A medida que las olas de calor continúan en gran parte del mundo, los incendios mortales están devastando la cuenca del Mediterráneo. El cambio climático, del cual son responsables las grandes empresas con las emisiones de gases de efecto invernadero, trajo aparejado el calentamiento global, con una serie de desastres climáticos, cuya caótica gestión por parte de los Estados agrava los impactos.
Jueves 27 de julio de 2023 20:41
Mientras enormes incendios históricos asolan Canadá desde principios de mayo, las sucesivas olas de calor en la cuenca mediterránea han creado condiciones propicias para graves incendios forestales. Los científicos llevan tiempo advirtiendo del aumento del riesgo y la magnitud de los incendios. Ya en mayo, un informe de la OCDE advertía que "a escala mundial, la temporada de incendios ha aumentado un 27% desde 1979", alargándose en el sur de Europa, el oeste de Estados Unidos, Asia central y oriental y, de forma más general, en África y Sudamérica.
Aunque la duración de las temporadas de incendios no siempre refleja su gravedad, el informe indica que los incendios más extremos también han aumentado, con la consecuencia de los riesgos directos cada vez más peligrosas para la salud de las personas a largo plazo: enfermedades respiratorias y cardíacas, trastornos neurológicos debidos a las partículas finas liberadas por los incendios. Esto sin mencionar las consecuencias en la flora y la fauna.
34 muertos en Argelia, situación caótica en Grecia e Italia: los incendios asolan el Mediterráneo
Desde hace varias semanas, numerosas regiones de la cuenca mediterránea se ven azotadas por olas de calor y enormes incendios. En el norte de Argelia, donde las temperaturas alcanzaron máximos de casi 48°C, 34 personas murieron como consecuencia de los incendios provocados por 97 focos, especialmente en la región de Toudja, en Cabilia.
Forest fires in Sicily, Italy. The treasures of nature are decreasing day by day and what can be done? pic.twitter.com/MHs1YlozKz
— Debbie_banks (@Debbie_banks30) July 26, 2023
Durante la noche del domingo al lunes, numerosos habitantes y una decena de soldados que habían acudido a evacuar la zona se vieron rodeados por los incendios mientras dormían, causando la muerte de 15 personas e hiriendo a 26. Otras 1.500 personas tuvieron que ser evacuadas. Según relatos de testigos presenciales reproducidos por el canal de televisión BRTV: "La mayoría de las víctimas murieron intentando huir. El primer reflejo fue dejar las casas expuestas a las llamas, pero ya era demasiado tarde. El fuego avanzaba rápidamente debido a vientos muy fuertes y el pueblo se encontró completamente rodeado por las llamas". En Túnez también se produjeron incendios en zonas fronterizas con Argelia, y 300 personas tuvieron que ser evacuadas a causa de los fuegos en el noroeste, mientras que en la capital, se registraron temperaturas de hasta 49°C el lunes.
Este último miércoles los incendios parecían controlados en Argelia y Túnez, el "infierno climático" continúa en Italia, Grecia, Croacia y Portugal, así como en el sur de Francia y Turquía.
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En Italia, violentas tormentas en el norte, combinadas con incendios en el sur, han causado la muerte de 7 personas, sobre todo en Palermo (desde el lunes 24, cerros y montañas que rodean la ciudad están en llamas), donde los residentes describen una situación irrespirable y caótica, con incendios que se acercan peligrosamente a viviendas y carreteras, agravados por temperaturas cercanas a los 47°C y vientos violentos. Los bomberos, desbordados, también describen una situación crítica, como es el caso del comandante forestal siciliano de la ciudad de Piana Degli Albanesi: "Hemos tenido muchos problemas para conseguir todos los hombres que necesitamos, llamamos incluso a quienes estaban en descanso", y podría declararse el estado de emergencia en la isla.
#palermo #Sicilia LA SITUAZIONE È GRAVE NON RESPIRIAMO pic.twitter.com/4UarDwVamJ
— ꪖꪑꪖꪀꪊ (@Amaaaaanu) July 25, 2023
Del mismo modo, en Grecia, la situación sigue fuera de control. Este último miércoles ha sido calificado como "el día más difícil del verano" por el portavoz de los bomberos griegos, Ioannis Artopios, con más de 90 incendios declarados, 61 de ellos en las últimas 24 horas. Más de 30.000 personas fueron evacuadas de la turística isla Rodas el fin de semana, y se emitieron nuevas órdenes de evacuación para las afueras de las ciudades de Volos y Lamia, en el centro del país.
Sin embargo, las condiciones en que se produjo la evacuación fueron duramente criticadas por la población local, tanto por su falta de preparación como por la clasificación social realizada por los servicios de emergencia. Por ejemplo, John, un trabajador, vecino de Mandra -cerca de Atenas- relató al diario Reporterre su evacuación: "Aquí no vino nadie a salvarnos, ni los bomberos ni los aviones, ¿es normal? [...] Estábamos solos, abandonados a nuestra suerte, mientras iban a rescatar a gente de zonas más ricas", y otro vecino: "Esta gente estaba abandonada, estaba sola, no es normal. A ellos [al gobierno] les importa un bledo el bienestar de la gente". El artículo continúa explicando que, en este modesto barrio, fueron las personas abandonadas por los servicios de emergencia las que tuvieron que hacer frente a las llamas, intentando apagar el fuego con mangueras o palanganas de agua, o durmiendo en los tejados de sus casas, destruidas por las llamas.
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Mientras la población -sobre todo los sectores populares- sufre esta situación, las agencias de viajes y la aerolínea Ryanair, siguieron promocionando vuelos a la isla de Rodas durante todo el fin de semana, mientras se intensificaban los incendios y comenzaba la evacuación de la isla.
En un momento en el que los incendios mortales hacen estragos, las temperaturas alcanzan máximos históricos, las poblaciones van a sufrir más gravemente las consecuencias de estos incendios y los científicos están "conmocionados por la ferocidad del calentamiento global", los patrones de Ryanair prosiguen su política ecocida, como la de los patrones de las multinacionales del petróleo, responsables del calentamiento global y que lo agravan. Ante esta situación, es necesario dar una respuesta desde abajo que esté a la altura del desafío, contra la destrucción de la vida.