El oficialismo de Río Negro, en plena campaña, busca salirse de la grieta. Pero su rol en el Congreso es parte del plan de ajuste que afecta a las mayorías populares y a toda la clase trabajadora.
Miércoles 18 de agosto de 2021 07:40
Durante la semana pasada se realizó por sexta vez en pandemia un corte de la Ruta 40 en Bariloche. El reclamo era de los hoteleros y gastronómicos, donde unos dos mil temporarios están sin trabajo y muchos de ellos sin cobrar ni una sola ayuda, como paliativo por no estar percibiendo salarios. Esto se debe a una cuestión clave: el peronismo en el poder eliminó del presupuesto nacional 2021 el IFE, un aporte insuficiente pero muy necesario para millones de personas en el país.
Ese presupuesto de ajuste fue aprobado por los legisladores de ambas cámaras, donde peronistas, cambiemitas y muchos otros de la oposición, como los diputados Di Giacomo y el Senador Weretilneck, ambos de Juntos Somos Río Negro, acordaron levantar la mano afectando a miles de familias que perdieron o no pudieron seguir trabajando por las restricciones impuestas en pandemia. Solo el Frente de Izquierda votó en contra.
Las consecuencias de haber votado favorablemente la Ley de Presupuesto 2021 que borra de un plumazo el IFE no sólo la sufrieron las y los trabajadores temporarios del turismo o de la fruta. El voto de Juntos Somos Río Negro también contribuyó para una rebaja del 10% en el presupuesto para Salud. Sí, en plena pandemia, votaron un presupuesto que destinaba más a pagar la estafa de Macri con la deuda externa que lo que se destinó a salud.
El oficialismo provincial despolitiza la campaña con sus spots. Habla de “allá” en referencia a la pelea entre peronismo y Cambiemos. Y habla de “acá”, en referencia a su gestión provincial. Pero como se ve, “acá” el gobierno de JSRN con Arabela Carreras a la cabeza, ninguneó el reclamo de las y los hospitalarios. Mientras tanto “allá” en el Congreso, los que dicen defender Río Negro no tuvieron problemas en votar a dos manos con macristas, radicales y peronistas, el ajuste que hay en curso. En la justificación del voto, Di Giacomo decía: “somos fuerzas gobernantes. Sabemos que el presupuesto es la propuesta de un gobierno para poder salir adelante con una serie de enunciados a los cuales vamos a apoyar responsablemente". Un apoyo indispensable para seguir ajustando.
Contra los jubilados y en favor del fracking
El gobierno de Alberto Fernández, también contó con el apoyo de "todos", oficialistas y opositores, en la sanción de otras leyes de ajuste. Entre los bancos y los jubilados eligieron a los bancos: se suspendió la movilidad previsional sancionada a fines de 2019 y se otorgaron subas por decreto de entre el 24% y el 35% a los jubilados, representando un “ahorro fiscal” de $ 98.700 millones para el Estado, mientras que para los jubilados significo que solo les alcance para comer 11 días en el mes. ¿Y quiénes sumaron su voto contra las y los jubilados? Claro está, los legisladores de Juntos Somos Río Negro.
Donde tampoco hay grietas y el oficialismo rionegrino aportó también lo suyo fue con la ley a las grandes fortunas, donde una cuarta parte de lo recaudado se destinó para la extracción de hidrocarburos, fracking incluido. Los legisladores por Río Negro, tanto del FDT como de JSRN en ambas cámaras, votaron a favor. Todos juntos festejaron subsidiar a multinacionales que siguen contaminando y saqueando los recursos.
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Di Giácomo en Diputados integra el bloque Unidad para el Desarrollo presidido por el mendocino José Luis Ramón, y funcionó como un aliado en casi todas las leyes que necesitó el Gobierno. Por su parte, Weretilneck en el Senado negocia abiertamente cualquier ley que le resulte importante al peronismo. Ya lo hizo cuando era fiel escudero de Macri en la Patagonia, no tendrá problemas en seguir haciéndolo con el nuevo oficialismo nacional. La única grieta real es con el pueblo que dice no a la megaminería y al fracking.
En resumen, las distancias entre el “allá” y el “acá” que tanto menciona JSRN en sus spots electorales, se acortan cuando se trata de defender los intereses de los propietarios y terratenientes foráneos. Mientras, las y los trabajadores rionegrinos sufren las consecuencias de decisiones conjuntas que toma una casta política cada día más alejada del pueblo trabajador.