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Red Internacional
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PROBLEMAS PARA THERESA MAY. El Parlamento británico descarta un brexit sin acuerdo por una mayoría de 43 votos

El Parlamento británico descartó salir de la Unión Europea (UE) sin acuerdo con Bruselas en "cualquier momento y bajo cualquier circunstancia".

Jueves 14 de marzo de 2019 00:00

Este miércoles la Cámara de los Comunes respaldó por apenas cuatro votos, 312 votos frente a 308, una enmienda que descarta un brexit sin acuerdo “en cualquier fecha y bajo cualquier circunstancia”. La enmienda de último momento fue presentada por la conservadora Caroline Spelman y, con su aprobación, la Cámara ha ido más allá de la moción que había presentado el Gobierno a regañadientes, que descartaba la posibilidad de una salida de la UE a la fuerza, pero no por completo.

Sin embargo, a pesar de que el voto solo tiene un valor consultivo y no puede anular la implementación del artículo 50 del protocolo de salida que fija la fecha de salida en el 29 de marzo de 2019, es una muestra inequívoca de que la crisis del gobierno se profundiza día a día.

El Parlamento británico se pronunciará este jueves sobre si el Gobierno pide o no a Bruselas una prórroga en la fecha de salida. Una primera ministra sin voz, a causa de una severa afonía, dirigió una advertencia contra su bancada: “Si la cámara logra una forma de respaldar un acuerdo, le permitiría al gobierno solicitar una prórroga del artículo 50, breve y técnica, para aprobar la legislación correspondiente y ratificar el acuerdo alcanzado con la UE”. “Pero déjenme que sea clara, dicha prórroga técnica solo será posible si hay un acuerdo listo. Por lo tanto, la Cámara tiene que entender y aceptar que, si no está dispuesta a respaldar un acuerdo en los próximos días, ni está dispuesta tampoco a respaldar una salida sin un acuerdo el 29 de marzo, la conclusión es que debe haber una prórroga más extensa que, sin duda, requerirá que el Reino Unido participe de las elecciones europeas de mayo de 2019”. “No creo que sea el resultado correcto pero los diputados deber hacer frente a las consecuencias de las decisiones que tome” concluyó la mandataria.

Por su parte, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, que defiende un brexit suave con una unión aduanera y un mercado común, conocido como “salida a la noruega” decía: “La primera ministra parece no darse cuenta. Su acuerdo ha sido rechazado en dos ocasiones por esta Cámara, con mayorías sin precedente. El plan que presenta el laborismo es el único con credibilidad, y preparado ya para comenzar a negociarlo”.

Mientras tanto en Bruselas, después de más de dos años de negociaciones, los líderes de la UE están perdiendo la paciencia, y les tiene sin cuidado que se note. Quieren que el gobierno de May firme el acuerdo. Sin embargo, la posibilidad de un “no acuerdo” vuelve a estar sobre la mesa y no tienen dudas de que el gobierno británico termine pidiendo una extensión del artículo 50 lo que conlleva retrasar la fecha efectiva del brexit. Pero lo que nadie tiene claro —ni Bruselas ni Londres— es una extensión por cuánto tiempo y, todavía más importante, para qué.

Si bien la propuesta de May del día de hoy para alcanzar un acuerdo de salida perdió por una diferencia de 43 votos, frente a los 149 votos de diferencia de ayer, reflejó la profunda división de su formación. Para la votación de hoy la mandataria había dado libertad de voto a los diputados conservadores, sin embargo, luego de la enmienda de Spelman, llamó a que acataran la disciplina partidaria, o se abstuvieran. En una sesión sin igual de división tory, cuatro ministros del gabinete desafiaron a May absteniéndose. Entre ellos, Ambar Rudd, la ministra de Trabajo y Pensiones, quien declaró que un brexit sin un acuerdo sería malo para la economía del país. Asimismo, seis miembros del gabinete se distanciaron de la mandataria para respaldar una propuesta de un “brexit controlado”. Por su parte, el vicepresidente del euroescéptico e influyente Grupo de Investigación Europeo (ERG, en inglés), declaró “seguiré votando en contra de este acuerdo tantas veces como se ponga a votación”.

Desde el primer día como primera ministra, el caballito de batalla de Theresa May ha sido negociar la salida del Reino Unido de la UE. Su acuerdo ha sido fuertemente rechazado en dos oportunidades y ella va perdiendo aliados día a día. Otro mandatario en las mismas circunstancias habría renunciado. Qué es lo que la sostiene, nadie lo sabe. Quizá el hecho de que nadie quiere estar en su pellejo ni a cargo de una situación que resulta casi imposible de resolver.