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SER CORRESPONSAL OBRERO. El futuro que Iris no soñaría

Días atrás, Pilar se conmocionó con la muerte de una adolescente por desnutrición. Su nombre, Iris García. Como trabajador consciente no pude menos que denunciarlo en La Izquierda Diario.

Viernes 23 de octubre de 2020 01:53

Imagen: El diario de Pilar

Imagen: El diario de Pilar

Soy un trabajador del Parque Industrial de Pilar. Cuando conocí la noticia me dio mucha bronca. Escribí enseguida para La Izquierda Diario, para que la evitable muerte de Iris y la vulnerabilidad de esta familia llegase a todos lados. A este diario los trabajadores como yo no lo consideramos un diario más, es una herramienta para hacer denuncias de nuestras realidades y para plantear nuestras posiciones políticas.

Días después, junto a las compañeras de la redacción entrevistamos a su familia. Ellos nos mostraron derechos vulnerados por el Estado municipal, problemas de desnutrición, la falta de asistencia social, de acceso a la educación y la vivienda y un largo etcétera. Esa denuncia, que se mezcla con la impotencia de ver que se es parte de una estadística criminal (la que se cobró la vida de Iris García, de tan solo 15 años y con un peso de 20 kilos solamente) te hace reflexionar cuál es el lugar dónde vivimos, cómo funcionan las cosas.

¿Por qué el Estado, que es el gran administrador de los recursos, deja a familias hundirse en el hambre, teniendo las peores condiciones de vida, sin techo, sin agua, sin salud? ¿Cuántas Iris tienen los sin tierra?

Programa Zona Industrial de La Izquierda Diario sobre las infancias en situación de pobreza.

Los medios de comunicación y los trabajadores

La noticia había salido en un portal de Pilar y me la compartió un compañero del PTS. Si bien contaba los “eventos”, lo hacía sin reflejar la responsabilidad directa que había tenido el Estado abandonando a Iris. Tuvo su tío que poner de relieve, en un comentario de esos que aparecen debajo de las noticias, todas sus necesidades, contando la realidad que les ofreció el Estado. Reflejó el abandono que sufre esta familia trabajadora humilde, empobrecida por el sistema, enfermos, con escasa atención o la total falta de asistencia del sistema de salud.

La familia de Iris como millones sin condiciones de vida dignas.

El intendente de Pilar, Achával, ¡ni siquiera recibió a la familia de Iris cuando se hizo presente en la puerta del Municipio! Pero esto no fue noticia. Como pasa con los grandes medios, lo mismo pasa con los locales, cuando no es para usarse en las internas de los intendentes y concejales del Frente de Todos o Cambiemos , nada de los verdaderos responsables sale. Peor aún, criminalizan la pobreza. Es claro que los gobiernos y los empresarios ponen plata en los medios, son suyos.

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Por eso este es un valor que tiene La Izquierda Diario, que lo tuvo para la familia de Iris y también para todas las familias de Guernica. Esa toma hoy es la más visible para los medios, aunque se la demoniza en sus noticias o te la muestran como un método no válido, como si se pudiera elegir. Pero en cada localidad hay tantos barrios populares, como les gusta románticamente llamarlos ahora. Hay familias ocupando terrenos por no tener un lugar dónde vivir.

Una imagen de Guernica y sus infancias

También influenciados por los medios, muchos trabajadores reclaman por la llamada “inseguridad”. Pero ¿qué hacemos para que, ante la desesperanza y la desesperación, la opción no sea el arrebato? Lastimar a alguien más, quedar privado de la libertad o terminar muerto, cuando hay una desocupación del 13.1% según el INDEC y muchos quedan excluidos de los ingresos y tienen que acudir a la asistencia estatal, la cual no alcanza para cubrir las necesidades familiares. Los “afortunados” que tenemos un laburo en blanco, que nos levantamos antes de que salga el sol o volvemos a casa casi a medianoche y no disfrutamos de la familia, tenemos sueldos por debajo de la línea de pobreza.

Nosotros, en nuestra fábrica por ejemplo, hace unos años fuimos parte del sindicalismo de base que dio lugar a muchas conquistas como mejoras salariales y de condiciones laborales, y conquistamos tecnología para no seguir rompiendo nuestras espaldas. Pero esos logros no son suficientes, si las noticias siguen siendo que una nena muere por desnutrición. Iris fue una más que conformó la estadística de los 75 mil niños que en la Argentina no pueden comer, y por eso los trabajadores no podemos conformarnos con las conquistas sindicales solamente.

La pobreza en Argentina alcanza a 18 millones de personas y más de la mitad son niños y niñas menores de 15 años. Imagen: Valerio Bispuri

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Tenemos que pensar hacia afuera de las fábricas, los talleres, las escuelas. Porque después están tus vecinos, tu familia, tus amigos. Ellos que no llegaron a organizar sus lugares de trabajo porque están instaladas las burocracias sindicales, las amigas de los empresarios que se refugian en el aparato del Estado donde no hay democracia para los trabajadores y que permiten a las patronales dejar un tendal de desocupados con hijos malnutridos, sin techo.

¿Acaso los despedidos de Techint serán mañana los padres de las Iris de otro lugar? ¿Cuál era el futuro que le esperaba a Iris? ¿Y a todos los jóvenes?

Somos nosotros, los trabajadores, quienes tenemos que desafiar a las burocracias para volver a conquistar esas organizaciones y que tengan lugar esos reclamos, pelear contra la desocupación. Los reclamos de las mujeres, que por su condición de género cobran menos, las trabajadoras domésticas sin ningún tipo de derechos y maltratadas, las madres solteras y sostenes de familia, mayoría en casi todos los lugares de trabajo. Los reclamos de los jóvenes por un medioambiente más sano contaminado por las mismas fábricas en las que nosotros dejamos la vida o el derecho elemental a tener una vivienda y no morir de hambre.

Muchos pibes no consiguen trabajo y los que sí lo hacen es en pésimas condiciones. Realizan las peores tareas, las más pesadas y repetitivas, las que te rompen el cuerpo o te exponen a los químicos. Van saltando de agencia en agencia cada tres meses o ahora con la nueva forma de explotación que se extendió durante la pandemia, las aplicaciones de reparto, una estafa constante sin derechos laborales ni representación gremial, mueren en el pedalear diario sin poder planificar nada para su vida.

La imagen de la joven trabajadora de Apps con su bebé que se hizo viral en la cuarentena.

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Aunque parezca un cuento, Pilar (de donde era Iris) es uno de los municipios más ricos de Buenos Aires. Los barrios privados abundan. Cines y shopping, una importante oferta gastronómica y no faltan las agencias de autos de alta gama. Sus lujos ostentan con desfachatez negocios inmobiliarios que no dudan en destruir los humedales, provocando inundaciones en los barrios bajos, contaminación de las fábricas en los arroyos linderos como el Pinazo o La Arena o en el río Luján, todo esto sin costo alguno para la alta clase social.

El negocio inmobiliario: uno de los negocios más brutales en Pilar que destruye humedales y provoca inundaciones en los barrios más pobres.

¿No sería hora de invertir las prioridades, de que la crisis no la sigamos pagando los laburantes y las familias, y que hagamos fuerte el reclamo de un impuesto a sus grandes fortunas para terminar de una vez con tantas miserias?

Ser corresponsal de La Izquierda Diario

La salida a estas penurias se puede conseguir. Con la unidad, la organización y la movilización en las calles de todos los sectores atacados sin descanso por los empresarios y los gobiernos de turno. Para generar un cambio y que no tengamos más Iris que lamentar y que la crisis sanitaria y económica no recaiga sobre las espaldas del pueblo trabajador. Denunciar estas realidades como la de Iris es un paso que hace la diferencia, frente a lo que ocultan los medios de comunicación de los empresarios y el Estado. Desde nuestros lugares de trabajo, estudio o del barrio podemos hacerlo.

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