Conversamos con Gabriela Cruz, estudiante maya cachiquel guatemalteca, que cursa Psicología social comunitaria en la Universidad de San Carlos y realiza hace 12 años acompañamiento comunitario en casos de represión política. En entrevista para La Izquierda Diario nos habla de la situación política en Guatemala, las movilizaciones, los intentos del Golpe de Estado y el proceso de lucha actual.
Martes 12 de diciembre de 2023 00:18
Fotografía EFE/ Edwin Bercián
La Izquierda Diario (LID). Qué originó las movilizaciones actuales en Guatemala.
Detonan las movilizaciones en general, como las del mes de octubre, la fuerte intención de contubernio entre los poderes políticos dominantes y otras facciones del desgobierno actual, empeñados en realizar un golpe de Estado en Guatemala contra el gobierno electo de Bernardo Arévalo y Karim Herrera, que debe asumir el 14 de enero. Situación desbordada por el secuestro de los votos de la ciudadanía por el Ministerio Público encabezado por Consuelo Porras en septiembre, exacerbado con otras formas de criminalización, incluso para quienes están en instituciones como el Tribunal Supremo Electoral, que es cuando se empieza a notar más claramente el trasfondo del golpe de Estado. El viernes 8 de diciembre, el Ministerio Público declaró que las elecciones en las que ganó Arévalo, deben anularse por supuestas irregularidades administrativas del Tribunal Supremo Electoral. Avanzan en la consumación del golpe de Estado.
LID. Cómo es el proceso alrededor de Bernardo Arévalo y el partido Semilla.
En la primera vuelta de los comicios presidenciales del 2023, en Guatemala tuvimos por primera vez en la historia casi un 53% votos nulos, entonces no se votó por presidente. Algo que antes no había pasado. Previamente, a través del Tribunal Supremo Electoral, no permitieron la participación de todas las personas que iban para candidato de presidencia y vicepresidencia, se les vetó fabricando delitos o montajes para impedir a todos los binomios a participar. En la segunda vuelta, sí ganó el movimiento Semilla, donde están Bernardo Arévalo y Karim Herrera para vicepresidenta.
Las movilizaciones empiezan con la construcción de un golpe de Estado, cuando el Ministerio Público secuestra las actas de todos los votos, aduciendo un supuesto delito. Fueron fabricando montajes sobre supuestas firmas falsas, cuando se habría legalizado el Movimiento Semilla, alegando que dieron dinero para que la gente firmara, etc. Recientemente capturaron a estudiantes y catedráticos de la Universidad de San Carlos, criminalizados, queriendo fabricar delitos aduciendo que Bernardo Arévalo y Karim Herrera utilizaron como plataforma política la universidad como trampolín presidencial.
La Fiscalía arremete por el simple hecho de aparecer en un vídeo Arévalo y Karim Herrera, acusándolos de dirigir la toma de la Universidad que se realizó contra el fraude de las elecciones universitarias, cuando se impone en la rectoría al cuestionado Walter Ramiro, con una farsa de elecciones universitarias sin participación de la oposición. Ésto cuando realizan un aparente diálogo de transición entre los equipos de Alejandro Giammattei y el presidente electo Arévalo. Con el Poder Ejecutivo aceptando el triunfo de Semilla y con el Ministerio Público realizando toda esta maniobra.
Entonces creíamos que ocurriría un fraude o alguna convulsión para impedir el triunfo de Semilla o al ganar, impedirle asumir la presidencia. Pero en este país la gente ya votó, se eligió presidente y vicepresidenta, la gente dijo que quiere a Semilla en el gobierno. Pero no permiten que se respete la poca democracia en este país, quieren imponer a su antojo sus decisiones, fabricando delitos y criminalizando a quienes luchamos hace años por un cambio.
Ahora pretenden imponer antejuicios con delitos prefabricados, apresar incluso a Arévalo y a Karim Herrera y como van lo pueden hacer, porque las instituciones estatales están cooptadas por el Pacto de Corruptos y la impunidad. Quieren quitar también al vicepresidente actual e imponer a Manuel Conde, diputado del mismo partido Vamos, que llevó a Alejandro Giammattei a la Presidencia, hacer un continuo con la misma línea política y partido.
Se prevé que se consuma el golpe de Estado, no como antes, militarizado, sino usando la institucionalidad estatal como el Ministerio Público y la "ley". Hay una doctrina del enemigo fabricando delitos contra la población para privarla de libertad. Una forma dictatorial y de un terrorismo Estado que opera con violencia política, con prisión política y otras formas de represión estatal.
LID. En esta ofensiva, la Fiscal General es la cara visible de los poderes fácticos e institucionales, incluyendo al presidente Giammattei.
María Consuelo Porras no actúa de manera individual. Esta es una gesta que se da también con la injerencia del grupo Fundación contra el Terrorismo que lidera Ricardo Méndez Ruiz, entre otras personas. Se dicen en contra contra del terrorismo, cuando son los verdaderos y grandes terroristas de Guatemala. En realidad, parte del gran mal está enquistado en grupos como éste, ligados a la Asociación de Veteranos Militares y otras facciones de militares dentro de las instituciones. Esta gente tiene otros grupos que funcionan en forma paralela al Estado, donde buscan generar esta plataforma de criminalidad utilizando al MP y a Consuelo Porras. También hay una casi que hermandad, no nombrada abiertamente, entre Giammattei y la Fiscal General.
No creo que tengamos dimensión del tipo de negocios que tiene esa gente y sus beneficios económicos, que no quieren soltarse ni evidenciarse. Por eso, si en algún momento se le increpa a Giammattei y se le dice que tiene la facultad de destituir a Consuelo Porras del cargo, la respuesta siempre es negativa, diciendo que se había modificado el artículo 13 de una ley interna, modificado para blindar lo que venía. No obstante, sí tienen la facultad de destituirla. Entonces hay una alianza entre esta gente, no actúan solos aunque no aparecen juntos. El Ministerio Público que tiene a la cabeza a Consuelo Porras, pero no lo dirige ella sino la Fundación contra el terrorismo. Esta gente es artífice de la criminalización contra Arévalo y en contra de Semilla.
Mientras, el Congreso de la República es de los lugares más corruptos del país, a un lado tienen también al Parlacén (Parlamento Centroamericano), donde se resguardan para blindarse. Si bien hay unos pocos diputados no metidos en estos esquemas, sin embargo, el resto del Congreso, la gran mayoría está en el pacto de corruptos. Shirley Rivera, la actual presidenta del Congreso, fue puesta por compadrazgo de Giammattei. En el futuro Congreso electo también prevalece una gran mayoría de congresistas del partido Vamos. Es extraño cómo se dio ese cómputo del Congreso, preocupante, porque la mayoría es del mismo partido que gobierna actualmente. Finalmente, la cámara empresarial Cacif, que aglutina muchas expresiones de empresarios y empresarias que financian y son parte del Pacto de corruptos, también tienen que ver con toda la crisis política actual.
LID. ¿Qué tan poderosos son para impedir el cambio presidencial?
Es gente que viene desde la guerra o desde muchos años atrás haciendo negocios turbios, han hecho del Estado un negocio familiar, un feudo propio. Cada año son millardos de quetzales con los que se benefician desfalcando las arcas del Estado, desviando fondos públicos, haciendo empresas de cartón y lavado de dinero, etc. Es toda una estructura criminal que se monta también en la administración de gobierno, como el tráfico de drogas, de armas, y hasta de involucramiento con la trata de personas. Hay una saña muy fuerte de parte de estos grupos, que tienen también al Ejército de su lado, a la policía, grupos paramilitares.
LID. ¿Cómo fueron las movilizaciones de octubre?
Las movilizaciones se convocan un dos de octubre. Lo hace la Junta de Sololá del departamento de las autoridades indígenas de Sololá, siendo las primeras en tomar el espacio de las carreteras, seguido está el llamado de los 48 cantones, que es otra forma de organización comunitaria y se toman Totonicapán, Cuatro Caminos, así como la carretera Interamericana. Empiezan como por efecto dominó otras autoridades indígenas a atender a esta medida de fuerza. Al mismo tiempo, en la ciudad capital se empiezan a dar tomas de espacios públicos con importantes concentraciones y movilizaciones. Muchas vecinas y vecinos apoyaron las tomas, colaborando con lo que podían, con tamales, tortillas, con algo de dinero, etc. Un apoyo popular en lo urbano que no se daba desde hace muchísimos años. Fueron más de 120 puntos en el momento más álgido de las tomas y las movilizaciones, diciendo no queremos corrupción, no queremos más a la fiscal general Consuelo Porras, al fiscal Rafael Curruchiche, a Cinthia Monterroso, al juez Fredy Orellana. Diciendo NO a toda esa cadena de poderes que ha hecho del Estado y de los bienes públicos un negocio tipo feudo familiar y de estructura criminal.
Hubo represión, en algunos puntos usaron paramilitares para enfrentarnos, como en San Marcos con gente fuertemente armada asesinaron a dos compañeros del Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) por estar en el bloqueo, para disolver la protesta. Está documentado que la Policía Nacional Civil cuidaba a esos grupos, llegaron con ellos. En otros puntos hubo situaciones similares, incluso en la ciudad, con paramilitares armados y amenazando.
La violencia política y represiva hace que la gente tenga miedo, pues también hemos tenido compañeras y compañeros detenidos. Se empieza a ver entonces de manera articulada otra forma orgánica de seguir con la protesta, y en ese sentido se decide dejar de tomar las calles y las carreteras, pero manteniendo la toma de espacios públicos como el del Ministerio Público y las afueras del Congreso. Esto como medida para mantener la presencia en las calles. Pero durante el tiempo que se mantuvo la masividad, realmente se paró todo, fue un verdadero paro nacional.
LID. ¿Qué sectores participan en las protestas?
Todas las expresiones de la ciudadanía se han movilizado, normalmente el sector campesino y popular, con una lucha histórica, están en el estandarte de las movilizaciones. Las comunidades indígenas, ampliamente han sido muy activas, porque Guatemala es pluricultural y diversa, con 24 pueblos más uno. Hay una juventud en las calles mostrando que no tiene miedo y el movimiento estudiantil y universitario participan de manera activa y están siendo criminalizados. El papel de las mujeres fue importante en estas movilizaciones y del sector popular fue increíble el de los mercados y los pequeños comerciantes, bastante activos en las tomas y el paro en general.
LID ¿Qué opinas de Arévalo y su partido Semilla?
El gobierno electo en estos comicios no es de izquierda, es un gobierno denominado progresista o centro progresista. Considero que lo que hay que cambiar de manera profunda en Guatemala no vendrá de la mano de Arévalo, no vendrá de un maquillaje. Antes estaba la expresión del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), de izquierda, proscrito, no les dejaron participar en las elecciones. Arévalo y Herrera tienen todo para pronunciarse en relación a determinadas temáticas que han ocurrido en el país y no lo hacen. Cuando se desarrollaban las protestas de octubre no las impulsaron ni llamaron a potenciar las movilizaciones.
LID ¿Qué perspectivas ves a la actual situación luego de las movilizaciones de 2015 qué derrotaron a Otto Pérez Molina?
Confluyen muchos factores, los grupos de poder no ceden frente las grandes movilizaciones ni con las presiones internacionales y ponen a Guatemala en una posición compleja, porque hay muchos países que impondrán sanciones al país.
Algunas personas creen llegar al 14 de enero, que sí habrá cambio de gobierno, yo creo que no habrá un 14 enero, el golpe está más que evidenciado. Las próximas semanas se verá cuál será el rumbo de la situación, si ceden un poco o sacrifican algo de los que se está pidiendo sus renuncias o si radicalizan más las acciones y se va a una mayor convulsión social.
Lo que vivimos no es una coyuntura, es toda una etapa. Está en curso el resquebrajamiento de un Estado construido originalmente como un Estado patriarcal, racista, genocida. Por eso, lo que pasa en el país hay que llevarlo a un proceso más fuerte, contundente. La población entiende que hay una Constitución Política, pero también ésta no representa a la mayoría. Es necesario un proceso político más amplio, porque vamos al camino de la transformación social del país, donde podamos eliminar la corrupción, la estructura criminal, el enriquecimiento a costillas de la población y todas estas formas de dominación.