En la jornada de ayer se volvió a plantear una discusión que atraviesa los juicios de lesa humanidad en todo el país: acusar por homicidio a los responsables de la desaparición forzada de personas o seguir sosteniendo que la desaparición forzada tenía un objetivo específico del genocidio.
Martes 8 de marzo de 2016 10:58
Durante la jornada de ayer volvieron a aflorar muchas sensaciones. La emoción de poner voces a una historia sin voz, como la de tantos detenidos desaparecidos cuyos casos se han investigado. Reconstruir los hechos, las últimas horas, los últimos minutos inclusive. Recordar como vestía, que había dicho al salir.
Conocimos a Leticia, a la de 16 años que estudiaba en el Manuel Belgrano de Cipolletti, y que estaba al cuidado de tutores. La joven que había militado políticamente y en el Centro de Estudiantes. Aún con el terror de la perdida de compañeros, decidió que seguiría viviendo, que el terror no la adormecería. Y así además de ser una alumna brillante, como relatan sus ex compañeras, dedicaba tiempo a los chicos de la zona de chacras, y hacía obras de títeres para divertirlos. Solidaria, inteligente, fuerte, sensible.
Hoy Leticia tendría 56 años. Cuesta imaginarlo. “La desaparición se siente a cada momento” dijo uno de sus primos presentes en la sala, y es verdad.
Hoy nuevamente se volvió a plantear una discusión que atraviesa los juicios de lesa humanidad en todo el país. Qué hacer con los desaparecidos se pregunta el Estado. Y por eso hay voces que intentan volver a discutir el número, la cantidad de compañeros.
La Fiscalía Federal de Neuquén a cargo de Walter Romero solicitó la remisión a instrucción de todas las actuaciones relativas al secuestro y desaparición de Leticia Veraldi, para que se investigue y acusa bajo la figura de homicidio agravado, tal como se instruyeron los 11 casos de compañeros desaparecidos que integran este cuarto tramo de este juicio que comenzó en 2007.
Es por eso que desde nuestra querella manifestamos nuestro rechazo a esta solicitud, aun entendiendo que para algunos familiares, puede ser un intento de obtener justicia.
Dijimos en la audiencia hoy: “La desaparición forzada tenía la finalidad concreta de generar parálisis e infundir terror, como uno de los objetivos del plan genocida. Al día de la fecha, sin que sepamos qué pasó con cada uno de los compañeros y compañeras, ese delito se sigue cometiendo. Entendemos que es el Estado, y no la justicia, quien debe decir que han hecho con cada compañero. Todos los gobiernos pos dictadura genocida se ha negado a abrir los Archivos, donde podríamos conocer que ha ocurrido con cada uno de los compañeros desaparecidos, quienes han sido responsables en cada caso, por qué Centro Clandestino pasaron. No vamos a solucionar la “grieta” en relación a los desaparecidos.”
Nos negamos a solucionar el problema del Estado. Nos negamos a bajar la bandera que nos ha acompañado durante 40 años, a las Madres, a los familiares, a los organismos de DDHH independientes de los gobiernos. Hasta que no se rompa el pacto de silencio, hasta que no se abran los archivos de la represión, no vamos a admitir una solución que ni jurídicamente, ni en honor a la verdad histórica nos conforma.
A días de cumplirse el 40º aniversario del golpe genocida debemos ser miles en las calles. Seguiremos reclamando la apertura de los Archivos de la represión, para saber no sólo el destino de los 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos, sino también para conocer la identidad de las más de 400 niñas y niños apropiados. Y también, seguiremos luchando contra la impunidad de ayer y hoy. Más que nunca.