En la mañana de este lunes partió desde Santa Victoria Este, en el norte de la provincia, la marcha histórica de los pueblos originarios unidos de Salta que se dirige hacia la capital salteña en reclamo de sus derechos.
Lunes 16 de noviembre de 2020 18:37
La caminata es una acción sin precedentes en la lucha de los pueblos indígenas que agrupa a los pueblos wichí, chorote, chulupí, tapiete, qom, guaraní, chané, kolla y diaguita que exigen una mesa de diálogo intercultural con el gobierno provincial "que de inicio a una nueva etapa de verdadera política pública intercultural, de autodeterminación y respeto a nuestros derechos", dicen desde la Unión Autónoma de Comunidades Originarias del Pilcomayo.
La pandemia del coronavirus y la actual crisis económica no han hecho más que profundizar las condiciones de profunda desigualdad en la que se encuentran los pueblos indígenas de la provincia. Muchas comunidades vienen atravesando la pandemia sin agua y con escaso acceso a los alimentos, teniendo que enfrentarse, en muchos casos, a las topadoras que no han frenado los desmontes en todos estos meses, enfrentan los desalojos y el despojo de sus territorios, las muertes evitables de sus hijos e hijas. Como ya hemos denunciado en estás mismas páginas el Estado capitalista y racista, todos los gobiernos y la justicia continúan garantizando los negocios millonarios de empresarios agroganaderos, madereros y la prospección petrolera.
Según un comunicado difundido por las comunidades, que en asamblea decidieron llevar adelante esta medida, figuran entre los principales reclamos, "la falta de agua y asistencia médica intercultural, el saqueo de nuestros territorios, la quema intencional y la tala del monte nativo sin control, la contaminación de los ríos que afecta nuestra soberanía alimentaria, la falta de educación intercultural de calidad, la violencia de fuerzas de seguridad, la precariedad jurídica y la ausencia de diálogo político". Entre otras demandas que traerán hacía la capital en un nuevo intento, no sólo de ser escuchados, sino también de ser sujetos partícipes y activos en las políticas que atañen a sus condiciones de vida, identidad cultural y pleno ejercicio de sus derechos.