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Red Internacional
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Voces que importan. Denuncia desde Puerta 8: “Esa casa nunca fue un búnker y los detenidos son todos laburantes”

En el barrio donde Sergio Berni y la Bonaerense montaron una escena y detuvieron a varias personas tras las muertes por cocaína adulterada denuncian que todo fue “una farsa” para mostrar a los medios. “Metieron la droga en la casa de un vecino que murió hace un mes, dijeron que ése era el búnker y nada que ver”, afirman. Mientras, aseguran que los verdaderos narcos siguen protegidos por la Policía y los funcionarios.

Lunes 7 de febrero de 2022 09:35

Foto Enfoque Rojo

Foto Enfoque Rojo

El miércoles 2 de febrero comenzó con una noticia que acaparó todos los horarios y portales de los medios de comunicación. El barrio Puerta 8, ubicado en el límite de los partidos de Tres de Febrero y San Martín, tuvo un protagonismo sin igual. Aquel día se replicaron hasta el infinito imágenes de ese olvidado paisaje del noroeste del conurbano bonaerense (exceptuando los tiempos de campaña donde intendentes y concejales del peronismo y la oposición de derecha se muestran en fotos con sus falsas e hipócritas promesas).

La venta de droga adulterada y posterior intoxicación mortal de quienes habitan en los barrios más humildes volvió a golpear de lleno (como suele pasar por estos pagos) a familiares y amigos. Las consecuencias de un negocio ilegal se reflejaron en muertes y decenas de personas en grave estado. Negocio que cuenta con la complicidad de las altas esferas del poder y que a su vez es parte de un entramado de impunidad, protección y rentabilidad que poco se menciona.

No es tan complejo entender que cuando las papas queman se esconde la basura debajo de la alfombra y se crea el escenario propicio para los discursos de criminalización hacia los sectores populares. Al día de hoy ya son 24 las personas fallecidas y muchos de los internados siguen en estado crítico de salud.

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Persecución y hostigamiento

Mientras los hechos transcurrían en vivo y en directo, con cámaras en las guardias de hospitales y familiares visiblemente afectados, se ponía en pie un enorme operativo de persecución y hostigamiento en los barrios. El objetivo era demostrar cómo se lleva adelante “la lucha contra el narcotráfico”.

Desde la lejana Rusia,el gobernador Axel Kicillof dijo que estaba siguiendo de cerca los operativos y allanamientos ejecutados por sus funcionarios, con el ministro de Seguridad Sergio Berni a la cabeza.

El plan fue preparado y mediatizado que parecía un montaje del mítico programa de televisión “Policías en acción”. Luego vino el rally de apariciones públicas de Berni, vociferando una receta repetida una y mil veces, su ya clásico abordaje punitivo a una problemática social.

Durante el mediodía del jueves, en una conferencia de prensa conjunta, Berni y su par de Salud Nicolás Kreplac decían “tener todo bajo control”. Sin embargo, la realidad poco tenía que ver con lo anunciado por el gobierno del Frente de Todos. En la calle se empezaban a escuchar con fuerza las voces de los familiares que fueron sorprendidos con allanamientos ilegales que incluyeron golpes, causas armadas, gas pimienta sobre las caritas de varios niños y más golpes a mujeres y personas mayores de edad que intentaban defender a los suyos frente a la brutalidad policial.

Voces desde abajo

La Izquierda Diario estuvo allí, donde un grupo de vecinos de Puerta 8 y del barrio 1° de Mayo, realizaban un corte de calle para visibilizar lo que verdaderamente pasaba. Entre otras cosas, denunciaban que habían padecido la violencia de un allanamiento sin orden judicial.

Una joven contó a este diario cómo se llevaron presos a su papá, a su hermano menor (que padece retraso madurativo) y a su hermana de 19 años. “Queremos respuestas de lo que pasó en mi casa. La misma droga que pusieron en Puerta 8 la sacaron en mi casa, vinieron sin orden de allanamiento, fuimos a la comisaría y no nos dijeron nada. Pedimos la orden y no tenían nada”, dijo con enojo.

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La joven agregó: “Lo único que queremos es respuestas, se llevaron a mi hermano menor de 17 años, le pegaron, nos pegaron a nosotras las mujeres, nos tiraron gas pimienta. Somos una familia, se llevaron a mi papá que es tapicero y es el único que lleva la comida a la casa. Fuimos a la comisaría, a la fiscalía y nos trataron mal, nos echaron”.

Junto a ella estaba su prima, quien expresaba: “A mí me golpearon cuando fui a defender a mi tío y a mis primos, a mi tía abuela de más de 60 años también le pegaron por todos lados. A los chiquitos le tiraron gas pimienta, tienen 4 años, sabés cómo lloraban, los vecinos los agarraron y sacaron”.

También los jóvenes de Puerta 8 relataron a este medio cómo lo viven desde adentro. “Los policías saben todo, está todo arreglado, son corruptos todos. Se llevaron gente que nada tenía que ver, hicieron un allanamiento en una casa de un amigo de nosotros que no tiene nada que ver. A un menor de 17 años, que ahora cumple 18 y le cagan la vida, le hicieron dos causas. Acá se llevaron a once o doce personas, se metieron en casas de vecinos, hicieron cualquiera”, dijeron indignados.

Uno de ellos agregó un dato contundente: “Después metieron la droga en la casa de un vecino que murió hace un mes y mostraron como que ese era el búnker y nada que ver, ese nunca fue el búnker, hicieron una farsa los policías”.

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Muchas de estas denuncias se pudieron escuchar y ver en los grandes medios de comunicación, tanto los aliados al Gobierno como los opositores de derecha. La realidad se impuso ante las cámaras y nadie puede decir que no vio lo evidente. Sin embargo, con el correr de las horas el régimen político-policial-judicial-mediático de vio obligado a acallar esas voces y seguir con su cantinela de la “guerra contra el narcotráfico”. Hoy Berni sigue siendo la “voz autorizada” de una campaña de control y criminalización contra la población pobre de los barrios, mientras mucha gente sigue presa sin tener nada que ver y los verdaderos narcos siguen haciendo sus negocios bajo la protección estatal.