¿Corregir desigualdades? Gobernadores del “Norte Grande” y una proclama para seguir garantizando los intereses a empresarios

Este 9 de julio los gobernadores de las provincias del NOA y NEA, que vienen organizándose desde fines del año pasado en una espacio de coordinación llamado Argentina 10 Norte Grande, firmaron una solicitada titulada “El Norte Grande, cuna de la Independencia”. En ella, y por medio de 6 puntos programáticos, proponen la “corrección de profundas desigualdades en la redistribución del ingreso, entre lo que aportamos desde el Norte Grande y lo que recibimos”.

“No es un reclamo hacia una porción o un punto del país. Es, por el contrario, a favor del desarrollo de nuestra región y en pos de revertir una idea que no solo daña a los ciudadanos del Norte Grande sino que compromete al futuro de la Argentina”, sostienen.

Cuál es el reclamo de fondo

En la proclama, los 10 gobernadores plantean al Gobierno nacional la necesidad de una tarifa energética diferencial, subsidios del transporte público de pasajeros y la equiparación del precio de combustibles respecto al AMBA, que concentra a 17 millones de personas. Además, la creación del programa Norte Grande para “fortalecer el corredor bioceánico del norte” en los próximos 15 años y la construcción de obras ferroviarias, viales, energéticas, de red de fibra óptica, entre otras. También, la fijación de la tarifa plana del gas y el desarrollo de la matriz energética.

Por último, sostienen “reafirmar el dominio originario que las provincias tienen sobre los recursos naturales existentes en su territorio, conforme el artículo 124° de la Constitución Nacional, ratificando que cualquier intento de nacionalización de nuestros recursos naturales y minerales tales como el litio, atentará contra la seguridad jurídica, desalentará las inversiones, favorecerá y profundizará aún más las inequidades entre las provincias argentinas”.

Está claro que el eje del reclamo en los primeros 5 puntos es la mayor “distribución” de los fondos públicos, con medidas que favorezcan al empresariado local y a las multinacionales instaladas en esta región. En medio de una pandemia que atraviesa al país entero en su segunda ola, y a la que los firmantes priorizan no hacer alusión con definiciones como que habitamos “la Argentina de la pospandemia” pero sin hablar del vaciamiento del sistema de salud público a lo largo y ancho del país, las condiciones de precarización de las y los “esenciales”, y tampoco de la pérdida salarial constante ante la inflación que se vive en todos los hogares. Al mismo tiempo omiten hablar (porque lo avalan) sobre el saqueo en curso en el marco del pago de la deuda ilegal ilegítima y fraudulenta con el FMI y otros acreedores, la extranjerización de los recursos naturales y las ganancias “intocables” de los bancos. Todo en un país que basa su economía hace más de 140 años en la venta de materias primas y donde dos tercios de las principales empresas están en manos extranjeras.

En el último punto, por otro lado, hacen una defensa a ultranza del usufructo que tienen las provincias respecto a los recursos naturales, sin hacer mención alguna a que la Constitución que hoy tenemos muestra la herencia del menemismo y el período de privatizaciones en nuestro país que no solo persiste sino que se profundiza luego de casi 30 años. Pero, además, que con el litio las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca se juegan un gran negocio de millones de dólares.

Te puede interesar leer: ¿Qué hay detrás de la disputa por el negocio del litio en Argentina?

¿Quién piensa en el pueblo trabajador?

Cabe preguntarse en medio de un año electoral estrenado por dos provincias del “Norte Grande”, como lo son Misiones y Jujuy y ante las próximas en Salta, el porqué de la necesidad de sacar una proclama de este tipo. Al mismo tiempo, en qué se beneficiaría el pueblo con esto, con porcentajes de pobreza que superan el 40 % en todo el país, e índices históricos brutales en el norte.

Gobernadores peronistas como Jorge Capitanich y Juan Manzur, quienes han sabido formar parte del gabinete cuando Cristina Fernández era presidenta, pasando por Gustavo Sáenz y Gerardo Zamora, pero al mismo tiempo opositores como Gerardo Morales de Jujuy, parecen tener el propósito de agruparse para rascar más fuerte la caja nacional, sin meterse en los problemas profundos del país, como la dependencia estructural, y como si ellos no fueran corresponsables de la situación de precarización, miseria y hambre. Por medio de sus diputados y senadores vienen de votarle todo a Mauricio Macri cuando era Gobierno, garnatizando que en el último tiempo no haya cambiado nada en la vida de las y los trabajadores y el pueblo pobre. Y en caso del peronista Gildo Insfrán, recientemente cuestionado por ser funcionario en la última dictadura militar, gobierna Formosa hace más de 25 años.

Los 10 mandatarios parecen haber lanzado un grito desesperado, en medio de una crisis social, económica y sanitaria. Callan que el ministro de Economía Martín Guzmán desembolsó hace unos días US$164 millones para pagar intereses a los especuladores, y que entre septiembre y diciembre vencerán otros US$3.800 millones con el FMI, y por eso vienen atacando a nivel nacional y provincial a jubilados, empleados públicos, y recortando las prestaciones sociales.

Por otra parte, el Grupo 25 de Mayo que nuclea al flanco kirchnerista de la coalición de Gobierno nacional y al propio Insfrán, sacó en las tres últimas fechas patrias (el 25 de mayo, el 20 de junio y recientemente el 9 de julio) planteos con el centro en alargar los plazos del pago de la deuda, al igual que Máximo Kirchner, pero sin discutir tampoco nada de fondo.

Mas allá de estos matices queda claro que no hay ni grieta, ni diferencias económicas cuando se trata de honrar la deuda externa. Ningún sector siquiera plantea restablecer un IFE o fortalecer el presupuesto de salud, educación o vivienda.

Se necesita una salida de fondo

En las antípodas de este frente oportunista entre peronistas, kirchneristas y radicales, pero que muestra realmente qué intereses representan y para quién gobiernan, está el Frente de Izquierda Unidad. Una fuerza que conformamos en 23 de las 24 jurisdicciones el PTS, el PO, IS y el MST, y que viene de emerger como tercera fuerza en las recientes elecciones de Jujuy.

La izquierda, que en Misiones donde no hay FITU salió cuarta de la mano del PO, es la única que propone que para resolver los problemas de fondo, en materia de precarización laboral, vivienda, salud y educación hay que dejar de pagar la deuda. Además, se necesita la centralización del sistema de salud y poner en marcha un plan de obras públicas para la construcción de viviendas para el pueblo trabajador, que además generaría puestos de trabajo. Así como somos quienes sostenemos como salida de fondo la nacionalización de todos los recursos naturales, como el litio y todos los minerales, bajo el control de las y los trabajadores mineros, junto a las comunidades que viven en esas zonas. Entre ellas las originarias, y los movimientos ambientalistas.

La verdadera “deuda histórica” que hay en todo el país y que hay que reparar es con el pueblo trabajador. Si realmente queremos terminar con “las asimetrías” hay que pelear por afectar los intereses de los poderosos que concentran sus riquezas en las tierras del norte pero también del sur, y que ellos paguen la crisis que generaron. Hay que estatizar los servicios públicos bajo el control de trabajadores y usuarios, y nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga escandalosa de capitales que hacen las multinacionales a sus casas matrices.

Te puede interesar leer: Ruta de salida de la riqueza del país: ¿Qué pasa con la Hidrovía?

Pelear por la unidad frente a las elecciones nacionales hasta último momento, con el cierre de la presentación de alianzas mañana miércoles en todas las jurisdicciones, es la responsabilidad y el desafío que tenemos para emerger como una potente tercera fuerza nacional, de independencia política de los trabajadores, que sea verdaderamente alternativa al oficialismo y a la oposición de derecha.