Si bien el escenario de una mayoría absoluta de la ultraderechista Agrupación Nacional parece alejarse y emerge la idea de una “gran coalición” entre el centroizquierdista Nuevo Frente Popular y la derecha de Macron, muchos factores siguen sin determinarse a un día de las elecciones.
Sábado 6 de julio 17:46
Después de la primera vuelta de las elecciones legislativas del domingo 30 de junio en Francia, donde la extrema derecha de Agrupación Nacional [RN por sus siglas en francés] obtuvo una victoria histórica con el 33,15% de los votos emitidos, quedando en primer lugar en 297 circunscripciones, se puso en el centro del debate la idea de un "frente Republicano" para "frenar a la extrema derecha" en segunda vuelta.
En Francia pasan a segunda vuelta todos aquellos candidatos que hayan obtenido más del 12,5% de los votos. Esto hace que en muchos casos la segunda vuelta no se dispute solo entre dos candidatos sino entre tres o cuatro.
De allí que este "Frente Republicano" es el acuerdo tácito al que llegaron la centroizquierda del Nuevo Frente Popular (NFP) con la coalición de derecha "Juntos" de Macron, e incluso con la derecha tradicional de Los Republicanos, para bajar a sus candidatos que hayan salido en tercer o cuarto lugar, y que de esa manera sea un solo candidato de algunas de estas fuerzas el que dispute con el o la candidata de la extrema derecha de RN.
En los hechos esto implicó que 220 candidatos se hayan bajado de su postulación hacia la segunda vuelta. De estos 220, hay 131 que eran candidatos del Nuevo Frente Popular [que agrupa al Partido Socialista, al Partido Comunista, a los verdes y a La Francia Insumisa-LFI de Jean Luc Mélenchon] y 82 del campo de Macron.
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Esto es suficiente para poner en duda la perspectiva de una mayoría absoluta del RN, al tiempo que allana el camino para un escenario de gobierno de "gran coalición" [que puede incluir al NFP, a la agrupación de Macron y otras fuerzas menores), sin que sea posible predecir con certeza el resultado del domingo.
Abstención y frente republicano: las grandes incógnitas de las elecciones
La primera incógnita es la traducción que pueda tener la conformación de este "Frente Republicano" en las urnas. Si en menos de dos días los aparatos del NFP y de Macron acordaron la "gran retirada", para bajar a sus candidatos, queda por verse la eficacia que realmente pueda tener la transferencia de votos a favor de los candidatos opuestos a la Agrupación Nacional. Esto es un punto que a un día de la elección no está claro.
Como lo resume el director de investigación de Sciences Po Luc Rouban para Public Senat, puede que algunos votantes de centroizquierda que no querían a La Francia Insumisa (que es el sector más de izquierda) dentro del Nuevo Frente Popular terminen por abtenerse si tuvieran que votar por un candidato de LFI. Por otra parte entre los votantes de la derecha tradicional de Los Republicanos puede que tampoco quieran votan en una segunda vuelta entre LFI y RN. Por último, los macronistas podrían negarse a apoyar a un candidato de izquierda que a futuro pondrá en dificultades al Presidente de la República.
La cuestión es si el frente republicano, que no es nuevo sino que aparece como expresión de la políitca del mal menor ante la amenaza de la extrema derecha y que se ha desmoronado significativamente en los últimos años, se revitalizará o no, y en qué medida.
Sobre este tema el instituto encuestador IFOP apuesta por el éxito de la operación para salvar el Frente Republicano. En el caso de una segunda vuelta que enfrente a un candidato ambientalista o socialista contra uno de RN, el 77% de los votantes de centro que decidan votar -excluyendo la abstención- elegirían al oponente de RN y sólo el 23% optaría por el partido de extrema derecha. En el caso de una candidatura de Francia Insumisa, sería más bien un 66% a favor y un 34% a favor de RN. En coordenadas opuestas, al oponer un candidato del Ensemble [Juntos, de Macron] a un candidato de RN, los votantes de izquierda serían aún más efectivos en el bloqueo. Así, el 84% del electorado del NFP votaría por Ensemble y sólo el 16% por RN. Sin embargo, el instituto electoral no predice la futura tasa de abstención.
Sin embargo, estos datos son cruciales para considerar los diferentes escenarios posibles, como señala Erwan Lestrohan, director de consultoría del instituto de encuestas Odoxa: "si aún persisten muchas incógnitas, la participación constituye sin duda el punto ciego de la mayoría de las encuestas, pocos institutos corren el riesgo de dar una cifra. Sin embargo, la movilización de los votantes será sin duda un factor crucial en los resultados finales". En su propia encuesta, el instituto Odoxa midió con precisión estos datos y cuenta con una baja abstención debido a esta política de Frente Republicano. En su informe, señala que: "El 64% de los votantes del NFP y el 49% de los votantes de Renaissance [el principal partido de la coalición de Macrón] aseguran que estos retiros los alientan ’aún más’ a votar por un oponente político y contra el RN". De la otra parte, también señala que el bloqueo anima a los partidarios de RN a movilizarse aún más a su favor.
Por tanto, hay que tener en cuenta otro dato, el del 30% de abstencionistas de la primera vuelta que podría ser una reserva de votos, tanto para el RN como para el Frente Republicano. A este respecto, Luc Rouban señala que su sociología "corresponde en particular a la de los votantes RN: personas generalmente desfavorecidas y con un bajo nivel de educación". Una hipótesis que el editorialista Guillaume Tabard también plantea para Le Figaro: "No es imposible que este nuevo frente de Macron a Mélenchon movilice a su vez a abstencionistas de sensibilidad lepénista".
Así, si las encuestas pintan un escenario en el que la barrera republicana es eficaz, no hay que descartar la hipótesis de una disminución de la participación de los electores a los que se dirige esta misma barrera, al igual que el hecho de que los abstencionistas de la primera vuelta participen en esta segunda vuelta a favor de RN.
La RN cerca de la mayoría absoluta: un escenario no descartable
Por tanto, hay muchas variables a tener en cuenta. Lo único seguro, sin embargo, es que la Agrupación Nacional avanza hacia un fortalecimiento histórico de su peso parlamentario y muy probablemente constituya la fuerza dirigente dentro del Parlamento. En el escenario donde el RN obtenga al menos una mayoría relativa [menos de los 289 escaños que se necesitan para obtener la mayoría absoluta pero los suficientes como para ser la principal fuerza parlamentaria], la práctica sería que el jefe de Estado proponga al representante del partido que llegue primero a formar gobierno. Sin embargo, la actitud adopte Emmanuel Macron, el único capaz de nombrar al Primer Ministro, es incierta. Si bien nada le obliga a hacerlo, los rumores en la prensa sugieren que si el RN obtiene al menos 260 escaños, o incluso 240, Macron propondría a Bardella [el candidato a primer ministro de RN] formar un gobierno con mayoría relativa. Sin embargo, su supervivencia no estaría asegurada, ya que dependería de alianzas con otras fuerzas políticas y posibles mociones de censura.
Poniendo en perspectiva las declaraciones de Bardella sobre la necesidad de una mayoría absoluta para gobernar, Marine Le Pen afirmó que se necesitarían al menos 270 escaños para que la coalición de RN y Eric Ciotti [el lider de la derecha tradicional de Los Republicanos que cerró un acuerdo con la extrema derecha] acepte el cargo de primer ministro. También puede ocurrir que para no aparecer como rechazando la oportunidad de ocupar un puesto de poder, RN opte por aceptar formar un gobierno con una mayoría relativa, buscando aliados en la derecha y exponiéndose a una moción de censura.
Esto es lo que explica Anne-Charlène Bezzina, profesora de derecho público, al Public Senat: "Podemos imaginar que incluso con 220 a 240 escaños, el RN presente a alguien al frente del gobierno, incluso si eso significa arriergarse a una moción de censura [...] La idea de que el sistema impide gobernar al grupo mayoritario todavía podría impresionar a la opinión pública".
Para un escenario en el que Bardella se presente como primer ministro también será necesario que RN vaya a la caza de las bancas de algunos de Los Republicanos que no se aliniearon con Ciotti, que cerró el acuerdo con el partido de Le Pen.
La idea de un gobierno de gran coalición de la centroizquierda y la derecha tradicional
Ante el peligro de una crisis política importante en caso de imposibilidad de formar gobierno para RN, los defensores del régimen han agitado en los últimos días la idea de una coalición heterogénea que abarcaría desde algunas de las fuerzas que forman parte del Nuevo Frente Popular [como el PS, PC o verdes] con la derecha de Horizons [del exprimer ministro de Macron Edouard Philippe] o hasta con Los Republicanos que no cerraron acuerdo con RN. Una perspectiva defendida en primer lugar por el Macron (y su actual primer ministro Attal), que discute desde principios de semana la posibilidad de una "Asamblea Plural" que daría lugar a un gobierno de coalición en la continuidad del "Frente Republicano".
En los últimos días, esta idea ha atraído a figuras de izquierda, como el diputado del PCF Sébastien Jumel, el diputado del PS Philippe Brun y François Hollande. Por su parte, Marine Tondelier [lider de los verdes] está lejos de cerrar la puerta a tal eventualidad, al igual que el presidente de Altos de Francia, Xavier Bertrand [de Los Republicanos].
Una perspectiva así de todas maneras plantea el problema de cuál sería el programa sobre el cual podría acordar una coalición tan heterogénea, que debería obtener el apoyo de un arco que potencialmente iría de LFI a LR.
¿Hacia un período de inestabilidad prolongada?
La última hipótesis es que no se llegue a ninguna mayoría relativa de izquierda o de extrema derecha que conduzca a un acuerdo que permita formar un gobierno viable. En ese caso estaríamos ante una situación de ingobernabilidad, o se formarían gobiernos a petición de Emmanuel Macron, antes de ser destituidos. Como señala France Info: "podríamos llegar a una situación de estancamiento en la que existan gobiernos que serían rápidamente destituidos con una moción de censura" votada por 289. "Esta situación podría repetirse al menos hasta julio de 2025, porque no puede producirse una nueva disolución de la Asamblea Nacional para llamar a nuevas elecciones hasta pasados 12 meses de la última elección, según el artículo 12 de la Constitución". [1]
Ante este escenario, la idea de un "gobierno técnico", formado por "expertos" y otros tecnócratas ubicados fuera de los partidos, ha sido formulada como hipótesis en los últimos días, por ejemplo por el constitucionalista Benjamín Morel. "La idea es que los partidos no participan en el gobierno porque no quieren ser responsables de la política que se sigue. Esto nos permite ganar 1 año hasta la próxima disolución, con partidos que acuerden hacer gobernable al gobierno no votando una moción de censura", explicó en LCI. Un escenario así surgió, por ejemplo, en Bélgica durante la crisis del Covid, mientras que Italia ha experimentado cuatro gobiernos de este tipo desde la Segunda Guerra Mundial, el último de los cuales fue el del ex presidente del BCE, Mario Draghi, de febrero de 2021 a octubre de 2023.
Esta perspectiva, en una situación tan inestable como la que vivimos, con las presiones de austeridad y la guerra en Ucrania, parece difícil de mantener. Otro escenario implicaría la dimisión de Emmanuel Macron. Si bien el Presidente de la República ha descartado esta hipótesis, el grado de crisis que se avecina obliga a tomarla en serio. Sin embargo, como señala Vincent Martigny, profesor de ciencias políticas en el Polytechnique, en una entrevista para Nouvel Obs, "esta hipótesis no resolvería necesariamente la crisis. Suponiendo que se elija un nuevo presidente, éste tendrá que enfrentarse a la Asamblea que saldrá de las urnas el 7 de julio y no tendrá más mayoría absoluta que Emmanuel Macron". La situación sería tanto más compleja cuanto que la cuestión de si un presidente recién elegido podría a su vez disolver la Asamblea Nacional, menos de un año después de una disolución anterior, es un tema de debate.
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[1] Respecto a los aspectos "técnicos" de este escenario, Les Echos resume: "La nueva Asamblea Nacional se reunirá a priori en sesión extraordinaria el 18 de julio, es decir, el segundo jueves después de las elecciones, de conformidad con la Constitución. Durante esta sesión, los parlamentarios podrían intentar destituir al nuevo gobierno -si es nombrado en ese momento- mediante una moción de censura ofensiva (artículo 49-2), que debe ser solicitada por 1/10 de los diputados y aprobada por 290 votos. Si el gobierno es destituido, Emmanuel Macron tendrá que proponer un nuevo Primer Ministro a la cámara baja del Parlamento. Sólo un gobierno cayó bajo la Quinta República, el del general De Gaulle en 1962", señala el especialista.