El gobierno hondureño retuvo el pasado domingo a Gustavo Castro Soto, activista mexicano y único testigo del asesinato contra la ambientalista indígena, Berta Cáceres Flores.
Martes 8 de marzo de 2016
La conmoción internacional sigue extendiéndose en todo el mundo bajo el reclamo de justicia para la indígena Berta Cáceres Flores. A la indignación se le suma la preocupación por la integridad del activista Gustavo Castro Soto, sociólogo ambientalista y fundador de la organización mexicana Otros Mundos Chiapas, quien fue herido de dos impactos de bala durante el asesinato de Berta el pasado 4 de marzo y es el único testigo del crimen.
Durante la madrugada del domingo, en un intento de regresar a México, el activista fue interceptado por autoridades de Honduras en el aeropuerto de Tegucigalpa. bajo el argumento de que existe una alerta de migración en su caso.
Esto pese a que el activista ha brindado durante tres días sus declaraciones sobre lo ocurrido la noche del asesinato de Berta Cáceres, bajo la figura legal de “testigo protegido”.
Mediante comunicación con miembros de su organización, se sabe que las autoridades hondureñas pretendían llevárselo mediante forcejeos con autoridades de la embajada de México.
Por su parte, la cancillería mexicana se limitó a confirmar la información y aseguró que está velando por los derechos de Castro a través de la embajada en Tegucigalpa, Castro “aún continúa en ese país, atendiendo diligencias judiciales requeridas por las autoridades hondureñas. Personal de protección de la embajada lo acompaña en todo momento y brindará la asistencia correspondiente hasta su repatriación”, dijo la cancillería en un comunicado.
Por su parte, Otros Mundos Chiapas ha manifestado que el activista ya no tiene nada que hacer en Honduras y exigen su regreso a México tras rendir sus declaraciones. La organización ha dicho que esto no significa que no existan intenciones de seguir colaborando para lograr el total esclarecimiento de Berta Cáceres, lo cual tendrá que hacerse mediante la embajada de México.
Además, Otros Mundos Chiapas ha sido enfática en que el trato hacía el activista se ha limitado a los requerimientos como principal testigo del crimen. Sin embargo es también víctima de tales hechos, por lo que ya han llamado a las diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos, a estar atentos sobre la integridad y seguridad de Gustavo Castro en aquel país.
“Castro no tiene copia ni documento alguno que avale su participación y colaboración en el proceso, y eso también nos preocupa”, advierte Libertad Díaz, integrante de Otros Mundos Chiapas en entrevista.
En varios países de Europa, de América Latina y en Estados Unidos, organizaciones ambientales levantan la exigencia de la salida del activista del país centroamericano, frente a las representaciones de Honduras.
Las condiciones en las que se comete el asesinato de Berta, son pauta suficiente para exigir el regreso de Gustavo Castro a México. La seguridad e integridad del activista no puede estar ni un día más en manos de quienes aparentaron brindarle protección a Berta Cáceres, por medio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del gobierno hondureño.
