En Pobre Diablo, un barrio abandonado por todos los gobiernos, las mujeres se organizan y pelean por sus condiciones de vida. Hasta allí llegaron Noelia Barbeito y Lihuen Albornoz Antúnez, para escucharlas y visibilizar sus demandas.
Sábado 30 de marzo de 2019 15:21
Pobre Diablo es uno de los barrios al sudoeste de la ciudad de San Rafael. Pertenece al distrito de Rama Caìda y, según el último censo, viven allí 526 personas, de las cuales mas de la mitad son mujeres. Allí, un grupo de madres luchan contra la desidia del Estado, por la salud de sus hijos e hijas, y ponen sobre la mesa la realidad que los políticos de siempre desatienden.
Los niños del pueblo se atienden en una posta sanitaria, entre remedios vencidos, pericotes y veneno para ratas en el piso, denuncian ellas. El lugar ofrece asistencia de 8 a 12.30 hs y carece de profesionales: “Hay un solo pediatra y un solo ginecólogo. Los médicos asisten una vez a la semana, faltan remedios y muchos están vencidos, mientras hay gente con cáncer, chicas embarazadas y muchos niños que no tienen dónde ir en caso de emergencia”. Ante la posibilidad de contar sus reclamos, explicaron enojadas que la posta sanitaria no cuenta siquiera con insumos de primeros auxilios: “tuve que sacarle puntos a mi hija y no pudieron porque no había bisturí”, cuenta una de las mujeres.
Eugenia tiene 29 años y es madre soltera de 6 hijos. Uno de ellos tiene una discapacidad y muchas veces tiene que pagar ella misma los remedios. Ellos subsisten con el ingreso de la Asignación Universal por Hijo, cajas de mercadería insuficientes que recibe cada dos meses, y changas del mismo niño que tiene solo 14 años y revuelve la basura buscando vidrios o cualquier cosa que pueda vender para ayudar a su madre. Eugenia contó que busca cualquier manera para arreglarse y poder alimentar a sus hijos: “no gasto más de $60 en un almuerzo”.
Los habitantes pasan días con el agua cortada que “cuando vuelve tiene un color amarillo que no se puede tomar”
Mientras los Felix, el PJ y los radicales se pelean por conservar sus sillones en el poder, en Pobre Diablo la gente del barrio no consigue trabajo e intentan salir adelante con changas y trabajos temporales de sueldos precarios. Las acequias funcionan de basurero y el barrio cuenta con un sistema de cloacas que nunca fue habilitado. Los habitantes pasan días con el agua cortada que “cuando vuelve tiene un color amarillo que no se puede tomar”.
Ante esta realidad, las mujeres de Pobre Diablo no agachan la cabeza y se organizan para luchar por mejores condiciones de vida. Ellas realizaron varios cortes de ruta para visibilizar sus reclamos, ante los oídos sordos de los gobiernos local y provincial.
Esta semana, las mujeres del barrio recibieron a Noelia Barbeito y Lihuen Albornoz Antunez, quienes se acercaron para conocer su reclamo. Tras conocer el barrio y la lucha de sus mujeres, Lihuen Albornoz Antunez , precandidata a intendenta del departamento, aseguró que “buscamos levantar la voz de todas ustedes y se pongan sobre la mesa los verdaderos problemas de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores”. Por su parte, Noelia Barbeito comentó que “si mujeres como ustedes pueden hacer lo imposible para administrar la economía de sus hogares para que sus hijos tengan siempre un plato de comida. Saben lo que necesita el barrio, como jardines maternales y mejoras en la sala de salud. ¿Cómo no vamos a confiar en que los trabajadores pueden gobernar San Rafael, Mendoza y todo el país?”.
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