Hace más de un mes que en la escuela Nº 19 de Munro no tenía gas. En la misma sede donde asisten diariamente docentes y estudiantes de la escuela primaria y el secundario de adultos funciona el Profesorado en Educación Especial del ISFDyT nº 77. Primaria, secundaria y terciarios, se unieron para pararle la mano al ajuste y lograr la reinstalación del gas en la Sede Armenia.
Martes 14 de junio de 2016 00:02
La “revolución” educativa de Macri quiere congelar las escuelas:
Algunos niños llegaron a llorar por el frío. Es que no se puede estudiar en las aulas heladas de la escuela, el frío llegó con todo, pero el Municipio no planteó ninguna solución hasta que los docentes y estudiantes de la Sede anunciaron que tomarían medidas, y el reclamo empezó a circular por los medios. En solidaridad con sus compañeros, los estudiantes del profesorado de la Sede Francia, donde funciona la Carrera de Trabajo Social y Comunicación del Instituto terciario, decidieron sumarse activamente al corte de calle programado para el lunes 13 de junio. La misma respuesta que las autoridades dilataron durante más de un mes, de repente tuvo solución “expres”, ante la posibilidad de que se concretara la medida de lucha. Ese mismo día el gas volvió a la sede. Con la unidad y la coordinación docentes, padres y estudiantes le devolvieron el calor a la escuela..
Una educación “merecida”:
Las escuelas de la Provincia ya venían de enfrentar condiciones terribles de deterioro bajo el gobierno de Scioli. Ahora mientras la “revolución educativa” de Cambiemos habla de meritocracia como “un valor que debe ser aprendido”, afina los lápices del ajustazo en la educación, hace recortes al presupuesto, cierra comedores escolares, se niega a instrumentar el boleto educativo, y además del incremento del 400% en las boletas, deja a las escuelas sin gas. María Eugenia Vidal estuvo en el Municipio, pero se olvidó de decir que el plan educativo que trae el PRO incluye congelamiento en cuotas. Parece que el gobierno considera que para “merecer” la educación, hay que aprender a pasar frío, pagar más caro el colectivo, aguantar sin comedores, y si se termina el secundario, trabajar por 4.500 pesos en Mc Donald, todo un plan.
Pero en esta escuela le pararon la mano al Gobierno y al Municipio, con la organización lograron hacer escuchar su voz y pudieron volver a abrir las puertas de la escuela, esta vez con estufas en las aulas. Los docentes seguirán atentos a cualquier novedad porque saben que con la fuerza de la unidad con los padres y estudiantes ni esta ni ninguna escuela podrá ser apagada.