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Entrevista. Fabián Schunk: “Con aval de la Iglesia, en el Provolo abusaron de los más débiles”

El referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico habla del caso que conmocionó al país y al mundo. El modus operandi de la jerarquía católica en este tema y lo que deja como lecciones.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Lunes 26 de noviembre de 2018 01:53

Foto Entre Ríos Ahora

Foto Entre Ríos Ahora

Fabián Schunk es sobreviviente de abuso sexual eclesiástico. Su caso, transcurrido en Paraná (Entre Ríos), está relatado en primera persona en el documental No Abusarás. El mandamiento negado en la Iglesia de Francisco, producido en 2017 por La Izquierda Diario. Desde hace años integra e impulsa la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina.

Este medio habló con él con motivo de cumplirse dos años del inicio del “Caso Provolo”, la causa más importante hasta ahora de abusos sexuales en la Iglesia católica, que reveló varias atrocidades pero también dejó de manifiesto cómo es el modus operandi de la jerarquía eclesiástica a la hora de encubrir a los victimarios, dilatar los procesos judiciales y revictimizar a las víctimas.

¿Qué significan para vos estos dos años de la causa Provolo?

  •  Creo que hay que tomar realmente conciencia, no solo de lo significativo y particular del caso, sino también del paso del tiempo. Dos años es mucho tiempo en la vida de las personas, en especial de los jóvenes y adultos, de las familias, que fueron y son víctimas de este abuso.

    Por el contrario, ese paso del tiempo no parece ser abrumador para la Justicia y menos aún para la Iglesia, que suelen dilatar los pasos procesales casi hasta agotar el umbral del dolor en una víctima.

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    Como sobreviviente y referente de la Red, ¿hubo sorpresa a medida que te fuiste enterando de los detalles del caso, o más bien no te sorprendió mucho?

  •  No lo puedo llamar sorpresa. Lo tengo que llamar estupor, indignación, dolor. El abusador siempre elige a uno más débil, y en este caso abusaron de los más débiles entre los débiles. Me sorprende, sí, el grado de perversidad e indiferencia a la que pudieron llegar, como parte importante de la Iglesia, las personas involucradas.

    ¿Qué elementos te parecen más relevantes de este caso?

  •  Lo más relevante, para mí, es el grado de impunidad que se ve en el caso. El grado de encubrimiento por parte de abusadores e Iglesia es, inversamente proporcional, el grado de vulnerabilidad de las víctimas. Todo eso es profundamente inhumano.

    ¿Y qué elementos ves como parte del modus operandi general de la Iglesia respecto a los abusos sexuales, tanto en Argentina como en el mundo?

  •  Bien lo decís, modus operandi, porque es un mecanismo delictivo. Sin dudas los traslados de los abusadores, una vez reconocidos internamente como tales, por parte de sus superiores es parte de ese mecanismo totalmente extendido en la Iglesia. El fin de esos traslados es indudablemente evitar el escándalo. Pero eso lo hacen a costa del dolor de los niños, de los más “pequeños”. Y en este caso, como dije, de los más débiles entre los débiles.

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    A partir del caso Provolo ¿qué mensaje puede dar a la sociedad la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexual Eclesiástico?

  •  Primero que la Justicia debe actuar con mayor celeridad en todos los casos de abusos, tanto en niños como en adolescentes. Porque más tiempo que pasa sin justicia es más abuso. Y segundo, el resto de la sociedad debemos comprender que más silencio también es más abuso.

    Yo de la Iglesia en Argentina ya no espero nada. En tanto y en cuanto todos los curas abusadores y monjas con denuncias y condenas sigan siendo curas y monjas, todos los que tienen poder de decisión en la institución son cómplices con su inoperancia. Hay que tener en cuenta que se escudan en procesos canónicos, que son siempre lentísimos, y lo que logran con eso es desalentar a las víctimas.


  • Daniel Satur

    Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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