En las elecciones regionales del domingo 7 de marzo, con resultados a boca de urna, el MAS pierde 8 de las 10 alcaldías de las ciudades más importantes del país. En las gobernaciones, los golpistas aseguran 1, el MAS ganaría 3 y en 5 se iría a una segunda vuelta el 11 de abril. Los resultados oficiales se conocerán en los próximos días.
Lunes 8 de marzo de 2021 10:37
Bolivia vivió este domingo una jornada electoral para definir cargos a nivel regional. En ellas el MAS de Luis Arce y el expresidente Evo Morales, que venía de ganar las elecciones nacionales, retrocedió en 8 de 10 alcaldías de las ciudades más importantes. La derecha golpista, por su parte, consolidó algunas posiciones.
El golpe de Estado de noviembre de 2019 fue seguido por una creciente resistencia social expresada sobre todo en el paro y bloqueos de agosto de 2020, y la posterior canalización de ese descontento vía electoral en octubre (que dió la victoria categórica al Movimiento al Socialismo con el 55%). Como continuidad de esos acontecimientos, Bolivia vivió una nueva jornada electoral donde se definió el escenario político regional de los próximos 5 años. Se llamó a la población a elegir gobernadores, alcaldes, concejales y asambleístas departamentales a nivel nacional.
Fue una votación marcada por el ausentismo de jurados electorales que causaron incertidumbre por la demora de la instalación de varias mesas de sufragio a lo largo del país así como la denuncia de “acarreo de gente” y la quema de ánforas en el municipio Colpa Bélgica en Santa Cruz de la Sierra, fueron algunos de los incidentes caracterizados, por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), como “hechos menores” de una jornada tranquila .
Alrededor de las 20 horas se conocieron los resultados de boca de urna que confirman a grandes rasgos varias tendencias que distintas encuestas venían proyectando, con pocas sorpresas.
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A nivel regional, en las gobernaciones, el MAS tendría aseguradas 3 victorias: Cochabamba, Potosí y Oruro; y, perdió en Santa Cruz. Quedan en disputa, para la segunda vuelta (balotage) las gobernaciones de La Paz, Pando, Chuquisaca, Beni y Tarija.
A nivel municipal se mantiene la tendencia de que el MAS pierde en las principales ciudades capitales del eje central: Cochabamba, La Paz, Santa Cruz y El Alto. Pero también parece que perderá en las alcaldías de Tarija, Oruro, Potosí y Trinidad en el interior del país, solo conquistando las alcaldías de Sucre y Cobija. Es decir, el MAS solo controlará 2 de las 10 ciudades más importantes del país.
Pese a los malos resultados del MAS, ayer en la noche, en una conferencia de prensa, Evo Morales en una suerte de autismo político trataba de presentarlos como un triunfo afirmando que habían ganado 7 de 9 gobernaciones.
Todos estos resultados serán confirmados gradualmente en el conteo del cómputo oficial que será presentado en los próximos días por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero de confirmarse las proyecciones denotarían a un MAS en bajada respecto a la anterior elección subnacional.
De estos resultados preliminares podemos extraer algunas conclusiones:
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Mientras esperamos los resultados oficiales, ya los resultados en boca de urna dejan ver cómo se configurará el nuevo mapa político del país. El que representantes del golpismo vayan a ocupar importantes alcaldías y gobernaciones es gracias a la sistemática política de conciliación del MAS que ha permitido que responsables políticos de las masacres del golpe de Estado no solo estén impunes sino que sean alcaldes y gobernadores.
Para las cúpulas del MAS parece que el golpe de Estado solo fue un eslogan de campaña que se podía usar demagógicamente, una política que como se ve en los primeros datos electorales no les dio el resultado esperado.
Esta situación pone en evidencia nuevamente, que el MAS profundiza su papel de sostén del régimen, como lo hizo desde el inicio y durante los 14 años de gobiernos de Evo Morales. Lejos de representar un proyecto socialista el MAS solo ofrece –como ya lo ha demostrado- una alternativa malmenorista y que solo busca negociar con los proyectos abiertamente reaccionarios.