Elecciones en la UNJu: ¿Cómo quedó todo después de las elecciones?

Después de cinco días, se dieron a conocer parcialmente los resultados definitivos de las elecciones de autoridades de la Universidad Nacional de Jujuy. La lista a rector y vice, auspiciada por el actual rector, Rodolfo Tecchi, fue la que resultó electa con el 68% de los votos ponderados. La otra lista, que llevó al decano de Ingeniería, Gustavo Lores, como candidato a rector obtuvo el 32%

Teniendo en cuenta que el claustro estudiantil es mayoritario dentro de la comunidad universitaria, con miles de inscriptos, más de 24 mil estudiantes según el anuario 2019, y que solo 3391 de los mismos podía participar de la elección, mientras se sigue cursando en la virtualidad, ya nos anticipaba lo antidemocrático de la misma. El total de votos emitidos por el claustro estudiantil fue de 1958, es decir que el actual rector es "electo" por sólo el 8% de los y las estudiantes inscriptos.

Pero frente a esta elección antidemocrática por dónde se la mire (la adelantaron 8 meses, con un padrón de estudiantes que cayó a menos de la mitad y el sistema de voto ponderado*) la mayoría de las agrupaciones estudiantiles, desde las conducciones de centros de estudiantes peronistas, hasta la Franja Morada, llamaron a votar e hicieron campaña por Mario Bonillo. Sin ningún tipo de cuestionamiento a la elección, como es recurrente en la UNJu, se dedicaron a sumar un par de votos al rector y ofrecer apuntes, pendrives, etc jugando con las necesidades de las y los estudiantes. Nada que envidiar a los acuerdos entre radicales y peronistas para gobernar la provincia, multiplicando sus privilegios y negocios desde el poder.

En este marco, estas elecciones se vuelven una muestra más de que quienes manejan la Universidad lejos están de la realidad que vivimos la mayoría de los estudiantes, de la mayoría de los docentes que cobran sueldos miserables, además de que se los llamó a asumir el “desafío” de repensar las prácticas pedagógicas, y ser parte del cambio dentro de las estructuras educativas tradicionales, con la mayor creatividad posible; a sabiendas que eso no garantiza el acceso a todos y todas las estudiantes, ya que hay una realidad que no se puede negar y es que, en Jujuy, según datos del Indec sólo el 6% de la población tiene conexiones fijas a internet, y un 56% se manejan con móviles-celulares.

De conjunto se mantuvo el acuerdo de reparto de facultades entre radicales y peronistas que viene aconteciendo en los últimos años. Agrarias y Humanidades con conducciones afines del PJ-Frente de Todos, Económicas a la UCR e Ingeniería bajo una gestión donde las simpatías por los partidos tradicionales no son explícitas pero están.

La nueva conducción de la UNJu, obtuvo el apoyo del rector Rodolfo Tecchi, quien encabezó una gestión marcada por escándalos de corrupción, denuncias por malversación de fondos, acomodos, y ahora se muestra como figura política junto a Ruben Rivarola, el socio peronista de Morales. Sin embargo, muestra una cara más de tipo académica y progresista detrás de la cual se sostienen todos los privilegios de las autoridades(por ejemplo, en 2019 Tecchi cobraba 197.000 pesos por mes) y los mecanismos antidemocráticos del cogobierno universitario, así como el modelo de universidad al servicio de las mineras, Ledesma y otras grandes empresas.

En este sentido desde Oktubre y la juventud del PTS en el Frente de Izquierda venimos abriendo el debate sobre qué universidad queremos, qué universidad necesitamos frente a una crisis que se agudiza y recae sobre la juventud. Frente a sectores que hablan del esfuerzo, de la meritocracia, cuando se niegan posibilidades, cuando solo 1 de cada 20 se recibe en la universidad y tener un título hoy no es garantía de trabajo.

Debatir qué modelo de Universidad queremos y necesitamos es en parte cuestionar que unos pocos acumulen riquezas a costa de las mayorías populares, porque es el mismo funcionamiento que tiene la universidad puertas adentro, sus tratados, las decisiones unilaterales nos condenan a una educación cada vez más degradada y a la cual cada vez menos pueden acceder, promoviendo así el individualismo y la meritocracia que poco y nada tienen que ofrecer a la población de un país sumido en una crisis estructural.

Para que estos debates puedan llegar a todas y todos los estudiantes se necesitan espacios democráticos, los centros de estudiantes deberían salir de las burbujas de confort, y convocar a asambleas. Tenemos que hacerles llegar a las nuevas autoridades también nuestros reclamos, ideas y proyectos en función de aportar desde la UNJu una salida a la crisis junto a la clase trabajadora y a favor de las mayorías.

(*) Recordemos que según la reglamentación del voto directo ponderado, que rige en la UNJu, el voto de los profesores (ordinarios e interinos) vale un 50%, el de los estudiantes 33%, el de graduados 11% y el de los no docentes 5%. O sea, aunque ahora todos votan a las autoridades, el voto de cada integrante de la comunidad universitaria no vale lo mismo.

A su vez esta proporción por claustro se combina con una ponderación por facultad que le da a cada unidad académica un porcentaje determinado en función de su tamaño.