Con notables ausencias de las voces críticas como la del vicepresidente David Choquehuanca, un nutrido congreso del MAS convocado para modificar el estatuto y el reglamento, fija sanciones que incluyen la pérdida de los puestos parlamentarios a quienes traicionen al partido. Las y los militantes de base deberán aportar 1bs por mes como prueba de encontrarse activos dentro del “instrumento político”.
Viernes 6 de agosto de 2021 16:17
El Movimiento al Socialismo (MAS) convocó a un congreso partidario con el objetivo de cerrar las brechas y fisuras que vienen sacudiendo a este agrupamiento desde el golpe de Estado. Este congreso se llevó a cabo el miércoles 4 de agosto en el departamento de Cochabamba. Como se expresó en los discursos de Evo Morales, Luis Arce y otros dirigentes, el objetivo era salir más unidos y rechazar las demandas de “renovación” que desde diversos sectores toman cuerpo al interior del partido de Gobierno.
La renovación reclamada ha sido sostenida en particular contra Evo Morales y su entorno, que busca mejorar las relaciones con la derecha tratando de sembrar una política cada vez más contemporizadora con la oposición. Con estos objetivos, el congreso determinó establecer sanciones más duras a aquellos que expresen diferencias con la orientación oficial del partido, protegiendo de esta manera la figura de Evo Morales y preparando el terreno para que sea él mismo quien pueda encabezar la próxima fórmula electoral del 2025.
Para Luis Arce y su Gobierno, el congreso representó una oportunidad de mantener el apoyo de los sectores afines al ex presidente Morales y evitar que los roces que se expresaron en los primeros meses de su Gobierno se transformen en disputas abiertas y en fragmentación.
Recordemos que diversos ex ministros de Morales cuestionaron duramente algunas gestiones del actual Gobierno, particularmente el ex ministro de la presidencia de Morales, Juan Ramón Quintana, que calificó de vergonzosa la ley de ascensos policiales debido a “que ni en las dictaduras más sangrientas” se les dio todas esas ventajas a la Policía como lo hizo el actual ministro de Gobierno, el guevarista Eduardo Del Castillo. Ahora bien, hay que decir que Quintana se olvida de su propio rol represivo y persecutorio contra sectores populares, como fueron las marchas en defensa del TIPNIS.
Sectores críticos, más contemporizadores con la derecha, no estuvieron presentes en el evento. Es el caso del vicepresidente del Estado, David Choquehuanca y todo su bloque político, que brillaron por su ausencia, aunque no emitieron declaraciones cuestionando el congreso. Sin embargo la ausencia de estos sectores, además del retiro del partido de varios otros, como el parlamentario Cuellar ponen en evidencia el resultado parcial del esfuerzo por “cerrar brechas” y por la “unidad”.
Recordemos que diversos dirigentes del MAS quedaron fuera del partido luego de las elecciones nacionales, tal el caso de Eva Copa y otros que fueron como candidatos con otras siglas políticas ante el veto impuesto por Evo Morales.
Las diferencias entre estos sectores no obedecen a proyectos políticos sustancialmente distintos. De hecho el papel de Eva Copa como presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) durante el Gobierno de Áñez, fue clave para que la política conciliadora y pactista de Morales se hiciera efectiva en el parlamento. En este sentido, las diferencias son en gran medida por caudillismos y personalismos entre los diversos dirigentes reformistas pero de ninguna manera son diferencias que impliquen una evaluación estratégica o programática de su proyecto.
Te puede interesar: Jallalla: un micro-emprendimiento “exitoso”
Te puede interesar: Jallalla: un micro-emprendimiento “exitoso”
Las disposiciones estatutarias tendientes a disciplinar al partido, tienen también el objetivo de preparar el terreno para evitar el surgimiento de críticas más profundas y por izquierda que se expresan en los militantes de base, trabajadoras y trabajadores, estudiantes y juventud precarizada pero sin referentes en las cúpulas del partido.
Los dirigentes del MAS, como Evo Morales, Luis Arce, el joven cocalero del trópico cochabambino y actual presidente del senado, Andrónico Rodríguez y otros, tienen temor que empiecen a expresarse criticas ya no generacionales, sino que empiecen a cuestionar su política de pactos y contención con las clases dominantes. Temen que surjan sectores que empiecen a cuestionar la vergonzosa política de embellecer y preservar a la policía y a las FF.AA. como lo hizo Morales y como lo viene haciendo Arce.
En este marco, el congreso tuvo también un carácter preventivo buscando evitar que puedan robustecerse las tendencias más a izquierda que expresan los sectores que no huyeron el 2019 y que pese al MAS, enfrentaron en las calles –no negociando en el parlamento- al golpe de Estado.
Esa gran brecha entre una dirección gelatinosa por reformista y una base trabajadora, humilde y valiente, es la que el congreso no ha podido cerrar y es la que en la medida en que la crisis se desarrolle tenderá a profundizarse.
Javo Ferreira
Javo Ferreira nació en La Paz en 1967, es fundador de la LOR-CI en Bolivia. Autor del libro Comunidad, indigenismo y marxismo y parte del consejo editorial de La Izquierda Diario Bolivia. Fue docente de la Universidad Obrera de Siglo XX en Potosí e impulsor del PT de la COB el 2013.