina.
[2] Ferri, L., Dussaillant, I., Zalazar, L., Masiokas, M. H., Ruiz, L., Pitte, P., ... & Villalba, R. (2020). Ice mass loss in the Central Andes of Argentina between 2000 and 2018 derived from a new glacier inventory and satellite stereo-imagery. Frontiers in Earth Science, 8, 530997.
[3] Water security report, CR2 (2023): Alvarez-Garreton, C., Boisier, J.P., Blanco, G., Billi, M., Nicolas-Artero, C., Maillet, A., Aldunce, P., Urrutia-Jalabert, R., Zambrano-Bigiarini, M., Guevara, G., Galleguillos, M., Muñoz, A., Christie, D., Marinao, R., & Garreaud, R. (2023). Seguridad Hídrica en Chile: Caracterización y Perspectivas de Futuro. Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2, (ANID/FONDAP/1522A0001), 72 pp. Disponible en www.cr2.cl/seguridadhidrica
[4] Toum, 2022. Diseño hidrológico en cuencas montañosas del oeste argentino. Tesis de doctorado en ingeniería civil, mención civil ambiental, UTN.
[5] Crespo, S. A., Fernandoy, F., Cara, L., Klarian, S., & Lavergne, C. (2020). First snow, glacier and groundwater contribution quantification in the upper Mendoza River basin using stable water isotopes. Isotopes in environmental and health studies, 56(5-6), 566-585.
[6] Crespo, S. A., Lavergne, C., Fernandoy, F., Muñoz, A. A., Cara, L., & Olfos-Vargas, S. (2020). Where does the chilean aconcagua river come from? Use of natural tracers for water genesis characterization in glacial and periglacial environments. Water, 12(9), 2630.
[7] Janke, J. R., Ng, S., & Bellisario, A. (2017). An inventory and estimate of water stored in firn fields, glaciers, debris-covered glaciers, and rock glaciers in the Aconcagua River Basin, Chile. Geomorphology, 296, 142-152.
[8] Rodriguez, M., Ohlanders, N., Pellicciotti, F., Williams, M. W., & McPhee, J. (2016). Estimating runoff from a glacierized catchment using natural tracers in the semi‐arid Andes cordillera. Hydrological processes, 30(20), 3609-3626.
[9] Rodriguez, M., Ohlanders, N., & McPhee, J. (2013). 055—Estimating glacier and snowmelt contributions to stream flow in a central Andes catchment in Chile using natural tracers. Central European Geology, 56(2-3), 94-98.
[10] Trombotto et al. (2014). Guía Términológica de la Geocriología Sudamericana. Terminological Guide of the South American Geocryology. Vázquez Mazzini Editores. Fundación de Historia Natural, Buenos Aires, 2014. 128 pp. [ISBN 978-987-33-5235-5]