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Red Internacional
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ELECCIONES EN EL SUTE. El retorno sin gloria de Gustavo Maure al SUTE

El próximo 15 de junio hay elecciones en el sindicato más importante de la provincia de Mendoza: el SUTE. La elección del SUTE es considerada el departamento 19 de la provincia. Los docentes vienen enfrentando duros ataques. Un hecho relevante es que la lista oficialista va dividida. Las internas del peronismo en la vida sindical

Lunes 24 de abril de 2017 11:51

El gobierno nacional y los gobiernos provinciales nos quieren en silencio mientras vulneran derechos adquiridos, mientras empujan a más sectores sociales a la pobreza extrema y atacan a la educación pública.

Desde la corriente nacional 9 de Abril venimos impulsando un gran frente antiburocrático multicolor, por un SUTE democrático e independiente de los gobiernos y partidos patronales. Seguimos sumando fuerzas para llegar a cada rincón de la provincia y organizando nuestras escuelas para decir NO al Ítem Aula,basta de maltrato a los trabajadores de la educación y exigir la reincorporación de Paola Vignoni, despedida por criticar las políticas educativas del gobierno.

En las bases, el comentario es siempre el mismo: la conducción Celeste claramente no es una herramienta que permita organizar la bronca que hay en las escuelas frente a los ataques de los gobiernos. Al contrario, tiene paralizado al sindicato con convocatorias divididas, discursos distintos y una interna ajena a los intereses de los y las trabajadoras de la educación.

La Celeste es un proyecto agotado

Gustavo Maure, histórico referente de La Celeste en Mendoza y de la CTA kirchnerista, dio el discurso de apertura de un encuentro de su agrupación, intervención que se puede ver por las redes en video.

Maure, como lo asume, pertenece a la corriente kirchnerista de Alicia Kirchner, Kolina. Y, rosca electoral mediante, salen los trapitos al sol de lo que muchos llamamos burocracia sindical. Maure se pregunta: “¿En dónde te van a dar un espacio que te garantice una sede para reunir, teléfono gratis, liberación del trabajo y un plus (salarial) para militar?”. Y nos cuenta que adentro, a pesar de estos privilegios, “hay resentimientos, por los cargos, por los cuestionamientos”, que hay sillas con telerañas…” y que es necesario “salir de la quietud”.

26 mil afiliados tiene el SUTE. Esto es el 40% de los trabajadores de la educación de la provincia. Trabajadores y trabajadoras que están obligados a trabajar dos turnos o más para llegar a fin de mes. Que su salud vale menos que un ítem de productividad impuesto por el gobierno Cambiemos y frente al que la dirección Celeste sólo opone una estrategia judicial pasiva. Docentes que trabajan en pésimas condiciones de infraestructura.

Lo que nos cuenta Gustavo Maure, es que la voluntad y las condiciones de vida y trabajo de esas decenas de miles de trabajadores quieren someterla a los intereses de burócratas, que viven encerrados en sus sedes, según las palabras de él mismo, y que tienen teléfono gratis, liberación del trabajo y un plus. Todo un balance de una forma de hacer política en el sindicato.

Macri y Vidal buscan desfinanciar la educación pública en beneficio de la privada. El presupuesto del 2017 para Educación es el más bajo en 23 años. Pero esto no comenzó ahora. Durante los ocho años de Gobierno K el presupuesto educativo fue cayendo paulatinamente. En la provincia de Buenos Aires de Scioli, en el 2008 fue del 33,2 % y en 2015 bajó a 27,8 %.

Yasky, Baradel o Maure pretenden llevarnos con la Carpa Itinerante al cuarto oscuro del “volveremos”. Pero los docentes no queremos volver, queremos luchar y ganar lo nuestro.

Puro relato

La necesidad tiene cara de hereje. Maure está dispuesto a dar la batalla por la conducción del SUTE y en ese afán dice cosas como que no quiero un sindicato que discuta solo salario. Un sindicato chiquitito que aparezca en marzo y después se mande a guardar. Los trabajadores tenemos derechos. No quiero un sindicato de caracúlicos que discuten solo de salario… Tenemos experiencia colectiva para enfrentar el ajuste. Y tenemos que decir: tenemos acuerdo. No queremos ni un sindicato chiquitito, ni que sólo discuta salario.

Pero también decimos: no pueden ser tan caraduras. La CTERA y sus sindicatos de base dirigidos por la Celeste aparecen en febrero o marzo… Sentados en la mesa de negociación, sin haber consultado a un sólo docente y después no aparecen más. Y no es que desaparecen y dejan de hacer política. Por el contrario.

Años de ataque a la educación pública. Años de enorme resistencia de los trabajadores de la educación con paros, marchas, cortes de ruta, carpas, clases públicas, abrazos, etc, etc, etc. Pero siempre la dirección de la CTERA y los gremios de base han llevado esta voluntad de lucha detrás de algún político patronal. Después del maestrazo Mary Sánchez fue con Menem. Desde de la Carpa Blanca Marta Maffei llamó a aprender a votar a De La Rúa. Después del 2001 Yasky rompió la CTA para subordinar a la Ctera al kirchnerismo y carnerear todos los paros que enfrentaron el ajuste de Cristina y sus gobernadores contra los docentes que trabajan horas y tienen 3 meses de vacaciones y la educación pública.

Puntos más, puntos menos, estamos hablando de un proyecto político de retorno, del volveremos, o simplemente de ser una parte más del armado político del peronismo. Como siempre han hecho: dios los cría y el viento los amontona. Podrán decirse traidores, podrán hacerse escándalos públicos, pero ante el escenario electoral irán todos juntos. Y Maure es parte de ese armado en Mendoza.

Así es como la Celeste inició su campaña sin hablar del ítem aula, del Operativo Aprender, del despido de Paola Vignoni, de la tragedia que le toca vivir a cada docente que se enferma y tiene que pasar por Salud Laboral, sin nombrar los cierres de cursos, la Celeste se prepara para una lucha abstracta. Sin hacer alusión a la violencia que sufrimos las trabajadoras de la educación como mujeres, de la realidad que tenemos que afrontar con la desaparición de niñas y jóvenes o los femicidios. Con escuelas públicas que han tenido que suspender sus clases por las lluvias, por la falta de inversión en infraestructura de años y años.

De todo esto, que sí es política, pero de otro tipo, debiéramos poder discutir los trabajadores de la educación. En Argentina los sindicatos son un actor fundamental de la situación política, ahora y desde hace décadas. En manos de la burocracia sindical se convierten en sostén del orden existente, aunque con distintos métodos, todas por igual. Pero los sindicatos, en manos de los trabajadores pueden convertirse en herramientas para luchar en serio, por transformar profundamente la realidad. De ahí la importancia de pelear por recuperar y refundar las organizaciones de masas de la clase obrera.

La izquierda al frente, por otra política en los sindicatos

Por todo lo dicho queremos que esta campaña supere la experiencia histórica del SUTE con Garcetti y Maure que llevaron siempre la fuerza de de los trabajadores de la educación docente detrás de partidos patronales, primero con el Frepaso y la Alianza, luego con el kirchnerismo, convirtiendo al SUTE en un socio de la administración neoliberal de la educación pública.

Para Gustavo Maure el SUTE debe ser independiente tanto de la UCR como del PJ, o más precisamente de un sector del PJ. Separándose del proyecto de Gustavo Correa y Adrían Mateluna, actuales Secretarios Generales de la CTA y el SUTE, que estarían buscando integrar directamente al sindicato en la estructura de este partido. Pero la independencia que defiende Maure, no es la que necesitamos para impulsar una política educativa que transforme la educación pública en función de los intereses de las grandes mayorías trabajadoras. Sino para poder negociar cargos y apoyo a cualquiera de estos dos partidos, con quienes se ha asociado profundamente en los últimos años. Así es como apoyaron al gobernador Cobos como compañero de fórmula de Cristina, y luego co-gobernaron la provincia con el PJ-FPV desde el partido de la ajustadora y represora Alicia Kirchner, Kolina, levantado desde la estructura del SUTE. La única independencia que defiende Maure, es la poder contar con el SUTE como un trampolín para sus negociaciones políticas.

La lista Lila también usó la bandera de un sindicato independiente de todos los partidos políticos durante muchos años para justificar la alianza que el PJ del kirchnerista Guillermo Carmona hizo con la UCR de Alfredo Cornejo para intentar desbancar a la Celeste del SUTE. Los "adversarios" electorales fueron aliados dentro del SUTE, llevando en las últimas elecciones una lista donde convivían desde funcionarios de la gestión kirchnerista hasta la mismísima hermana del actual gobernador Cornejo. Una unidad como la que hoy mantiene el PJ con Cambiemos para votar los presupuestos con techos salariales y acompañando en el Congreso Nacional cada proyecto de Ley que envía Macri.

Necesitamos poner en pie una enorme organización de los trabajadores de la educación, independiente de los gobiernos, del Estado, de los políticos del ajuste y la persecución. Un sindicato que se organice de abajo hacia arriba, con la más plena democracia sindical. Superando la experiencia histórica que ha mantenido el SUTE como un trampolín para asegurarse cargos en los mismos gobiernos que después ajustan y persiguen. La izquierda clasista debe fortalecerse y al mismo tiempo luchar en común con todos los sectores independientes que quieren defender realmente la educación pública, pero defendiendo consecuentemente sus métodos y programa, peleando por sindicatos combativos y democráticos, independientes del estado y de todas las variantes patronales y burocráticas. Por eso planteamos la necesidad de recuperar el SUTE para los trabajadores de la educación con un objetivo histórico distinto al de las estrechas miras sindicalistas.

Queremos poner en pie un sindicato que potencie la fuerza de los trabajadores y distinga amigos de enemigos.

Hace falta, desde experiencias como la de la recuperación de la seccional Godoy Cruz, poner en pie una lista unitaria de la oposición antiburocrática e independiente de los partidos patronales, es decir un agrupamiento que se proponga pelear por un sindicato basado en la decisión de las asambleas, independiente de los gobiernos y los políticos del ajuste, para dar la pelea contra la Celeste en sus distintas variantes y la Lila, dirigidas por funcionarios ajustadores del FPV y la UCR-PRO que tanto han atacado a los docentes.


Virginia Pescarmona

Docente, Corriente 9 de abril/Lista Bordó, Mendoza

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