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Red Internacional
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Acampe por Palestina. Estudiantes de la Universidad de Chile: "Denunciamos la intención de desalojo y las calumnias por “violencia de género” por parte de las autoridades"

A continuación, reproducimos la declaración de las y los estudiantes del acampe de la Universidad de Chile en respuesta a las autoridades y medios de comunicación, en otro intento más por criminalizar la movilización en favor del pueblo Palestino.

Miércoles 12 de junio de 2024

En el marco de una nueva marcha convocada en solidaridad con Palestina este sábado 08 de junio, desde el Acampe de Casa Central se desplegó un “polémico” lienzo en el edificio patrimonial, que tenía como título “A romper la relación sionista”.

El lienzo, realizado por un artista formado en nuestra Casa de Estudios, incluía también datos
concretos como “76 años de colonización, 80% de la población desplazada” y “40.000 muertos en 8 meses”, sin embargo, lo que generó mayor controversia fue la pintura del rostro del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien aparecía caracterizado besando en la mejilla el rostro de la rectora Rosa Devés.

Las críticas que hemos recibido van desde la ministra de la Mujer y Equidad de Género, y el ministro de Relaciones Exteriores, hasta la Vicerrectora de la Universidad de Concepción y los medios de comunicación masivos. Se nos acusa de ejercer “violencia de género”, de ser “absolutistas”, “sexistas” y de no querer dialogar, argumentando que este lienzo significa un “ataque personal” hacia la rectora.

Sin embargo, cuando inició el Acampe el 15 de mayo se definió en una asamblea democrática que este sería un espacio feminista y libre de violencia de género. Así, la Comisión de Género ha trabajado activamente para que ello se cumpla. En ese sentido, como Acampe y Comisión de Género condenamos y rechazamos enfáticamente las acusaciones recibidas, en vista de que los argumentos utilizados no forman parte de las causas de violencia de género, sino más bien son una tergiversación de conceptos instrumentalizados para utilizar el género de la rectora en lugar de apelar al cargo que representa y a quien le demandamos respuestas.

Por otro lado, a partir del análisis suscitado al interior de diversas organizaciones sociales feministas, equipos de prensa, organizaciones estudiantiles nacionales e internacionales, entre otros actores sociales, resulta evidente que esta controversia es un esfuerzo más de ciertos sectores por deslegitimar toda movilización social y acción política que muestre lo que ocurre al interior de la Universidad, así como también la situación en el territorio palestino. En esa línea, es pertinente enfatizar que internacionalmente se ha declarado al Estado sionista de Israel como culpable de crímenes de guerra y de propiciar el genocidio con la mayor intensidad de violencia de género que el mundo haya visto en este siglo.

No estamos de acuerdo con que se utilice al feminismo y la posición de mujer de la rectora como herramienta para victimizarse y enmascarar su postura autoritaria y de pasividad cómplice ante el genocidio a niños, hombres y mujeres palestinas. No por ser mujer la rectora queda exenta de responsabilidad y de responder a nuestras demandas. Así, las críticas serían exactamente las mismas si el género de la rectora fuera otro.

Creemos que la discusión no debe centrarse en violencia de género porque eso no es lo que está ocurriendo. Dentro del Acampe nunca se ha discriminado a la rectora por ser mujer; nuestras críticas y desacuerdos son por su posición de poder, por no reconocer a nuestras vocerías elegidas democráticamente en asambleas, y por su nula apertura al diálogo respecto a nuestra principal demanda: la ruptura de convenios con universidades e institutos de investigación israelíes.

La imagen es utilizada como símbolo representativo de Rectoría y la lectura de este como ataque personal hacia Rosa Devés en su posición de mujer al mando de la Universidad más importante del país desvía el foco del mensaje: terminar los vínculos sionistas que tiene la Universidad de Chile. Es más, el despliegue del lienzo en el frontis de la Casa Central de nuestra Universidad buscó ilustrar, a través de una sátira política, la no respuesta e intransigencia de la misma rectora y su equipo.

Esto porque la respuesta que recibimos fue únicamente negativa, y ni siquiera hacia las vocerías del Acampe (se realizó a través de medios como Youtube o El Mercurio). Es decir, una clara señal: no quieren romper los vínculos con las universidades e institutos de investigación israelíes.

Esta tergiversación de los hechos, así como la banalización y la utilización estratégica de los conceptos que han puesto en la palestra nacional el feminismo, no hacen más que demostrar la hipocresía, la falta de ética y la desconexión con la realidad de la comunidad universitaria nacional e internacional, de quienes dicen estar “abiertas al diálogo” y que hoy nos exigen retirarnos del lugar en donde dormimos y nos reunimos diariamente. Esto sin haber respondido aún a nuestro petitorio enmarcado en una acción estudiantil de solidaridad internacional.

Por otro lado, entendemos que a la Rectoría de la Universidad de Chile no le gusta el arte; hace más de diez años que las Facultades de Artes tienen las mismas demandas exigiendo mejoras básicas a su infraestructura y respecto a las condiciones laborales (se caen los techos, los baños son inutilizables, accidentes de trabajadores, el techo tiene asbesto y no hay acceso al agua potable). El lienzo es, entonces, una manifestación y un medio de presión a través del arte; no constituye ni violencia de género ni una ofensa personal hacia la rectora.

Respecto a la imagen de Netanyahu intentando dar un beso en la mejilla a Rosa Devés, esta es netamente una referencia a otras sátiras políticas que históricamente han sido símbolos de la libertad de expresión mediante el arte como crítica a las autoridades. Principalmente es una referencia al famoso mural que Dimitri Vrubel pintó en el muro de Berlín en 1990, bajo el título ’Dios mío, ayúdame a sobrevivir a este amor mortal’ y que referencia el beso entre los dos líderes (hombres) de la burocracia estalinista, Erich Honecker y Leonid Brezhnev, en la celebración del 30º aniversario de la República Democrática Alemana en 1979.

Asimismo, esta obra ha sido replicada en otras ocasiones: en un mural de 2016 pintado en Vilnius, Lituania, que retrata a Donald Trump y a Vladimir Putin besándose; y en la obra “Fetiche político” en donde Sebastián Piñera y Augusto Pinochet también se besan.

Tras una gran ofensiva comunicacional, al parecer por fin logramos que las autoridades de nuestra Universidad se comunicaran con nosotros. El primer correo electrónico que hemos recibido en semanas respecto a conversar nuestras demandas concretas fue ayer lunes 10 de junio. En este nos informaron que las autoridades “han decidido no permitir más el uso permanente de la Sala Eloísa Díaz” y nos solicitaron “el inmediato retiro” de nuestras pertenencias personales del lugar en donde hemos levantado hace más de tres semanas nuestro Acampe en solidaridad con el pueblo palestino. Esto es la completa expresión de cómo actúan quienes están a cargo de la Universidad de Chile: con autoritarismo y sólo cuando les “afecta” a la imagen pública.

Nos preocupa que nuestra movilización, cuyo principal objetivo es que la Universidad rompa todos los vínculos que tiene con universidades e institutos de investigación israelíes, haya llamado la atención de las autoridades únicamente por un lienzo y no por nuestras legítimas demandas para que la Universidad ponga fin a la complicidad con el genocidio al pueblo palestino.

Así, hasta ahora Rectoría no ha hecho más que calumniar las demandas legítimas de sus estudiantes, victimizarse y cerrar los espacios al diálogo (contrario a lo que aclaman los medios de comunicación y ciertas personalidades). En nuestro caso, no hemos abordado nunca los convenios vigentes que mantiene la Universidad con academias israelíes en casi un mes de acampe y movilizaciones. Es más, el único diálogo que hemos sostenido — y ni siquiera con la rectora— ha sido sobre el uso de espacios en el Acampe. De igual manera, nunca la hemos visto en Casa Central, así como tampoco se ha mostrado interesada en nuestras actividades culturales y académicas que buscan fomentar y potenciar la discusión sobre el genocidio en Palestina.

Finalmente, cuestionamos el poder autoritario del equipo de Rectoría, quienes se niegan al diálogo con sus estudiantes y con los otros estamentos que componen la Universidad. Es por ello, y para dar cauce a la movilización, que organizaremos como estudiantes un gran plebiscito para que la comunidad universitaria (estudiantes, funcionarios/as y académicos/as) tomen una posición firme y consecuente con los Derechos Humanos para que nuestra Universidad de Chile ponga fin a los convenios que tiene con universidades e institutos de investigación israelíes, cómplices del genocidio al pueblo palestino.

¡Por una Universidad de Chile libre de apartheid!
Acampe Casa Central